Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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los cuatro acuerdos de la sabiduria Maya

Los cuatro acuerdos de la sabiduria maya
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hada mariposas

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Secretos Parameshwary

viernes, 29 de mayo de 2015


EL HOMBRE DE CONOCIMIENTO

1. El Conocimiento
2. El Camino del Conocimiento
3. Camino con corazón
4. Los cuatro enemigos del Hombre de Conocimiento


"Ser Hombre de Conocimiento no es un fin, es un proceso. Uno no es nunca en realidad un Hombre de Conocimiento. Más bien, uno se hace Hombre de Conocimiento por instantes muy cortos. Un Hombre de Conocimiento es alguien que ha seguido de verdad las penurias de aprender. Un hombre que, sin apuro, sin vacilación ha ido lo más lejos que puede en desenredar los secretos del poder y del Conocimiento. Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo; con respeto y con absoluta confianza. Ir en cualquier otra forma al saber o a la guerra es un error, y quien lo comete vivirá para lamentar sus pasos. El miedo es el primer enemigo natural que un hombre debe derrotar en el camino del saber.
Lo malo de hacer preguntas es que lo que queremos averiguar nunca se revela cuando uno lo pide. Podemos saber sin palabras o incluso sin pensamientos. El conocimiento y el lenguaje son cosas separadas. No estamos acostumbrados a esta clase de vida; por eso las señales se nos escapan.
El hombre se ocupa demasiado de si mismo. Ese es el problema. Y eso produce una tremenda fatiga. Uno ha de buscar y ver las maravillas que le rodean. Caso contrario se cansara de mirarse a si mismo, y el cansancio le hará sordo y ciego a todo lo demás."

El ego nos ha vuelto mecánicos. Las reacciones ante las impresiones que nos llegan, son totalmente mecánicas, porque así es como estamos "programados". Somos criaturas cargadas de hábitos y rutinas. Asimismo nuestro entorno social nos hace creer que somos libres, si bien en realidad no lo somos tanto, porque pocas veces podemos decidir por nuestra cuenta.
Hay demasiados elementos dentro de nuestra psicología que condicionan nuestra conducta; demasiadas ideas preconcebidas enquistadas dentro de nosotros, acerca de lo que nos rodea, de lo que somos, de lo que nos gustaría ser; y eso nos impide ver la realidad y expresarnos de manera natural.
No es muy difícil darse cuenta de ello por uno mismo; basta con auto-observarse un poco durante el día, para estudiar las reacciones que tenemos. Podremos ver entonces, que en la mayoría de situaciones, aunque aparentemente parece que escogemos libremente el actuar de una forma u otra, veremos que hay algo dentro de nosotros que condiciona nuestros actos. Si nos fijamos veremos que no siempre hacemos ni pensamos lo que queremos.
Esta es la manera como vivimos; como vive el Hombre Común; como una marioneta gobernada por toda esa carga que llevamos en nuestro interior, es decir por el Ego, que se constituye de nuestros miedos, culpabilidades, codicia, ira, envidia, orgullo, lujuria, etc. ... e innumerables defectos más que tienen atrapada a nuestra esencia más pura, la Conciencia.
Todo eso conlleva muchas tensiones, sufrimientos, incongruencias internas. A menudo nos encontramos que estamos haciendo algo, pero entonces entra la mente y nos dice que deberíamos estar haciendo otra cosa y mientras, el cuerpo está deseando hacer otra distinta. Al final el desgaste energético es enorme.
Podremos darnos cuenta de que no hay una uniformidad absoluta dentro de nosotros, un equilibrio, una autoridad interna.
¿Porque no podemos dejar de pensar? ¿Por qué no somos coherentes, y ahora pensamos una cosa y a los cinco minutos lo vemos de forma distinta? Pues porque en realidad, no somos una unidad. Hay miles de elementos en nuestro interior, que piensan, sienten y actúan por nosotros.
Pero existe la posibilidad de cambiar. Se puede dejar de transitar por la vida con la conciencia dormida; se puede dejar de ser un hombre común para convertirse en Hombre de Conocimiento.
El Hombre de Conocimiento es aquel que un buen día, oyó a su Conciencia que le susurraba a su corazón que había cosas que no encajaban con la descripción que tenía del mundo. Es aquel que al darse cuenta de que vivía experiencias que no eran compatibles con su "programa psicológico", empezó a plantearse si existirían respuestas para tantos misterios.
Entonces empezó a buscar esas respuestas. Aunque seguía encadenado dentro de la "caverna" de Platón, empezó a girar la cabeza hasta que encontró la Luz.
La luz no es otra cosa que el Conocimiento. El único punto de referencia que puede ayudar al Hombre Común a convertirse en Hombre de Conocimiento, es decir, a ver el mundo de forma distinta, a darse cuenta que está dormido y encadenado detrás de una barrera racional que le hace confundir la realidad con una mera representación de ésta.








