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Podemos encontrar esta simbología de la serpiente en la Biblia, en los mitos de Sumer, en el antiguo Egipto, en las culturas de India (energía Kundalini y el Tercer Ojo), China, Japón, en la mitología Minóica, Nórdica, Célta, y obviamente la encontramos en las culturas Maya, Azteca y Olmeca, entre muchas otras.
¿Que es lo que representa realmente este símbolo serpentiforme que tantas las culturas ancestrales lo han incorporado como protagonista en sus mitos? Ciertamente no es un bicho que naturalmente genere ternura como sí podría un cachorro, o que pueda ser domesticado para cumplir una función para el hombre, como el caballo, ni siquiera que habite por toda la tierra, como las moscas.
En muchas culturas la serpiente es el símbolo de dioses específicos, como Quetzalcóatl para los Aztecas, o Ningizzida para los Sumerios. ¿Como es posible que la figura de la serpiente y su simbología sea compartida por culturas tan distantes que supuestamente no tuvieron ningún contacto entre sí? Es entendible en el caso de culturas emparentadas, o aquellas influenciadas por conquistas o migraciones, pero como pudieron estos mitos llegar a todos los rincones del planeta?
Toda esta evidencia apunta a la posibilidad de un origen común, una fuente que haya podido impregnar sus conocimientos y mitos a otras civilizaciones. Una Cultura Madre que haya legado su cultura a sus sucesoras, y ellas al resto del mundo.
La serpiente en el relato bíblico
La figura de la serpiente tiene, en el relato bíblico, un rol clave en el destino de la humanidad. En la biblia, al igual que en una infinidad de culturas ancestrales, la serpiente aparece como la facilitadora del conocimiento.En la Torá, Dios le prohibe a Adán y a Eva comer del fruto prohibido, y le impone de antemano el castigo del incumplimiento con la muerte. Según la tradición, la serpiente “engaña” a Eva diciendo que Dios no quiere que coman del fruto prohibido porque serían como El, en el conocimiento del bien y el mal, pero que en realidad no morirían:
Es llamativo el lugar que ocupa la figura de la serpiente en el texto bíblico ya que no sólo el término aparece 16 veces, sino que además es la única especie que se menciona al momento de la creación de todos los animales:
Los antiguos aymaras de los Andes decían que Viracocha (wayra qucha: el viento de los mares) moraba en Tiwanaku (Tiahuanaco), lugar donde podemos encontrar el siguiente relieve en la Puerta del Sol:
La serpiente en la civilización sumeria
La civilización sumeria contiene una vasta cantidad de representaciones de serpientes y dragones tanto en sus objetos de arte, como en su literatura y mitología.Enki es una de las deidades supremas de Sumer quien según sus relatos míticos, creó a la humanidad (con un procedimiento que hoy llamaríamos de fertitización asistida). En los mitos sumerios, Enki detenta el epíteto de ushumgal, que significa “gran serpiente-dragón”. Pero no sólo es el creador de la humanidad sino también su salvador, ya que fue quien alertó a Ziusudra (Utnapishtim en babilonio) sobre el inminente diluvio universal (a.ma.ru en sumerio). Es él quien también planta un árbol de grandes frutos en su jardín de Eridú, ciudad de la que es deidad, llamado el árbol-Mes, y otro gran árbol llamado el Kiskanu. Enki encarna al dios de la sabiduría, señor de la construcción, las artes, el diseño y la creación.
En la abundante literatura sumeria encontramos numerosas referencias a serpientes, como en el siguiente párrafo del Poema de la Creación:
No había hiena, no había león; No había perro salvaje ni lobo;
La sabiduría [le había dado]…
A él le había dado Conocimiento;
La Vida Eterna no se la había dado.
la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio
del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
En una copa llamada el Vaso del Rey Gudea se representa al dios Ningizzida, con la doble hélice de serpientes entre dos dragones alados.
El conocimiento y la procreación
En el relato bíblico el “conocimiento” que transfirió la “serpiente” a la humanidad está relacionado inequívocamente con la reproducción de la especie, con la capacidad para procrear, ya que es además de esa manera como se utiliza el término “conocer” de forma bíblica.Luego de la escena del fruto prohibido y el conocimiento obtenido, comienza el relato de la descendencia de la pareja del Edén:
La prostituta le dice a él, a Enkidu: «Tienes conocimiento, Enkidu; ¡te has hecho como un dios!».
Los mitos de la serpiente en la cultura egipcia
El uræus, o ureus, es una representación de la diosa Wadjet. La imagen del uræus constituyó el emblema protector preferente de muchos faraones, quienes eran los únicos que podían portarlo como atributo distintivo de la realeza.
