CONCIENCIA PURA

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Hoy quiero compartir contigo una reflexión sobre el poder de nuestra voluntad.
Dios nos creó a su imagen y semejanza por lo que infundió en nosotros un poder tan grande que hizo de nosotros los dioses que habitan este bello planeta. Somos los hermanos mayores de todos los animales, desde el chinche hasta el elefante y podemos, sin duda, influir en su línea de evolución y de vida interrupiéndola o potenciándola. ¿Cuántas veces has matado una hormiga? Cada vez que lo has hecho has interrumpido su línea de evolución a un nivel de conciencia superior… tú un día fuiste también hormiga.
Dios nos creó a su imagen y semejanza por lo que nos dotó de conciencia propia, de mente y de capacidad creadora. Somos creadores de realidad. Cada día cuando me despierto dedico unos minutos, aún ensoñado, a revisar mi día… repaso qué tengo que hacer y decido cómo va a ser lo que quiera que sea, entonces, cuando todo me gusta ya, despierto con un humor radiante listo para disfrutar un bello día. Soy consciente de que estoy creando mi realidad porque Dios así quiso que fuese. Gracias Padre. Crear la propia realidad nos diferencia de grado con todos los otros animales de este planeta. Se llama consciencia. Usémosla, es un bien, es un regalo que no podemos desaprovechar.
Dios nos creó a su imagen y semejanza por lo que nos permitió tener el poder de la palabra, del sonido, la vibración primera que creó todo. Usémoslo. Decretar para mayor bien propio y del universo, en armonía con las leyes divinas y para mayor beneficio de todos es un enorme poder que tenemos y que no sabemos utilizar.

“Quiero que  -mi vida sea económicamente abundante, no pasar apuros para llegar a final de mes, que mis amistades sean sinceras, que mi amor sea puro y honesto, que el dinero de mi cuenta bancaria siempre esté disponible para mí… (pon aquí lo que quieras)-. Y que esto que decreto sea en armonía con las leyes de Dios y para beneficio mío y de todos mis hermanos en la Tierra que habito. Te doy gracias Padre por ello, a tí que ya me has escuchado”.

Repítelo cada día con la emoción de que ya está cumplido, siéntelo realizado cada una de las veces que lo decretes, hazlo con amor y de forma sincera y verás como poco a poco se cumplirá. Este es otro de los secretos de la creación.
Con todo mi amor, Wabbbla.