r a nadie, en cualquier caso, puede dar la teoría y las prácticas para que otra persona llegue a experimentarlo por sí misma. Esa es la finalidad de una Escuela de Conocimiento: dar los medios para que cada uno encuentre la verdad dentro de sí mismo.

Cuando uno empieza a tener las claves, se da cuenta de que realmente el Conocimiento es universal y que es tan antiguo como el Mundo; porque está presente en todas las culturas y en todas las épocas. Podemos ver los mismos símbolos en Egipto que en una catedral gótica, en una escultura griega que en una pirámide de la cultura Maya, Azteca o Incas, o en el Tibet, en la India o en China, etc.… incluso en la Biblia y el Antiguo Testamento existen los mismos símbolos que en el Corán, la Thorá o que en las palabras de Budha.

El Camino del Conocimiento

Iniciar el Camino del Conocimiento, implica empezar a rebelarse contra el estado en que nos encontramos. Se trata de iniciar una revolución contra todo lo establecido, pero no afuera, sino dentro de nosotros; este es el gran secreto.
Hay mucha gente que se da cuenta de como está el mundo, y sienten esa necesidad de rebelarse, de cambiar las circunstancias, pero canalizan mal esa rebeldía y enfocan todo su esfuerzo hacia afuera, se afilian a tal o cual grupo, o simplemente deciden vestir de determinada manera para mostrar su disconformidad con lo establecido, y está bien, no es que estemos en contra de eso, podrán ayudar a alguna causa concreta, pero jamás lograrán de verdad, cambiar el fondo de la cuestión, es decir a sí mismos.

Hay una ley cósmica, conocida como la "Ley de Analogías", que dice que como es adentro es afuera y como es arriba es abajo, es decir que el estado actual del planeta, no es más que el reflejo del interior de cada uno de los individuos que lo habitamos, y de la misma manera nuestro entorno más cercano no es más que el reflejo de nuestro interior.
Por lo tanto, para cambiar el mundo, es necesario que todos sus habitantes o gran parte de ellos, cambien internamente. De hecho existen experiencias al respecto. A veces se han hecho experimentos en los que determinados grupos han estado haciendo trabajos conjuntos de meditación durante unos días, y en esa ciudad ha bajado el número de actos delictivos, por ejemplo.
Así pues, para cambiar nuestro mundo, hay que empezar por cambiarse a uno mismo.
Y pueden estar seguros que cuando uno empieza a transformarse, cambia su estado interior, cambia su vibración energética, aumenta su nivel de Ser y en consecuencia se empiezan a generar y a atraer circunstancias nuevas afines a su nuevo estado.
Es cierto que cambiarse a sí mismo no es cosa fácil, pero está al alcance de cualquier persona que anhele hacerlo. A partir de ahí, solo se requiere de otra cosa más: adoptar la Actitud del Guerrero.
Para convertirse en Hombre de Conocimiento se necesita ser guerrero, revolucionario.
Se trata de empezar a liberarse de las cadenas de las que habla Platón y salir de la caverna.
Pero cuando uno elimina su "programa psicológico", ya no hay nada que le dicte cómo tiene que actuar, ni qué tiene qué pensar, ni qué tiene que sentir; uno empieza a ser libre, y eso no es sencillo, ya que implica pensar por uno mismo, tomar decisiones.
Por lo tanto asumir la responsabilidad hasta la última consecuencia de esas decisiones, y para eso se necesita ser osado y valiente.
Ser guerrero no define ninguna característica externa, no tiene nada que ver con la edad, ni con el sexo, ni con el aspecto físico. Puede serlo una dulce abuela de 70 años, o un joven de 16. Ser guerrero es una actitud, es una resolución interior, es un modo de vida.
Se trata de tomar el compromiso con uno mismo. Y solo con eso, ya se empiezan a mover cosas y a generar circunstancias nuevas.















