Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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los cuatro acuerdos de la sabiduria Maya

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Secretos Parameshwary

domingo, 3 de agosto de 2014

Los asombrosos conocimientos astronómicos de nuestros remotos antepasados 2

A finales de 1998, las principales librerías norteamericanas recibían el último trabajo del escritor e investigador de enigmas históricos Graham Hancock. Conocido por sus ensayos previos sobre el Arca de la Alianzay la existencia de una avanzada civilización que vivió en la Antártida antes de la última era glacial,su nueva obra, El espejo del paraíso,era el resultado de varios viajes realizados por él y su esposa Santha en busca de pruebas que demostrasen que, en la noche de los tiempos, ya existieron pueblos con avanzados conocimientos astronómicos. Culturas que no se limitaron a marcar «lugares equinocciales» sino que incluso conocían fenómenos tan sutiles como la precesión, que, a grandes rasgos, demuestra que las estrellas no están siempre fijas en el firmamento, sino que se desplazan siguiendo un ritmo muy particular y difícil de calcular. La existencia de ese movimiento se deduce, no obstante, de la minuciosa observación de los movimientos de las estrellas en la bóveda celeste a través de los siglos. Se trata de un desplazamiento casi imperceptible, de apenas un grado en el firmamento cada setenta y dos años, que surge como consecuencia del viaje de la Tierra a través del espacio.La Tierra, además de sus conocidos movimientos de rotación sobre sí misma y de traslación alrededor del Sol, posee otro más, que hace que el eje del planeta oscile como una peonza, trazando un círculo imaginario en los cielos que completa aproximadamente cada 26.000 años. Y alguien, en el pasado, supuestamente sin medios tecnológicos, se dio cuenta de ello.La idea, sin embargo, tampoco era de Hancock. Antes que él, científicos como la doctora Hertha von Dechend, de la Universidad de Frankfurt, y Giorgio de Santillana, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, defendieron en un ensayo, publicado en 1969, que en los mitos de pueblos de todo el mundo existen suficientes indicios para sostener la existencia de un conocimiento astronómico al que sólo accedían ciertos iniciados. Un conocimiento al que estos profesores le atribuyen al menos ocho mil años de antigüedad y que comprendía la anotación y comprensión del fenómeno de la precesión.En astronomía, la precesión de los equinoccios es el cambio lento y gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra, que hace que la posición que indica el eje de la Tierra en la esfera celeste se desplace alrededor del polo de la eclíptica, trazando un cono y recorriendo una circunferencia completa cada 25 776 años, período conocido como año platónico, de manera similiar al bamboleo de un trompo o peonza. El valor actual del desplazamiento angular es de alrededor de 1° cada 71.6 años.
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Este cambio de dirección es debido a la inclinación del eje de rotación terrestre sobre el plano de la eclíptica y la torsión ejercida por las fuerzas de marea de la Luna y el Sol sobre la protuberancia ecuatorial de la Tierra. Estas fuerzas tienden a llevar el exceso de masa presente en el ecuador hasta el plano de la eclíptica.Históricamente se le atribuye el descubrimiento de la precesión de los equinoccios a Hiparco de Nicea como el primero en dar el valor de la precesión de la Tierra con una aproximación extraordinaria para la época. Las fechas exactas no son conocidas, pero las observaciones astronómicas atribuidas a Hiparco por Claudio Ptolomeo datan del 147 al 127 a. C.Algunos historiadores sostienen que este fenómeno ya era conocido, al menos en parte, por el astrónomo babilonio Cidenas hubiese advertido este desplazamiento ya en el año 340 a. C.La rotación de la Tierra causa un ensanchamiento ecuatorial, y un achatamiento polar de unos 21 km aproximadamente. Además el eje de rotación de la Tierra está inclinado 23º 26’ con respecto a la perpendicular a la eclíptica (el plano que contiene la órbita solar de la Tierra). Por tanto, una mitad del ensanchamiento ecuatorial se sitúa sobre el plano de la eclíptica y la otra mitad debajo. Durante los equinoccios, los ensanchamientos de cada lado de la eclíptica están a la misma distancia del Sol y este no produce momento de fuerza. En cambio, todo el resto del tiempo, y sobre todo en los solsticios, el ensanchamiento de uno de los lados de la eclíptica no se encuentra a la misma distancia que el ensanchamiento del otro lado, y se produce un momento de fuerza creado por el Sol, que tiende a llevar el exceso de masa presente en el ecuador hasta el plano de la eclíptica y provoca el movimiento de precesión de la Tierra. Si no existiese el achatamiento y la Tierra fuese esférica, la atracción del Sol no produciría un momento de fuerza sobre la Tierra y no habría modificación de la dirección del eje terrestre. Durante unos pocos meses o años el eje terrestre se dirige hacia prácticamente el mismo punto sobre la esfera celeste, debido a la conservación del momento angular de la Tierra. El cambio en la dirección del eje de rotación de la Tierra provoca una variación del plano del ecuador y, por tanto, de la línea de corte de dicho plano con la eclíptica. Esta línea señala en la esfera celeste la dirección del punto Aries, que retrograda sobre la eclíptica, fenómeno denominado precesión de los equinoccios. Las consecuencias de este fenómeno son que el polo norte celeste se mueve en relación a las estrellas, estando ahora próximo a la Estrella Polar (alfa de la Osa Menor). Además, el primer punto de Aries, intersección del ecuador con la eclíptica, retrograda sobre el ecuador en el mismo período.

