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Una vez que comprendamos que lo que aquí experimentamos son sólo fenómenos, veremos con claridad que tan confusa y
engañosa es la manera en la que se desenvuelve la mente.
Cuando hayamos entendido lo insensato que es desperdiciar nuestra energía apegados a la intriga para dominar a quienes creemos que son enemigos y competidores, lo encontraremos tedioso.
Una vez que hayamos comprendido lo inútil de dejarnos influenciar y seguir condicionados por nuestras creencias habituales, nos sentiremos liberados…
Gracias a todo esto, podemos encontrar la inspiración que nos lleve hacia la liberación.
La
humildad en ocasiones es considerada una debilidad y no vemos que el
orgullo, es una exageración narcicista del ego que cierra las puertas a
avanzar.
La humildad es una cualidad que el hombre contemporáneo ha olvidado.
Constantemente
nos dan consejos a cerca de cómo reafirmarnos, ser buenos,
empoderarnos, ser espirituales en lugar de simplemente SER.
Estamos más ocupados en cómo presentarnos ante otras personas que en descubrir cómo somos en verdad.
"Aprendemos más al permitir que vean lo que somos que aparentar lo que no somos".
La mayoría sigue asociando humildad con falta de auto estima o falta de confianza en sus habilidades.
Darse
auto importancia es un signo de muy baja estima, de creerse inferior,
es todo lo contrario al resultado que espera encontrar.
Es
necesario ser honestos con nosotros mismos, cuando hacemos algo, no
necesitamos el reconocimiento externo, ni estar recordando
constantemente lo que sabemos, lo que hemos hecho, lo que podemos hacer.
Ser
humildes es saber quienes somos y hacia dónde queremos ir respetando a
todo y a todos, sin posicionarnos por delante ni encima de nadie, es
saber que el ego existe pero no le damos más importancia de la que
tiene.
A. Rand.
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