-
Camino con corazón

El camino del conocimiento, como cualquier otro camino de espiritualidad, es ya de por sí radical y exigente como para poder seguirlo a la fuerza, contra voluntad. Se podrá seguir, y muchos mal dirigidos así lo intentan, pero no dará los frutos prometidos. El camino quedará en pura ascesis, en moral, pero no llevará al conocimiento. Don Juan Matus es de claridad meridiana a este respecto:

"Cualquier opción es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir bajo él bajo ninguna condición.
Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinaria. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más que un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón de dice.
Tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que sólo se hace un hombre muy viejo. Mi maestro me habló de ella una vez cuando yo era joven y mi sangre era demasiado vigorosa para que yo la entendiera. Ahora si la entiendo. Te diré cual es: ¿tiene corazón este camino?
Si la respuesta es no, tu mismo lo sabrás y deberás entonces escoger otro camino. Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ningún lado.
Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte. Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor. Si tiene corazón, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Aunque ningún camino lleve a ninguna parte, unos tienen corazón y otros no. Unos hacen gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. Otros te harán maldecir tu vida. Unos te hacen fuerte; otros te debilitan.

Cualquiera puede saber si un camino tiene corazón o no. El problema es que nadie se hace la pregunta y cuando uno por fin se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo. En estas circunstancias muy pocos hombres puede pararse a considerar, y más pocos aún pueden dejar el camino."
"Las enseñanzas de Don Juan"

"Siempre hay que escoger el camino con corazón para estar lo mejor posible, quizá para poder reír todo el tiempo." Y para escogerlo tiene que estar libre de ambición y de miedo. Para una vez escogido, recorrerlo con corazón: un camino de corazón y con corazón.

No es el camino en sí lo que es importante. Cualquier camino no será nada más que un camino entre cantidad de caminos. Al final de cuentas un camino es un método, una disciplina, un comportamiento, hasta el punto que cualquier cosa puede ser un camino. Y en tal sentido, todos los caminos son iguales, en sí mismos considerados no llevan a ninguna parte. Son lo que son, y nada más: puros medios. El secreto está en que el camino sea sabio y adecuado para uno, tenga corazón, y en la forma de seguirlo, con sobriedad y serenidad, sin tensión, morbidez ni obsesiones. Aún el mejor camino, vivido con ansiedad y preocupación, resulta una trampa. El camino del conocimiento es el camino por excelencia de la sobriedad. Y la sobriedad no es otra cosa que la realidad tal cual es. Cualquier cosa que se le añada termina sobrando porque la impide.



EL HOMBRE DE CONOCIMIENTO

1. El Conocimiento
2. El Camino del Conocimiento
3. Camino con corazón
4. Los cuatro enemigos del Hombre de Conocimiento


"Ser Hombre de Conocimiento no es un fin, es un proceso. Uno no es nunca en realidad un Hombre de Conocimiento. Más bien, uno se hace Hombre de Conocimiento por instantes muy cortos. Un Hombre de Conocimiento es alguien que ha seguido de verdad las penurias de aprender. Un hombre que, sin apuro, sin vacilación ha ido lo más lejos que puede en desenredar los secretos del poder y del Conocimiento. Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo; con respeto y con absoluta confianza. Ir en cualquier otra forma al saber o a la guerra es un error, y quien lo comete vivirá para lamentar sus pasos. El miedo es el primer enemigo natural que un hombre debe derrotar en el camino del saber.
Lo malo de hacer preguntas es que lo que queremos averiguar nunca se revela cuando uno lo pide. Podemos saber sin palabras o incluso sin pensamientos. El conocimiento y el lenguaje son cosas separadas. No estamos acostumbrados a esta clase de vida; por eso las señales se nos escapan.
El hombre se ocupa demasiado de si mismo. Ese es el problema. Y eso produce una tremenda fatiga. Uno ha de buscar y ver las maravillas que le rodean. Caso contrario se cansara de mirarse a si mismo, y el cansancio le hará sordo y ciego a todo lo demás."

