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Ludovico Carracci
Nació en Bolonia, Italia, el 21 de abril de 1555.Pintor, dibujante y grabador, primo de Agostino Carracci y Annibale Carraci, y el mayor de los tres.
Inició su formación a una edad tardía, bajo la tutela de Prospero Fontana, educación que completó viajando por Florencia, Parma, Mantua y Venecia.
Junto a sus primos, fundo la conocida como Accademia degli Incamminati.
La gran innovación que aportó dicha institución, fue la propuesta del estudio directo de la naturaleza y de la realidad a través del dibujo, al que concedieron gran importancia; de esta forma, se manifestaron contra el manierismo tardío.
Sin embargo, en el estilo de Ludovico se entremezclan las reminiscencias manieristas con una religiosidad innata y el naturalismo promulgado desde su Academia.
Interpretó la figura humana de forma cálida, sencilla y natural, dotándola de más expresividad, manifestándose así contra el manierismo tardío.
Tras la partida de sus dos primos a Roma, quedó como único responsable de la Academia. Antes de la marcha de éstos, los tres colaboraron en la realización del friso del Palazzo Fava y en la decoración del Palazzo Magnani.
Ludovico dotó su trabajo de una efusión pictórica en sus temas preferidos, que practicó casi en exclusiva, los religiosos, apartándose de cualquier experimento o teorías innovadoras.
Nunca quiso dejar de forma permanente su Bolonia natal, aunque hasta ella le llegaban encargos que efectuaba y enviaba a sus destinos posteriormente.
Como decíamos, huyó de las nuevas tendencias que asomaban en la escuela boloñesa y que estuvieron representadas por Guido Reni o Francesco Albani, al igual que lo hicieron Domenichino y Giovanni Lanfranco en Roma.
En 1602 viajó a Roma, donde conoció la Antigüedad clásica y las decoraciones de Annibale en el Palazzo Farnese.
En 1604 pintó los frescos del monasterio de San Michele in Bosco, de una enorme calidad.
En su última época, su pintura se caracterizó por la excentricidad y el misticismo, su colorido evolucionó hacia formas más sombrías y expresivas, alternando con grandes contrastes de luces y sombras.
Fue también notable como retratista. En el Retrato de la familia Tacconi, actualmente en la pinacoteca boloñesa, aparece ya su inclinación a la descripción psicológica y de los estados emocionales de los personajes.
Los últimos años de su vida pintó muy poco, dedicándose casi por completo a la enseñanza, siendo un maestro de enorme prestigio debido a sus grandes dotes como docente.
Contó entre sus discípulos con algunos de los más notables pintores de la época, entre ellos, algunos de los más destacados, Francesco Albani, Domenichino, Il Guercino y Guido Reni.
Murió en Bolonia, el 13 de noviembre de 1619.
En España tenemos una escasa representación de su pintura: En el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid, “La presentación en el templo” y en el Museo del Prado: “San Francisco de Asís en la Porciúncula”, considerada una de sus mejores obras, y ” La Oración en el Huerto”, que posee además otras dos, una atribución, “San Francisco y dos ángeles”, y un dibujo ” La Virgen y el Niño entronizados apareciéndose a diez santos”.
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