22 jun 15. Hay preguntas que perduran a lo largo de los siglos: de dónde venimos o quiénes somos. Ciencia y espiritualidad han intentado dar respuestas por separado porque combinar ambas puede resultar un cóctel muy explosivo que hay que manejar con gran destreza. Gregg Braden (Missouri, Estados Unidos, 1958) es un científico estadounidense que se ha atrevido con ello. Lleva tres décadas estudiando e investigando cómo unir los conocimientos espirituales de las culturas milenarias al rigor científico de nuestros días. Con ese objetivo dejó de trabajar como ingeniero aeroespacial en Denver y como experto en geología computacional e informática para empresas como Phillips Petroleum o Cisco Systems. Ha publicado una decena de libros que han sido traducidos a 34 idiomas. Uno de ellos Fractal Time se coló en la lista de bestsellers de The New York Times en el 2009. Su prestigio le ha llevado a dar más de 100 conferencias al año y no sólo al gran público, sino también charlas o presentaciones privadas para Naciones Unidas, grandes corporaciones o el Ejército de los Estados Unidos. Esta es la primera vez que pisa suelo español y ha atendido a La Vanguardia justo antes de acabar de preparar las clases maestras que imparte este viernes y sábado en el Hotel Barceló Sants. Trae también bajo el brazo, con orgullo y emoción, su nominación para el prestigioso premio Templeton Award 2015.
-Usted nació en una comunidad conservadora.
-Sí, en el norte de Missouri. Era un lugar donde la gente no hablaba de espiritualidad, hablaba de ciencia. Creía que todo el mundo pensaba como yo y que no separaba la ciencia de la espiritualidad. Cuando estudiaba ciencia creía que estudiaba un poder mayor, así que cuando estudiaba biología, física, química, geología… esos eran los pequeños compartimentos de un poder mayor.
-Pero trabajó para grandes corporaciones. Como geólogo informático para Phillips Petroleum o como director de operaciones para Cisco Systems. Allí nada de espiritualidad. Y usted los dejó plantados.
-Descubrí que mis pensamientos eran muy diferentes de los de ellos. Me dijeron que tenía que escoger: o ciencia o espiritualidad. Mi respuesta fue: ¿y qué pasa si no elegimos una u otra? ¿Qué pasa si unimos ambas? ¿Dónde nos va a llevar? ¿Cómo nos va ayudar a ver el mundo de una manera diferente y solucionar problemas? Me marché. Luego ese pensamiento se ha reflejado en todo mi trabajo.
-La conferencia de este fin de semana, ¿en qué se va a centrar?
-Vamos a hacer una gran fotografía del mundo para ver cómo está cambiando y cómo nosotros podemos abrazar a ese cambio de una forma sana y saludable. Las mejores mentes de nuestro tiempo dicen que estamos en un tiempo de extremos. No son cosas malas o buenas, sino grandes cambios que están ocurriendo. Y eso significa grandes cambios en nuestras vidas.
-¿A qué tipo de cambios extremos se refiere?
-Hablaremos del cambio climático, los cambios sociales, los económicos, en el cuidado de la salud, etc. Tenemos que encontrar una forma de encajar con esos cambios. Son cambios que nunca hemos visto antes.
-Pero esto no es nuevo, hace mucho que escuchamos hablar del cambio climático o de los cambios sociales o de la crisis económica. ¿Cómo lo asimilamos?
-Para adaptarnos, primero tenemos que comprender. Los cambios están disparados por ciclos, así que vamos a hablar de ciclos de cambios. Cuando los entendamos, el cambio empezará a tener sentido.
-Por ejemplo, sobre el cambio climático, ¿qué discurso debemos asimilar el del aquellos que lo niegan o el de quienes lo pregonan y ambos bajo premisas científicas?
-Gran pregunta. En ambos extremos hay diferentes razones para compartir lo que dicen. He estudiado geología y prefiero permitir a la Tierra que cuente su propia historia. Y no que sea un político, o alguien de una empresa o cualquiera que tenga otros intereses o planes. La historia de la Tierra nos dice que el cambio que estamos viendo es parte de un ciclo mucho más largo.
…
-Se nos ha dicho que el dióxido de carbono se ha incrementado en la atmósfera. Pero la historia de la Tierra está, por ejemplo, en el corazón del hielo de la Antártida, en sus registros de millones de años. Lo que esos ciclos nos dicen es que la temperatura de la Tierra se incrementa primero y después todo lo verde crece. Eso significa que el gas no puede causar el calentamiento global.
-¿Entonces?
