http://www.espaciohumano.com
¿Por dónde se me va la energía? ¿De dónde puedo obtener yo más energía?
Para llevar adelante nuestro proyecto creativo no es suficiente con nuestra intención, necesitamos también energía disponible.
Para
aumentar nuestra energía necesitamos conocer lo que nos da energía y
practicarlo y también detectar por dónde se fuga nuestra energía.
El siguiente artículo propone una guía sencilla para detectar fugas de energía y buscar soluciones concretas.
Desde que soy madre soy muy
sensible a mi nivel de energía, a los
lugares-personas-conversaciones-pensamientos-actividades con los cuales
mi energía aumenta y/o disminuye. Sin energía la maternidad y la vida cotidiana se vuelven experiencias muy muy duras.
¿De dónde saco yo más energía? Esta pregunta me ha ido guiando este verano.
A principios de verano me propuse detectar grandes fugas de energía en mí (y en quienes me rodeaban):
* Las quejas y la atención en lo que debería ser, en lo que me parece a mí mejor, en lugar de en lo que está siendo.
*
El buscar complacer y la aceptación de todo el mundo. Y ahí entra
cuando le doy mi energía a las críticas y juicios de los/as demás acerca
de mí y mi manera de vivir.
* La atención en problemas que no tienen
solución, por ejemplo cambiar a personas que no quieren ni pueden
cambiar, cambiar el pasado o anticipar el futuro.
*
Emociones que me desgastan como la culpa, la autocompasión o el
miedo-ansiedad.
*
Películas atascadas. Cuando la mente se va a un tema recurrente y
siempre va al mismo tema sin encontrar solución, ni camino de salida.
* Bloqueos de energía marcados por los no puedo-no sé-no valgo-¿y si me equivoco?
Después de hacer el listado me puse a
trabajar en la que detecté como mi fuga de energía principal en ese
momento (Por cierto invito a quienes leáis este artículo a pararos y
detectar cuál es vuestra fuga de energía principal en este momento, son
un par de minutos y si la detectáis podéis ahorrar bastante energía). En
mi caso era dedicar mi mente a problemas del pasado que ya no tenían
solución y en el presente la tendencia a resistirme y enfadarme cuando
las cosas no salen como yo espero. Escribí muchos papelitos que dejaba
por casa con el mensaje antídoto de mi fuga de energía: "Siempre hay una
manera más
alegre
y ligera de ver las cosas" y el dibujo de una mariposa. (Invito de
nuevo a quienes leáis el artículo a buscar la frase antídoto y el dibujo
que puedan ayudar a frenar vuestra fuga de energía. Podéis trabajar la
frase escribiéndola o cantándola).
Desde hace años me fascinan las
encrucijadas con todo lo que aparece en ellas de
incertidumbre-mensajes-intuiciones-señales. Las veía como experiencias
que aparecen en nuestro camino de tanto en tanto. En mayo tuve una
experiencia que marcó mi investigación acerca de la energía y mi
apertura a una nueva visión de las encrucijadas. Estaba en el funeral de
mi abuela y mis
pensamientos
rondaban por el territorio conocido de la culpa-el cómo me hubiera
gustado que fueran las cosas-el enfado. En ese momento apareció con
mucha claridad otra mirada a la experiencia. Una mirada muy amorosa, y
un mensaje lleno de aceptación y de gratitud por lo que sí había sido
posible vivir con mi abuela. Vino con mucha intensidad. Yo estaba en una
encrucijada, podía quedarme en el territorio conocido o aceptar esta
nueva mirada. Pude visualizar delante de mí la encrucijada y los dos
caminos. Sentí esta mirada nueva como un regalo de mi abuela, como si
ella me lanzara una cuerda y yo me agarré a ella con todas mis fuerzas.
Yo quiero sostener esta mirada me dije y tuve la capacidad de permanecer
con esa mirada amorosa y llena de gratitud.