A principios de la Era cristiana el Sol se proyectaba al comienzo de la primavera en la constelación de Aries. Actualmente, 2000 años después, ha girado un ángulo = 50,2511 × 2000 = 27,92°, proyectándose en Piscis. Además la precesión cambia la declinación y ascensión recta de cualquier estrella. Con el transcurso del tiempo el cielo nocturno va cambiando radicalmente. Tomemos como ejemplo las constelaciones de Scorpius y Orión, cuyas ascensiones rectas son 17 horas y 5 horas respectivamente: en el hemisferio norte Scorpius es una constelación de verano y Orión lo es de invierno. Dentro de unos 12 000 años ambas constelaciones intercambiarán su relación con las estaciones: Scorpius será invernal, y Orión, estival. Para entonces sus ascensiones rectas valdrán 5 horas y 17 horas respectivamente.Era astrológica, en la astronomía y en astrología, es un periodo de tiempo que se corresponde con el desplazamiento en 30 grados de arco del eje terrestre debido al fenómeno de la precesión de los equinoccios, equivalentes a un mes del año platónico o ciclo equinoccial, es decir el período que tarda la precesión de la Tierra en dar una vuelta completa de 360° lo que ocurre en aproximadamente 25776 años. En otras palabras, es el período de tiempo durante el cual, el punto vernal cruza por una de las 12 constelaciones del zodiaco. Debido a la precesión de los equinoccios, el Sol se mueve hacia atrás a través de los doce signos del zodiaco a la velocidad aproximada de un grado de espacio cada 71.6 años, y a través de cada signo, 30 grados de espacio, en unos 2148 años, y en torno de todo el círculo o ciclo equinoccial en unos 25776 años.  La precesión de los equinoccios es debida a que la Tierra no gira sobre un eje estacionario. Su eje posee un movimiento lento y oscilante, similar al de un trompo o peonza que ha perdido parte de la fuerza con que fue lanzado, describiendo así un círculo en el espacio. Debido a este movimiento oscilante, el Sol no cruza el Ecuador (punto vernal) por el mismo sitio todos los años, sino un poco más atrás, y de ahí el término de “precesión de los equinoccios“, porque el equinoccio “precede“.
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Antes del inicio de las civilizaciones sumeria o egipcia debió de existir una «increíble civilización ancestral» que culturizó Egipto, Sumer, India, Grecia y México, dejando huellas profundas en sus sistemas de creencias. Quizá ello explique por qué todos estos pueblos construyeron pirámides o terrazas escalonadas orientadas a determinados «accidentes» astronómicos, por qué veneraban serpientes como criaturas dadoras de conocimiento o por qué sus respectivos cultos perseguían la consecución de la inmortalidad del ser humano.En 1993 Graham Hancock y Robert Bauval se encontraron y aunaron esfuerzos para desarrollar, entre otras cosas, la teoría de la correlación de Orión con las pirámides de Giza. Ambos conocían la divulgación de unas imágenes tomadas en la Gran Pirámide por un pequeño robot en el «canal de ventilación» de la pared sur de la Cámara de la Reina. En las tomas, filmadas por un sofisticado ingenio construido por el ingeniero alemán Rudolf Gantenbrink, aparecía una especie de pequeña puerta de piedra a sesenta metros de profundidad dentro de la pirámide, que bien podría flanquear el paso a una cámara intacta en el seno del monumento.Los responsables de aquel trabajo científico decidieron actuar con prudencia y no divulgar las imágenes, pero Gantenbrink, a través de Bauval, hizo llegar sus tomas a la opinión pública, generando un considerable escándalo internacional y reactivando el interés de miles de personas por los misterios del antiguo Egipto. Tiempo antes de que El misterio de Orión y Las huellas de los dioses se publicaran, en 1995 ambos decidieron aunar esfuerzos y elaboraron un plan de trabajo alrededor de la Esfinge. Un año después no sólo habían demostrado que la situación de las estrellas Al Nitak, Al Nilam y Mintaka, las tres que conforman el cinturón de Orión, fueron la fuente de inspiración para la disposición de las tres grandes pirámides de Giza, sino que éstas se construyeron para marcar una determinada posición de la constelación de Osiris en los cielos: exactamente su situación más baja sobre el horizonte egipcio, en el equinoccio de primavera de 10500 a.C.¿Es esta la fecha de 10.500 a.C. el final de una gran civilización? Pero la fecha de 10450 a. C. no significa nada para los historiadores, ya que es «prehistórica», más o menos la época en que aparecieron los primeros agricultores en el Oriente Medio.Pero hay una fecha en la mitología, una sola, que se le acerca de manera razonable. Según el Timeo de Platón, cuando el estadista griego Solón visitó Egipto hacia el año 600 a. C., los sacerdotes egipcios le contaron la historia de la destrucción de la Atlántida, acaecida unos nueve mil años antes, y de cómo se había hundido debajo de las olas.

