Son también las que nos permiten descubrir la presencia de Dios en todo lo que existe, cuando este maravilloso suceso se da abrimos la puerta a la provisión generosa y eterna del universo.
La gratitud nos eleva por encima de las preocupaciones; hace que podamos dejar todas aquellas situaciones imprevistas y desconcertantes en manos de Dios y caminemos por la vida con paso firme y seguro, llenos de dicha y serenidad, abiertos a la abundancia y generosidad Divinas.
Con la llave maestra de la gratitud se superan los rencores y resentimientos, cambia la visión de cualquier situación; en lugar de sentirnos mal con las personas con las que tenemos o hemos tenido dificultades en el pasado, les agradecemos lo que nos permitieron aprender con esa experiencia, o sea, transformamos el malestar interior y el resentimiento en bienestar, ya que la gratitud sólo puede producir bienestar a la persona que la siente.
Con esta nueva visión desaparecen los rencores, porque una persona agradecida fija su atención en lo que aprende de las dificultades superándolas definitivamente.
Jesús dijo “AMA A TUS ENEMIGOS”. ¿Por qué? Pues porque a través de ellos es como aprendemos de nuestras limitaciones para poder superarlas; esto es algo muy valioso, para agradecer.
Las dificultades son valiosas porque son las que nos fortalecen y nos liberan de las limitaciones mentales; sentirnos mal con alguien o con algo, es algo que sucede porque existe en nuestro sistema de creencias una gran limitación mental que nos lleva a juzgar y rechazar. Los momentos difíciles, las situaciones confrontantes y desagradables evidentemente generan un gran malestar en nuestro interior: eso parece inevitable; sin embargo, si limpiamos nuestro sistema de creencias y analizamos las cosas desde la sabiduría, vemos que nosotros voluntariamente somos quienes elegimos sentirnos mal con algo o alguien, y que también somos quienes nos aferramos a ese sentimiento, guardándolo en nuestro corazón, convirtiéndolo en una carga muy pesada. De igual manera somos los únicos que podemos liberarnos de ella, dirigiendo nuestro pensamiento y nuestras acciones hacia el aprendizaje que nos dejaron y agradeciéndolo de corazón.
– La gratitud hacia otras personas y hacia la vida, aumenta la felicidad.
– Cuando nos sentimos poco apreciados, recordar las cosas lindas que hemos recibido y sentir gratitud por ellas, sube nuestra autoestima.
-Agradecer lo que tenemos nos libera inmediatamente de la sensación de pérdida y aleja la escasez.
– Cuando somos conscientes de todo el amor que recibimos, podemos olvidar rápidamente los problemas. Fijar la atención en las situaciones negativas alimenta el miedo; agradecer lo positivo nutre el espíritu.
– Recordar agradecidos los momentos hermosos del pasado nos hace sonreír y se inunda de alegría el corazón.
Sentir gratitud al recordar los momentos felices ya vividos puede resultar muy sencillo y de hecho bastante gratificante, sin embargo, no debemos excluir la gratitud por aquellos momentos difíciles y dolorosos, porque la gratitud que sentimos hacia ellos es una forma de sanar el pasado y liberarnos de rencores, abandonando las cargas innecesarias y pesadas que arruinan la vida.
Finalmente el regalo más maravilloso que nos ofrece la gratitud es la claridad mental. Al expresar gratitud hacia todo descubrimos la guía Divina en nuestra vida, podemos ver que cada persona y cada suceso son una bendición y una oportunidad que la vida coloca en nuestro camino.
Al expresar gratitud por el pasado, llenamos de serenidad y alegría el presente y construimos un futuro feliz.
Nueva Humanidad
Fuente: Ciencia Cósmica
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