Esa experiencia fue muy clara respecto a
mi nivel de energía. En el instante en que cambió mi mirada acerca de
la experiencia pasé de sentir que se me iba la energía por todos mis
poros a sentirme en paz y con mucha fuerza para mi
vida cotidiana y el cuidado de mi hijo que por entonces comenzaba a caminar y requería toda mi atención.
Desde ese día cuando me despisto vuelvo a
recordar el funeral de mi abuela y que en cada momento puedo ver las
cosas-cualquier asunto-desde un lugar más alegre y ligero. Mi abuela me
ofreció el regalo de recordar que cada momento es una encrucijada. Ahora
mismo estamos en una encrucijada.
Cada momento-encrucijada puedo irme al resentimiento o puedo cultivar la gratitud por lo que sí ha habido y hay.
Cada momento-encrucijada puedo cerrarme y
resistirme a lo que está sucediendo o puedo cultivar la aceptación y al
aceptar lo que sucede puedo abrirme a la posibilidad de buscar maneras
de vivir la experiencia de otra manera o buscar otros caminos de
encontrar cómo satisfacer mis necesidades.
Y digo
cultivar
pues me estoy refiriendo a cultivar con consciencia una actitud, que es
muy parecido a entrenarse para correr o fortalecer un músculo.
En agosto mi investigación acerca de
cómo ahorrar energía derivó a los bucles externos-interacciones
negativas con otras personas. Allí yo seguía agarrada a mi frase
antídoto y a mi mariposa pero no me funcionaba tan bien.
Estaba leyendo un libro acerca de chamanismo que me dio la respuesta que buscaba. El autor Víctor Sánchez
propone trocear las interacciones con otras personas en secuencias
pequeñas. Casi siempre las interacciones negativas son repeticiones de
ciertas secuencias. Si las detectamos basta con cambiar algunas de las
secuencias para frenar la interacción negativa.
Observé la interacción en la que estaba
atrapada. Una persona dice una frase con la que no estoy de acuerdo. Yo
contesto que pienso de otra manera. Entonces esta persona empieza a
darme sus razonamientos. Yo contesto con los míos. Y así seguimos un
buen rato al cabo del cual yo acabo agotada y sintiéndome muy alejada de
esta persona. Me paré a observar la secuencia y a decidir por dónde
podía interrumpirla. Decidí que yo podía responder dejando pasar sus
palabras y sin decirle que yo pienso de otra manera. Y funcionó. (De
nuevo animo a elegir una interacción negativa y trocearla para elegir
por dónde tomar otro rumbo).
Hay
interacciones
que no son tan fáciles de desmontar y necesitan más investigación.
Ahora estoy probando cuando siento pena por alguien, siento el tirón a
hacerme cargo de esa persona y ponerme el disfraz de salvadora el
decirme a mí misma una frase internamente "esta persona puede con su
vida y es responsable de ella misma y adulta". Esto frena mi impulso,
puedo ver al otro tal cual es y respetarlo en el momento que está
viviendo.
Las interacciones con personas que
tienden a perseguir con sus juicios y sus críticas son las que más me
cuestan manejar. Con algunas personas me está funcionando el dejar de
atender a sus palabras y estar en silencio mostrándome seria, con otras
está siendo necesario confrontar y decirles "no quiero hablar de este
tema o no pensamos lo mismo así que mejor dejar este tema".
Aunque estar a cargo de un bebé es una
experiencia intensa que nos da mucha consciencia acerca de la energía
que necesitamos para criar y crear, todos y todas somos madres y padres
de nosotros/as mismos/as, de nuestra
vida y de nuestros proyectos creativos.
Solamente necesitamos una actitud
honesta y un tiempo corto de investigación para detectar por dónde se
nos va la energía y luego sí, una temporada de puesta en práctica de
otras maneras de pensar y actuar comenzando por algo pequeño y concreto.
Merece la pena pues gran parte de nuestra experiencia en la
Tierra consiste en ser creadores y creadoras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario