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El Bronzino
Agnolo Tori o Angelo di Cosimo di Mariano o Agnolo Bronzino, más conocido como Bronzino, o “El Bronzino”, nació en Monticelli, localidad cercana a Florencia, el 17 de noviembre de 1503.Se sabe poco de su infancia, por lo que es difícil determinar su verdadero nombre, siendo conocido por el apodo que adoptó, Bronzino (broncíneo en italiano), y aunque se desconoce el origen de este, quizá se le puso por su carácter cerrado o tal vez por el color oscuro de su piel.
Representó en solitario el manierismo toscano, que dominó gracias a su excepcional calidad como artista y su gran capacidad de ideas que pudo llevar a cabo en la corte de los Médicis desde finales de la década de 1530 hasta la de 1560.
Su primer maestro fue Raffaellino del Garbo y más tarde, a partir de 1519, Jacopo da Pontormo, quien además de maestro fue su mayor influencia artística, fue su gran amigo hasta la muerte de este. Le retrataría en uno de los personajes de la serie “La historia de José”.
En la primera época de su carrera colaboró con Pontormo en pinturas de caballete y en decoraciones al fresco, entre ellas la de la iglesia de Santa Felicità de Florencia.
En 1530 viajó Pésaro, donde para los duques de Urbino, trabajó en la decoración de la Villa Imperial, en una serie de frescos, actualmente desaparecidos.
Así mismo en esta ciudad pintó el retrato del duque Guidobaldo II, que fue su primer ensayo del tipo de retrato oficial que posteriormente le daría el éxito en Florencia.
En 1532, ya de vuelta en Florencia, desarrolló una carrera y un estilo propios como atestiguan las numerosas obras religiosas que llevó a cabo en los años siguientes. Así mismo participó en la decoración de las villas de los Medici en Careggi y Castello.
En 1539, Bronzino fue uno de los artistas que participó en las decoraciones que se realizaron para la boda del duque Cosimo I de Medici con Eleonora de Toledo, siendo desde entonces pintor de la corte ducal y el favorito de aquel.
Además decoró la suntuosa capilla de Eleonora en el Palacio Vecchio, donde aplicó exquisitamente y con el estilo preciosista que requería lo que debía ser un ambiente ideado casi como una valiosa joya.
Para el duque y su corte, logró crear la imagen del nuevo régimen político que el duque había impuesto en Florencia, la etiqueta de la corte del cinqueccento, que enseguida fue exportada a toda Europa.
Sus temáticas más frecuentes fueron la pintura religiosa y mitológica, pero fue sobre todo muy notable como retratista donde sobresalió sobre sus contemporáneos.
En sus retratos, no nos desvela rasgo alguno de la personalidad del modelo, aunque si capta la personalidad del retratado basándose en el intelecto más que en la observación de la realidad fisonómica, su interés se centra en detalles que denotan su posición social, la elegancia de la pose y el porte de ellos.
Otros aspectos que destaca son los materiales, detallando con minuciosidad las ricas telas, las joyas, las bruñidas armaduras y los complicados tocados y peinados de la época, que adquieren gran protagonismo en el resultado final.
Algunos de sus mejores ejemplos son los retratos del “Duque con armadura” y “Eleonora de Toledo y su hijo”, ambas albergadas en la Galleria Uffizi de Florencia, y otro de Ludovico Capponi, propiedad de la Frick Collection de Nueva York.
De su producción mitológica, destacan: “Venus, Cupido, la locura y el tiempo”, actualmente en National Gallery, Londres, que fue enviada como regalo al rey de Francia Francisco I, y que es ejemplo de su profundo conocimiento de la escultura antigua y principalmente de los modelos de Michelangelo Buonarotti.
Fue a partir de la década de 1560, que su posición en la corte se vio amenazada con la irrupción de Giorgio Vasari, coincidiendo con la reacción que hubo contra el intelectualismo manierista que demandaba, claridad expositiva tras el Concilio de Trento.
Al morir Jacopo da Pontormo, su maestro en 1556, finaliza los frescos de iglesia florentina de San Lorenzo.
Al final de su vida empezó a tomar parte en las actividades culturales de Florencia, así, en 1563 fue uno de los miembros fundadores de la Accademia del Disegno y como representante de la misma participó de las exequias de Miguel Ángel en 1564.
Entre sus seguidores destaca Alessandro Allori, su alumno y protegido
En el Museo del Prado de podemos ver un retrato del tercero de los hijos de los duques de Toscana, Cosme I y Eleonora de Toledo, el joven “Don García de Médicis”, en el que aparenta unos tres años, por lo que debe estar realizado en 1550, que posiblemente fuera directamente enviado a la corte española gracias a las estrechas relaciones entre el duque y la Corona española.
El Museo Thyssen Bornemisza de Madrid, alberga un San Sebastián, de 1533 y un retrato de Cosme I de Médicis de 1545.
Murió en Florencia, el 23 de noviembre de 1572.
http://trianarts.com
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