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Sofonisba Anguissola
Nació en Cremona, Italia, hacia 1530.Perteneciente a una noble familia, recibió formación pictórica desde muy niña, al igual que sus cinco hermanas.
Inicialmente recibió clases desde alrededor de 1545, del pintor Bernardino Campi, y a partir de 1549 de Bernardino Gatti.
En una visita de Giorgio Vasari a su familia, este apuntó las enormes aptitudes de Sofonisba para el dibujo y la pintura.
Sobre todo se dedicó, con un gran talento, al retrato, que siempre dotaba de minuciosos detalles, que de alguna forma determinan su estilo; como ejemplo podemos citar sus numerosos autorretratos, en los que bien lee, interpreta música o pinta, actividades que en cualquier caso denotan su elevado rango social.
Se puede apreciar en sus primeras obras la influencia de Campi, que también había sido un notable retratista. Durante estos primeros años de su carrera realizó algunos cuadros de tema religioso.
En 1559 fue invitada a la corte de Felipe II de España, por mediación del Duque de Alba y del duque de Sessa, entonces gobernador de Milán.
En Madrid ejerció como dama de compañía de Isabel de Valois, esposa de Felipe II, tiempo en el que continuó pintando retratos.
La autoría del retrato, que actualmente se le atribuye a ella de Felipe II, se adjudicó, según un inventario del Alcázar de Madrid en 1686, a Juan Pantoja de la Cruz, sin embargo, estudios posteriores, determinaron que se asemejaba más a la pintura de Sofonisba, hecho que fue definitivamente confirmado en una exposición que se celebró en el Museo del Prado en 1990.
Al igual ocurrió con el de “Isabel de Valois sosteniendo un retrato de Felipe II”, que también fue considerada anteriormente de Pantoja de la Cruz.
Pintó así mismo retratos de Juana hermana del rey, de su hijo Don Carlos y Ana de Austria, cuarta esposa de Felipe II, todos ellos con un vibrante colorido y gran vitalidad.
Alrededor de 1571 contrajo matrimonio con Fabrizio de Moncada, hermano del virrey de Sicilia, sitio al que se trasladó la pareja. Tras la muerte de este, se casó de nuevo, esta vez con un noble de Génova, Orazio Lomellino, viviendo a partir de entonces entre Palermo y Génova.
En Génova recibió la visita de Anton Van Dyck en 1624, pintando un retrato de ella cuando ya contaba con noventa y seis años, conservando aún el genio sutil que la había caracterizado toda la vida y la capacidad de discutir todavía sobre pintura.
Murió en Palermo en 1625, cuando contaba con 93 años de edad, siendo internacionalmente aclamada y respetada a lo largo de su vida.
Cuando habían pasado siete años de su muerte, coincidiendo con el centenario de su nacimiento, su viudo colocó una inscripción en su tumba en la que se podía leer: “A Sofonisba, mi mujer, quien es recordada entre las mujeres ilustres del mundo” Orazio Lomellino.
Se conservan al menos cincuenta obras atribuidas con seguridad a la pintora, que se pueden visitar en los más importantes museos del mundo, entre otros: El Museo del Prado de Madrid, las Galerías en Bérgamo de Budapest, la Pinacoteca de Brera de Milán, la Galería de los Uffizzi de Florencia, y en museos de Nápoles y Siena.
Sofonisba es también una importante figura para el movimiento feminista, ya que logró triunfar en una época en la que las mujeres estaban en un segundo plano en el mundo del arte, logrando abrir camino para muchas otras, entre ellas: Lavinia Fontana, Bárbara Longhi, Fede Galizia y Artemisa Gentileschi.
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