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Por el contrario, Mehen “La que se enrosca”, fue una de las deidades con aspecto de serpiente que a pesar de su aspecto aterrador, se le consideraba un espíritu benévolo y protector de la sagrada barca solar de Ra, en su diario recorrido nocturno por la Duat, el Inframundo. En muchas representaciones, las curvas de su cuerpo envuelven la capilla de Ra, o su barca, como un escudo protector contra las fuerzas del mal, encarnadas en el Inframundo por Apofis, símbolo del caos universal.
La serpiente emplumada en Mesoamérica
Según la tradición Azteca, Quetzalcóatl, es el creador del universo y de la humanidad, el Ser Supremo.
Quetzalcóatl significa “serpiente emplumada” (quetzalli, plumaje; cōātl, serpiente) y representa la vida, la luz, la sabiduría, la fertilidad y el conocimiento.
Los Mayas retomaron a Quetzalcóatl, a quien le conocían como Kukulkán, nombre que en maya yucateco se puede traducir como Serpiente de Plumas (k’ukulk’an, ‘pluma y serpiente’). En el libro Popol-Vuh, libro sagrado de los indios Maya Quichés, se relata:
… Sólo los Constructores, los Formadores, los Dominadores, los Poderosos del Cielo, los Procreadores, los Engendradores, estaban sobre el agua, luz esparcida. [Sus símbolos] estaban envueltos en las plumas, las verdes; sus nombres [gráficos] eran, pues, Serpientes Emplumadas. Son grandes Sabios. Así es el cielo, [así] son también los Espíritus del Cielo; tales son, cuéntase, los nombres de los dioses. … “Que eso sea. Fecundaos. Que esta agua parta, se vacíe. Que la tierra nazca, se afirme”, dijeron. … Así hablaron, por lo cual nació la tierra. Tal fue en verdad el nacimiento de la tierra existente. “Tierra”, dijeron y en seguida nació.Los Toltecas también se referían a esta deidad como la serpiente emplumada “Quetzalcóatl”. Según el mito, acabó con su vida prendiendose fuego en una balsa que construyó con serpientes.
Pero de todas las culturas, esta deidad tuvo origen dentro de la mitología Olmeca, cultura madre de la civilización mesoamericana. De forma similar a los sumerios, se desconoce concluyentemente la filiación étnica de los Olmecas, aunque sí se pueden identificar rasgos negroides en sus esculturas megalíticas. Casualmente, o quizás no tanto, los sumerios se llamaban a sí mismos, los “cabezas negras”.
El primer registro que se tiene de Quetzalcoatl es en la cultura Olmeca hacia el año 1150 AEC y el último se da en la cultura Azteca en 1521 DEC, por lo que la presencia de la deidad de la serpiente emplumada en estos territorios fue de más de 2.600 años. Las etapas cronológicas son, primero como deidad Olmeca, Tolteca, Maya y más tarde en el grupo de los dioses Aztecas.
Mitos sobre serpientes en otras culturas
Paralelamente, en el marco del hinduismo, la kundalini es una energía invisible e inmedible representada por una serpiente, que se encuentra adormecida en el muladhara, el primero de los chakras que por medio de la meditación puede ser estimulada para ir ascendiendo hasta lograr la “iluminación”. La energía Kundalini, también conocida como el poder de la serpiente viaja a lo largo de dos canales hasta el polo central o sushumna: la ida (izquierda) y pingala (a la derecha).Ida: Comienza y termina a la izquierda de Susumna. Es energía femenina y se refiere al lado derecho del cerebro y el lado izquierdo del cuerpo. También es llamado “chandra” o “luna” Nadi, ya que esta relacionado con la energía lunar. Controla todos los procesos mentales.
Pingala: Comienza y termina a la derecha de Susumna. Es energía masculina y gobierna el lado derecho del cuerpo y el lado izquierdo del cerebro. También es llamado “Suria” o “sol” nadi, ya que esta relacionado con la energía solar. Controla los procesos vitales.
En la cultura de la Antigua Grecia, la Vara de Asclepio es un símbolo asociado con la medicina, específicamente con la curación de enfermos, y consiste en una serpiente entrelazada alrededor de una vara larga. La serpiente, que muda periódicamente de piel, simboliza el rejuvenecimiento.
Otro símbolo de la antigua Grecia es el Caduceo de Hermes. La historia es que un día caminando por el campo con un bastón de madera, Hermes observó a dos serpientes peleando, interpuso el bastón entre ellas, que se enroscaron en él, y quedaron inmóviles mirándose cara a cara. Se trata evidentemente de una síntesis de la representación de la energía Kundalini.