El ego nos ha vuelto mecánicos. Las reacciones ante las impresiones que nos llegan, son totalmente mecánicas, porque así es como estamos "programados". Somos criaturas cargadas de hábitos y rutinas. Asimismo nuestro entorno social nos hace creer que somos libres, si bien en realidad no lo somos tanto, porque pocas veces podemos decidir por nuestra cuenta.
Hay demasiados elementos dentro de nuestra psicología que condicionan nuestra conducta; demasiadas ideas preconcebidas enquistadas dentro de nosotros, acerca de lo que nos rodea, de lo que somos, de lo que nos gustaría ser; y eso nos impide ver la realidad y expresarnos de manera natural.
No es muy difícil darse cuenta de ello por uno mismo; basta con auto-observarse un poco durante el día, para estudiar las reacciones que tenemos. Podremos ver entonces, que en la mayoría de situaciones, aunque aparentemente parece que escogemos libremente el actuar de una forma u otra, veremos que hay algo dentro de nosotros que condiciona nuestros actos. Si nos fijamos veremos que no siempre hacemos ni pensamos lo que queremos.
Esta es la manera como vivimos; como vive el Hombre Común; como una marioneta gobernada por toda esa carga que llevamos en nuestro interior, es decir por el Ego, que se constituye de nuestros miedos, culpabilidades, codicia, ira, envidia, orgullo, lujuria, etc. ... e innumerables defectos más que tienen atrapada a nuestra esencia más pura, la Conciencia.
Todo eso conlleva muchas tensiones, sufrimientos, incongruencias internas. A menudo nos encontramos que estamos haciendo algo, pero entonces entra la mente y nos dice que deberíamos estar haciendo otra cosa y mientras, el cuerpo está deseando hacer otra distinta. Al final el desgaste energético es enorme.
Podremos darnos cuenta de que no hay una uniformidad absoluta dentro de nosotros, un equilibrio, una autoridad interna.
¿Porque no podemos dejar de pensar? ¿Por qué no somos coherentes, y ahora pensamos una cosa y a los cinco minutos lo vemos de forma distinta? Pues porque en realidad, no somos una unidad. Hay miles de elementos en nuestro interior, que piensan, sienten y actúan por nosotros.
Pero existe la posibilidad de cambiar. Se puede dejar de transitar por la vida con la conciencia dormida; se puede dejar de ser un hombre común para convertirse en Hombre de Conocimiento.
El Hombre de Conocimiento es aquel que un buen día, oyó a su Conciencia que le susurraba a su corazón que había cosas que no encajaban con la descripción que tenía del mundo. Es aquel que al darse cuenta de que vivía experiencias que no eran compatibles con su "programa psicológico", empezó a plantearse si existirían respuestas para tantos misterios.
Entonces empezó a buscar esas respuestas. Aunque seguía encadenado dentro de la "caverna" de Platón, empezó a girar la cabeza hasta que encontró la Luz.
La luz no es otra cosa que el Conocimiento. El único punto de referencia que puede ayudar al Hombre Común a convertirse en Hombre de Conocimiento, es decir, a ver el mundo de forma distinta, a darse cuenta que está dormido y encadenado detrás de una barrera racional que le hace confundir la realidad con una mera representación de ésta.




El Camino del Conocimiento

Iniciar el Camino del Conocimiento, implica empezar a rebelarse contra el estado en que nos encontramos. Se trata de iniciar una revolución contra todo lo establecido, pero no afuera, sino dentro de nosotros; este es el gran secreto.
Hay mucha gente que se da cuenta de como está el mundo, y sienten esa necesidad de rebelarse, de cambiar las circunstancias, pero canalizan mal esa rebeldía y enfocan todo su esfuerzo hacia afuera, se afilian a tal o cual grupo, o simplemente deciden vestir de determinada manera para mostrar su disconformidad con lo establecido, y está bien, no es que estemos en contra de eso, podrán ayudar a alguna causa concreta, pero jamás lograrán de verdad, cambiar el fondo de la cuestión, es decir a sí mismos.

