Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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Secretos Parameshwary

jueves, 19 de marzo de 2015

Creen haber encontrado la misteriosa y legendaria Ciudad Blanca de Honduras

mayor descubrimiento arqueológico del XXI

http://www.elconfidencial.com

Según las fotos publicadas por National Geographic, la ubicación de la conocida como 'Ciudad del dios Mono' habría dejado de ser un enigma




Foto: Dibujo de Virgil Finlay sobre la 'Ciudad del dios mono' descrita por Theodore Moore, publicado originalmente en 'The American Weekly' el 22 de septiembre de 1940 (Wikipedia)
Dibujo de Virgil Finlay sobre la 'Ciudad del dios mono' descrita por Theodore Moore, publicado originalmente en 'The American Weekly' el 22 de septiembre de 1940 (Wikipedia)

Podríamos estar ante el mayor descubrimiento arqueológico del siglo XXI. Según la información publicada por National Geographic, la tan buscada Ciudad Blanca de Honduras habría sido encontrada por un grupo de arqueólogos estadounidenses y hondureños. Así parecen demostrarlo las imágenes que la citada publicación ha sacado a la luz, en las que puede verse una cabeza de jaguar hallada sobre el terreno –cuya ubicación exacta ha sido mantenida en secreto para preservarla de los saqueadores– y que podría estar vinculada con los juegos de pelota rituales característicos de la vida precolombina.
El insólito enclave habría sido la sede de una cultura que floreció hace mil años y que posteriormente desapareció. Las plazas, pirámides de tierra y objetos ceremoniales que se han hallado indicarían el lugar donde esta civilización desarrolló su vida hace más de 1.000 años y que, en contraste con la maya, ha sido muy poco estudiada. Las 52 piezas arqueológicas que han sido registradas se han encontrado prístinas, es decir, totalmente intactas y dentro de su contexto original sin perturbar. Este hecho aumenta el valor del descubrimiento, que ha sido calificado por Christopher Fisher –arqueólogo de la Universidad de Colorado– como “único”.

Un refugio para los indígenas durante la Conquista

Sus ruinas fueron identificadas por primera vez en mayo de 2012 durante un reconocimiento aéreo de un valle de La Mosquitia, una región pantanosa de Honduras donde se encuentran algunos de los últimos lugares inexplorados de la Tierra. El equipo de expertos cree haber encontrado en ellas a la Ciudad Blanca, llamada así por las blancas murallas que según la leyenda emergían en mitad la jungla y que desde 1920 han sido perseguidas por los arqueólogos.




Hernán Cortés lucha junto a otros españoles a su entrada a la ciudad de Tenochtitlán (Wikipedia)
Hernán Cortés lucha junto a otros españoles a su entrada a la ciudad de Tenochtitlán (Wikipedia)

Durante cientos de años, los mitos en torno a este lugar corrieron de boca en boca entre los lugareños, que todavía a día de hoy hablan de una “casa blanca” o “lugar del cacao” donde los indios se refugiaron huyendo de los españoles durante la conquista de América. El citado sitio habría supuesto una especie de remanso de paz del cual nadie volvía después de conocer sus perfectas condiciones para la vida, pleno de agua, luz y alimentos.

Referencias a la Ciudad desde el siglo XVI

Sin embargo, esta región está peligrosamente amenazada en la actualidad. La deforestación sigue reduciendo de manera alarmante los kilómetros de selva virgen que componen el valle. Grandes extensiones arboladas ven mermada su flora a través de la tala o quema ilegal con el objetivo de tener más espacio para la ganadería, puesto que esta región se ha convertido en una de las mayores zonas productoras de carne de América Central –incluso suministra este producto a algunas franquicias de comida rápida en Estados Unidos–. “Si no hacemos algo inmediatamente, la mayor parte del bosque desaparecerá en ocho años”, calcula Virgilio Paredes, director del Instituto Hondureño de Antropología e Historia.
Algunas publicaciones dan cuenta de que el conquistador Hernán Cortes hizo referencia a la Ciudad Blanca en 1526 en una carta que envió al rey Carlos V y en la que decía haber sido informado sobre una gran ciudad, comparable por magnífica con Tenochtitlán, en México. El español renunció a visitarla debido a lo impenetrable de la selva, una característica que podría haber sido su ‘escudo’ de protección frente la mano del hombre.
Se cree que la ciudad fue abandonada a mediados del siglo XVI
Según los datos recogidos por distintas fuentes, los indígenas denominaban a ese sitio como Xucutaco (en nahuat) y Hueitapalan (en maya), y se cree que fue abandonada por sus habitantes hacia mediados del siglo XVI, sin que se sepa con certeza las razones. Hacia 1544, según algunos apuntes, el obispo español Cristóbal de Pedraza aseguró haber atravesado la selva de La Mosquitia y haber alcanzado una montaña desde donde podía contemplar una ciudad indígena impresionante. Otras publicaciones indican que el lugar estuvo en el olvido hasta 1939, cuando el estadounidense Theodore Morde aseguró haber conocido en la Ciudad Blanca, de la que tomó varias evidencias que probarían sus palabras. Según este explorador, los indígenas le contaron que allí había una gigantesca escultura de un dios mono, razón por la cual también se conoce a la Ciudad Blanca como Ciudad del Dios Mono. Morde se suicidó en 1954, por lo que el secreto sobre la ubicación del lugar volvió a quedar oculto… ¿hasta ahora?

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