Parece que la Esfinge ya era antigua en tiempos de Kefrén.El cuerpo y el recinto de la Esfinge habían sido erosionados por el agua, en vez de por la arena impulsada por el viento. Ello implica una época en que en que la Esfinge estaba en un entorno húmedo (+ 10.000 a.C).Al examinar el gran sarcófago de granito rojo que se encontró en la Cámara del Rey de la Gran Pirámide planteaba una serie de problemas técnicos que aparentemente eran irresolubles. Lo habían tallado con una precisión increíble. Pero ¿con qué herramientas?  La inexistencia de restos de pescado en este período hace suponer que el hombre había aprendido a alimentarse de la agricultura.Luego, según parece, una serie de desastres naturales, entre los que hubo tremendas inundaciones en el valle del Nilo, pusieron fin a la «revolución agrícola» hacia 10500 a.C.Ésta es la fecha en que se supone tuvo lugar la destrucción de la Atlántida y en que los supervivientes llegaron a Egipto y construyeron la versión más antigua de la Esfinge.Bauval se hallaba acampado en el desierto de Arabia Saudita durante una expedición. Se despertó y alzó los ojos hacia la Vía Láctea. «De hecho -agregó su amigo astrónomo-, las tres estrellas del cinturón de Orión no están alineadas de manera perfecta… la más pequeña está ligeramente desviada hacia el este».. Era una respuesta a su pregunta sobre por qué la pirámide de Menkaura era más pequeña que las otras dos y estaba desviada hacia el este. Las pirámides tenían que representar las estrellas del cinturón de Orión. Y la Vía Láctea sería el río Nilo.Bauval observó que la única vez que la pauta de las pirámides en el suelo es un reflejo perfecto de las estrellas del Cinturón de Orión, en lugar de estar inclinada hacia un lado, fue en 10450 a.  C. Éste es también su punto más bajo en el cielo. Después de esto, empezó a subir otra vez de nuevo, y alcanzará su punto más elevado hacia el año 2550 d. C.En el año 10450 a. C. fue como si el cielo fuese un enorme espejo en el cual el curso del Nilo se «reflejaba» como la Vía Láctea; y las pirámides de Gizeh, como el Cinturón de Orión.la curiosa coincidencia de la fecha (alrededor del10500 a.C.) plantea una pregunta importante: ¿por qué los constructores de las pirámides de Gizeh las dispusieron de manera que reflejasen la posición del Cinturón de Orión en el 10450 a.C.?
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