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El color es una percepción visual que se
origina en el cerebro de los seres humanos y de los animales al
interpretar las señales nerviosas que le mandan los foto receptores en
la retina del ojo, que a su vez, distinguen las diferentes longitudes de
onda que captan de la parte visible de la luz, del espectro
electromagnético. Los colores a nivel físico poseen propiedades
específicas, pero además, poseen un componente energético que va más
allá de lo material. Hay dos formas o existen dos actitudes respecto a
la importancia del color y su acción benefactora: su acción física y su
acción
energético-espiritual.
Es muy importante como se usan, como se
decora la casa, como se viste uno, como se rodea uno de elementos
cromáticos, para que estos sean o contribuyan a que todo funcione de
manera armónica en nuestras vidas. Pero también es muy importante poseer
los conocimientos esotéricos y energéticos imprescindibles respecto a
los mismos.
Con ayuda de la
meditación
os enseñaré, a continuación, como atraer las riquezas a vuestro mundo, a
vuestro hogar, a vosotros mismos a través de mis pinturas oro-rubí que
podéis contemplar en el reportaje.
El color oro-rubí es la energía del sol de fuego. Es el fuego del
espíritu
interior. El fuego de la riqueza. Es el rayo de las misiones religiosas
y sacerdotales, el servicio desinteresado y amoroso a toda la
humanidad. Es, también, el rayo de la riqueza, de la abundancia.
Es bueno para crear negocios, riquezas y
actividad. Cuando se mezcla con el oro y el amarillo da naranja que
promueve la riqueza interior.
Tenemos y atraemos lo que somos. Si nuestros pensamientos son de riqueza, crearemos empresas y trabajos prósperos.
Las
pinturas
oro-rubí te harán vibrar en la frecuencia de las riquezas ilimitadas
del universo y despertarás tu propia riqueza interior. Por esta razón el
método para obtenerla es crear en primer lugar ideas de riqueza;
después hay que precipitarlas en acciones concretas y el tercer paso es
materializarlas en tu vida. Para ello tienes que borrar los bloqueos que
impiden tu riqueza.
Primero borra los tuyos propios y, segundo, los de tu familia y ancestros.
Para conseguirlo tienes que
meditar, recordando que materia y energía son dos estados de una misma sustancia.
Para empezar a
meditar,
relaja tu cuerpo, mente y espíritu a través de la respiración
abdominal. A continuación en un estado de serenidad absoluta pon tus
manos a ocho centímetros del cuadro –que he realizado meditando con La
Ley Universal de la Causa y Efecto- y dices en primer lugar:
'Yo
–nombre y apellidos- desde mi budeidad y con ayuda de la budeidad corto
todos los hilos energéticos conectores negativos con la pobreza, los
bloqueos económicos, el mal karma y con las malas causas que lo crearon.
Quedan cortados de mi vida, de mis ancestros, de mi trabajo, de mi
familia, de mis descendientes, de mi cuerpo, mente y espíritu, en el
pasado, presente y futuro.' Acto seguido dices tres veces La Ley Universal del Nam-myôhô-renge-kyô.
Luego añades:
'Yo –nombres y
apellidos-desde mi budeidad y con ayuda de la budeidad creo nuevos hilos
energéticos conectores positivos con la precipitación de las riquezas y
tesoros celestiales que se materializan en mi cuerpo, mente y espíritu,
en mi vida, ancestros, familia y descendientes. Y, además, multiplico los beneficios de la riqueza eternamente en el pasado, presente y futuro. A continuación recitar tres veces la Ley del Nam.
Si podéis decir Nam-myôhô-renge-kyô media hora cada día beneficia mucho.
Finalmente comentaros que hago obra personalizada
meditada especial para cada persona dentro de la misma dinámica anterior.
Francisca Blázquez
Pintora -Arte energético
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