Hay una ley cósmica, conocida como la "Ley de Analogías", que dice que como es adentro es afuera y como es arriba es abajo, es decir que el estado actual del planeta, no es más que el reflejo del interior de cada uno de los individuos que lo habitamos, y de la misma manera nuestro entorno más cercano no es más que el reflejo de nuestro interior.
Por lo tanto, para cambiar el mundo, es necesario que todos sus habitantes o gran parte de ellos, cambien internamente. De hecho existen experiencias al respecto. A veces se han hecho experimentos en los que determinados grupos han estado haciendo trabajos conjuntos de meditación durante unos días, y en esa ciudad ha bajado el número de actos delictivos, por ejemplo.
Así pues, para cambiar nuestro mundo, hay que empezar por cambiarse a uno mismo.
Y pueden estar seguros que cuando uno empieza a transformarse, cambia su estado interior, cambia su vibración energética, aumenta su nivel de Ser y en consecuencia se empiezan a generar y a atraer circunstancias nuevas afines a su nuevo estado.
Es cierto que cambiarse a sí mismo no es cosa fácil, pero está al alcance de cualquier persona que anhele hacerlo. A partir de ahí, solo se requiere de otra cosa más: adoptar la Actitud del Guerrero.
Para convertirse en Hombre de Conocimiento se necesita ser guerrero, revolucionario.
Se trata de empezar a liberarse de las cadenas de las que habla Platón y salir de la caverna.
Pero cuando uno elimina su "programa psicológico", ya no hay nada que le dicte cómo tiene que actuar, ni qué tiene qué pensar, ni qué tiene que sentir; uno empieza a ser libre, y eso no es sencillo, ya que implica pensar por uno mismo, tomar decisiones.
Por lo tanto asumir la responsabilidad hasta la última consecuencia de esas decisiones, y para eso se necesita ser osado y valiente.
Ser guerrero no define ninguna característica externa, no tiene nada que ver con la edad, ni con el sexo, ni con el aspecto físico. Puede serlo una dulce abuela de 70 años, o un joven de 16. Ser guerrero es una actitud, es una resolución interior, es un modo de vida.
Se trata de tomar el compromiso con uno mismo. Y solo con eso, ya se empiezan a mover cosas y a generar circunstancias nuevas.















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Camino con corazón

El camino del conocimiento, como cualquier otro camino de espiritualidad, es ya de por sí radical y exigente como para poder seguirlo a la fuerza, contra voluntad. Se podrá seguir, y muchos mal dirigidos así lo intentan, pero no dará los frutos prometidos. El camino quedará en pura ascesis, en moral, pero no llevará al conocimiento. Don Juan Matus es de claridad meridiana a este respecto:

"Cualquier opción es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir bajo él bajo ninguna condición.
Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinaria. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más que un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón de dice.
Tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que sólo se hace un hombre muy viejo. Mi maestro me habló de ella una vez cuando yo era joven y mi sangre era demasiado vigorosa para que yo la entendiera. Ahora si la entiendo. Te diré cual es: ¿tiene corazón este camino?
Si la respuesta es no, tu mismo lo sabrás y deberás entonces escoger otro camino. Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ningún lado.
Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte. Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor. Si tiene corazón, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Aunque ningún camino lleve a ninguna parte, unos tienen corazón y otros no. Unos hacen gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. Otros te harán maldecir tu vida. Unos te hacen fuerte; otros te debilitan.

Cualquiera puede saber si un camino tiene corazón o no. El problema es que nadie se hace la pregunta y cuando uno por fin se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo. En estas circunstancias muy pocos hombres puede pararse a considerar, y más pocos aún pueden dejar el camino."
"Las enseñanzas de Don Juan"

"Siempre hay que escoger el camino con corazón para estar lo mejor posible, quizá para poder reír todo el tiempo." Y para escogerlo tiene que estar libre de ambición y de miedo. Para una vez escogido, recorrerlo con corazón: un camino de corazón y con corazón.

No es el camino en sí lo que es importante. Cualquier camino no será nada más que un camino entre cantidad de caminos. Al final de cuentas un camino es un método, una disciplina, un comportamiento, hasta el punto que cualquier cosa puede ser un camino. Y en tal sentido, todos los caminos son iguales, en sí mismos considerados no llevan a ninguna parte. Son lo que son, y nada más: puros medios. El secreto está en que el camino sea sabio y adecuado para uno, tenga corazón, y en la forma de seguirlo, con sobriedad y serenidad, sin tensión, morbidez ni obsesiones. Aún el mejor camino, vivido con ansiedad y preocupación, resulta una trampa. El camino del conocimiento es el camino por excelencia de la sobriedad. Y la sobriedad no es otra cosa que la realidad tal cual es. Cualquier cosa que se le añada termina sobrando porque la impide.

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