En la aldea de la Tribu Dogon, en Mali, se pueden observar pinturas y esculturas de serpientes.
Para los aborígenes australianos, los Wandjina son los dioses creadores de la vida en la Tierra, que trajeron la civilización y la prosperidad a los pueblos de la zona. Según su tradición, ellos son quienes pintaron sus propias imágenes en las paredes de las cuevas de Kimberley Australia, cuando descendieron a la Tierra en tiempos muy antiguos. Su símbolo, al igual que Quetzalcoatl, Kukulcán, era la Serpiente emplumada.
Podemos encontrar más simbología de la serpiente en Cairn de Gavrinis, como este tallado pétreo:
Apofis representaba el mal con el que había que luchar, sin embargo,
nunca habría de ser aniquilada, sólo dañada o sometida, ya que de otro
modo el ciclo solar no podría llevarse a cabo diariamente y el mundo
perecería. Para los antiguos egipcios era necesario que existiese el
concepto del mal para que el bien fuera posible.
En la Cueva de la Maná se han hallado toda suerte de objetos decorados con pintura fosforescente, incluida una serpiente:
En la Cueva de Los Tayos se han encontrado gran cantidad de piezas con detalles de serpientes.
Uróboros
Existe otro símbolo que involucra a este reptil. El Uróboros es un símbolo que muestra a un animal serpentiforme, engullendo su propia cola, conformando con su cuerpo una forma circular o de “8”. Es un símbolo de renovación continua de la vida, y representa la naturaleza cíclica de las cosas, la idea de lo infinito donde todo vuelve a comenzar permanentemente. En algunas de sus representaciones lleva por complemento inscripciones como: “el Uno es el Todo” o “Todo parte del Uno y vuelve al Uno”.En los jeroglíficos de la cámara del sarcófago de la pirámide del faraón llamado Unas –en torno al 2.345-2.375 a.C- se puede interpretar el siguiente texto:
En algunas religiones africanas las serpientes son animales sagrados, semi-deidades como Aidophedo son descritas como serpientes que se muerden la cola. Tambien se han encontrado indicios o referencias al ouroborus en los pueblos fenicios, en la religión hindú, en algunas religiones africanas y tradiciones influenciadas por estas.
En los mitos nórdicos la imagen del ouroborus aparece nuevamente en forma de texto, representada como Jörmungandr o tambien llamada “Serpiente de Midgard”, hijo de Loki y Angrboda. Según el mito la Serpiente de Midgard era un ser perverso que Odin tuvo que arrojar al mar, creció tanto que mordiéndose la cola podría abrazar toda la tierra.
Una de las representaciones mas conocidas y enigmáticas de este símbolo se encuentra en un tratado alquímico conocido como Chrysopoeia de Cleopatra, que data del siglo II, es por tanto una de las representaciones mas antiguas del Ouroborus.
Representación del Ouroborus tal como figura en Chrysopoeia de Cleopatra, en el centro se puede leer: Hen to pan, Todos es Uno. Es especialmente característica la simbología que sugiere la representación del ouroborus del Chrysopoeia de Cleopatra, con la peculiaridad de que la serpiente tiene la mitad del cuerpo y la cabeza de color negro y la otra mitad del cuerpo y la cola de color blanco, como una versión occidental del Ying y Yang.
El Yin y Yang es un concepto fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el universo según la filosofía oriental, en la que surge. Describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas. En todo se sigue este patrón: luz/oscuridad, sonido/silencio, calor/frío, movimiento/quietud, vida/muerte, mente/cuerpo, masculino/femenino, etc. El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración.
Muchos indicios apuntan a que el símbolo del ouroborus perduro dentro de tradiciones y escuelas como la Gnosis, la Alquimia y el Hermetismo, las cuales han traído este símbolo hasta hoy día. Hermes describe como “serpas cuius caudeam devorabit”. En este punto el símbolo ouroborus muestra ciertas analogías con el mito del ave Phoenix.
Este simbolismo de regeneración asociado a la serpiente no es de extrañar si tenemos en cuenta la capacidad que tiene este reptil de mudar la piel vieja y revestirse de una nueva. En la Alquimia, el Ouroboros simboliza la naturaleza circular de la obra del alquimista que une los opuestos: lo consciente y lo inconsciente. Siendo igualmente un símbolo de purificación, que representa los ciclos eternos de vida y muerte. El simbolismo esotérico del ouroborus se encuentra en las escuelas Herméticas, Masónicas o Gnosticas.
Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De esto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización sólo lo sería por conveniencia. Estas dos fuerzas, yin y yang, serían la fase siguiente después del Taiji o Tao, principio generador de todas las cosas, del cual surgen.
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