-Lo que está cambiando es la relación de la Tierra con el Sol. Lo vemos a través de tres parámetros, como el ángulo en el que están. Eso es lo que cambia. Ahora está sucediendo como ocurrió en el pasado. El cambio es intenso y breve y los datos dicen que el cambio es completo. Después del calentamiento entraremos en un ciclo de enfriamiento.
-Así que no nos debemos creer aquellos que nos dicen que no consumamos tanto porque contaminamos demasiado.
-Esa pregunta tiene truco (ríe). Es bueno consumir menos para deducir el consumo de combustibles fósiles y tener energía solar, eólica… Es bueno tener energías alternativas, pero no van a cambiar el ciclo. Sólo podemos estar preparados con aquello que proceda de nuestra honestidad. Si no somos honestos con el cambio climático, ¿cómo podemos estar preparados para ello? Los cambios afectan más al norte que al sur, a sus tierras, sus gentes, a los alimentos que crecen ahí. Si no lo entendemos, el cambio es un problema.
-Muy bien, somos honestos. ¿Cómo nos adaptamos?
-El cambio es individual, en la familia, en la comunidad. Una de las cosas que nos ayuda es vivir más localmente, depender más de la comida local, de las energías locales. Cuando el clima cambia, cambia el tiempo y esto cambia las estaciones y cuando llueve o cuando nieva. Esto afecta a nuestra manera de vivir.
-Usted fue uno de los abanderados de lo que suponía la fecha del 2012, sobre los presagios y el fin del mundo. ¿Qué se suponía que tenía que pasar?
-Este es un ejemplo de los ciclos que la gente no entiende. Esa fecha fue el final de un ciclo de cinco mil años identificado en las tradiciones de civilizaciones antiguas. Muchas personas creían que era un ciclo de algo malo, pero lo que decían los ancestros era que el final de un ciclo es el inicio de uno nuevo. ¡Y ellos ya dijeron que el clima iba a cambiar nuestras vidas!
-Tiene profundos conocimientos de otras culturas como la egipcia o la tibetana, ¿son culturas científicas o espirituales?
-Ambas, porque es lo mismo. La ciencia describe de una manera, y la espiritualidad de otra.
-¿Cuáles son los falsos supuestos, según usted, de la ciencia en los que nuestra sociedad se basa?
-Vivimos nuestras vidas y resolvemos nuestros problemas basados en la forma en que nos han educado. Durante trescientos años la ciencia nos ha contado una historia de separación: de nosotros mismos, de los demás, del mundo, de un poder mayor y que la naturaleza está basada en un mundo de competición, de conflicto. Es la evolución de Darwin. Pero la nueva ciencia, la mejor ciencia del siglo ha dado un giro a todo esto. Los nuevos descubrimientos nos dicen que estamos conectados profundamente con nosotros mismos, unos con otros, con la Tierra y que la Naturaleza está basada en un modelo de cooperación. Ahora estamos en un tiempo de grandes cambios para el que las antiguas soluciones no sirven. Tenemos un nuevo camino para pensar.
-¿Pero cuáles son estos falsos supuestos?
-Son seis. Primero: el origen de la vida, de dónde viene. La segunda: de dónde viene la vida humana, porque quizás procede de un lugar diferente al de la vida dela Tierra. Después, cuál es nuestra relación con nuestro cuerpo, con lo externo, con nuestro pasado y cuáles son las bases de nuestra naturaleza. En la conferencia responderemos a todo esto. Vivimos en un mundo conectado, y no estamos separados.
-Según sus teorías, pensamientos, sentimientos y emociones crean la realidad. ¿La ciencia lo niega?
-La ciencia honesta no lo niega.
-¿Dónde está ese tipo de ciencia?
-Bien. La ciencia está diseñada para estar al día constantemente en la información que proporciona. Para mantener la honestidad en la ciencia tenemos que abrazar los nuevos descubrimientos. Y lo que está pasando es que ya la ciencia está secuestrada por las corporaciones, las empresas, los políticos y las religiones. Todos ellos hacen que la ciencia encaje en su historia. La mejor ciencia nos dice que estamos conectados por un campo energético. Yo lo llamo la matriz divina. Ellos lo llaman "el campo". La ciencia lo sabe, es consciente de ello y reconoce que tenemos la habilidad de influenciar ese campo. La pregunta en la ciencia ahora es: ¿cuánto podemos influenciar ese campo? ¿Cómo estamos de conectados? En ese punto e
Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20150522/54431790127/entrevsita-gregg-braden-ciencia.html
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