Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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los cuatro acuerdos de la sabiduria Maya

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hada mariposas

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Secretos Parameshwary

martes, 30 de junio de 2015

Las cosas buenas les llegan a aquellos que saben esperar

http://lamenteesmaravillosa.com
paciencia

Paciencia, otra vez esa palabra. El que espera, desespera y se confunde. Sobre todo cuando nos topamos con la incertidumbre de no saber cuándo va a llegar lo que anhelamos.
No te canses de esperar. La recompensa espera que tengas paciencia.
Sin embargo, la paciencia es algo más que la espera, es la expectativa calmada, es una especie de pausa en nuestro anhelo. La paciencia no nos adormece, se impone a la angustia y nos despierta.

La paciencia es amarga pero sus frutos son dulces

Nos cuesta entenderlo pero la paciencia no es cargar y aguantar hasta no poder más y explotar. Ella es un arte, un arte que se hace responsable de liberarnos de las cargas emocionales innecesarias para mantener nuestro estado de paz.
Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza
Las filosofías orientales nos hablan del don de la paciencia como si fuese una fuerza que nuestra mente emplea para decirle al resto del cuerpo que todo llegará.
Y es que las cosas más bellas del mundo requieren de paciencia para recubrirse de un halo de entusiasmo e ilusión. Un amor complicado, una persona casi inaccesible, una preparación física, una oposición; en definitiva, cualquier meta y cualquier logro que nos planteemos.

atrapados

El que espera y no desespera encuentra lo inesperado

Frecuentemente, creemos que la vida nos dice “No”, cuando en realidad solo nos está diciendo “espera”. Nos impacientamos y, como consecuencia, nuestro nerviosismo nos hace cometer errores.
A veces sentimos que nos cansamos, que nuestros amigos, nuestra pareja o nuestras expectativas nos exasperan, que no llega nada de lo que pretendemos crear y que la vida no está hecha para nosotros.

La paciencia, una reina destronada por la velocidad

El secreto de la paciencia es recordar que el dolor es temporal y la recompensa es eterna.
El que aguanta, gana. Sin embargo, a juzgar por el interés que le ponemos a cultivar y a trabajar este don, la paciencia es una reina destronada. Se nos enseña a ser los primeros en todo, a ganar a los que tenemos al lado, a correr… Y ya está.
Si te tomas las cosas con paciencia, no vales, te dejan fuera de juego. Sin embargo, lo cierto es que cualquier éxito requiere tiempo y paciencia, y esos son los únicos instrumentos que nos garantizan alcanzar una destreza.

coses

Trabajar la paciencia para conocerse a uno mismo

Comprenderse a uno mismo requiere paciencia, tolerancia en el darse cuenta; el Yo es un libro de muchos capítulos que no puede leerse en un solo día. Sin embargo, cuando empieces a leerlo, debes leer cada palabra, cada frase y cada párrafo, porque en ellos hay indicios de la totalidad. El principio es en sí mismo el final. Si sabes leer, podrás encontrar la suprema sabiduría.
Jiddu Krishnamurti
Los grandes sabios son personas calmadas, pacientes y seguras de sí mismas. Eso nos da la pista de que ser pacientes nos ayudará a contemplar el mundo con mayor entendimiento y sensatez.
Cuando no trabajamos en el don de la paciencia, nos comportamos de manera impulsiva e irreflexiva, creando o agravando nuestros problemas y dejando escapar multitud de oportunidades.
En realidad, para cultivar tu paciencia necesitas más bien poco pero, sobre todo, son claves que están al alcance de tu mano. Te las comentamos brevemente…

1. Respira

Respirar profundamente siempre es un buen recurso, pues nos ayuda a reflexionar. Cuando nos tomamos unos segundos para respirar estamos, de alguna forma, ofreciendo una pausa a nuestro diálogo interno.

2. Descubre por qué tienes tanta prisa

Reflexiona sobre las razones que te están impacientando. Si exageras, reorganiza tus prioridades. Pensar sobre ello e incluso escribirlo te ayudará a calmarte.

3. Identifica lo que habitualmente te genera impaciencia

Pueden ser otras personas, situaciones estresantes o tú mismo. Sin embargo, el simple hecho de ser consciente de esto te ayudará a disminuir la ansiedad.

4. ¿Tu paciencia es útil o está justificada?

Responderte de manera sincera a esta pregunta fomentará la calma. Busca los patrones y considera sin miedo la posibilidad de dejar ir lo que no te está haciendo bien.

5. Tómate tu tiempo y espera lo inesperado

Tienes que entender que podemos hacer miles de planes pero las cosas no siempre salen como lo deseamos. Acepta que la vida gira y nos da cientos de vueltas hasta acabar donde deseamos. Sé realista en tus expectativas y comprende a los demás.

6. No tengas miedo de cambiar y no te olvides de ensayar

La práctica hace al maestro. Desarrollar la paciencia implica dejar atrás malos hábitos con los que llevamos conviviendo mucho tiempo. Así que, como cualquier aprendizaje, cultivar este don requiere templanza.

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