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Christoffer Wilhelm Eckersberg
Nació en Blåkrog, Ducado de Slesvig, en la Jutlandia Meridional de Dinamarca, el 2 de enero de 1783.Se trasladó junto a su familia a Blans, una aldea cercana al pintoresco Allesund, en 1786, donde realizó numerosos dibujos de los alrededores, y de los apuntes que tomaba en las excursiones que realizaba en un barco de vela que poseía su padre.
Comenzó a pintar con sólo trece años de edad, teniendo como maestros, inicialmente a Jes Jessen, en Aabenraa y más tarde a Johann Jacob Jessen en Flensborg.
Entre 1800 y 1803 trabajó y estudió en la “Det Kongelinge Danskekunstakademi” (Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca), donde fue discípulo entre otros de Nikolaj Abraham Abildgaard.
Siendo aún estudiante, produjo con gran dominio, un buen número de dibujos y pinturas.
Gracias su habilidad obtuvo una beca para ir a París donde fue alumno de Jacques-Louis David, que influyó de forma importante en su pintura. Además de la técnica, siguiendo los consejos del maestro comenzó a pintar observando la Naturaleza y los viejos pintores de la antigüedad con el fin de encontrar la Verdad.
Viajó más tarde a Italia, donde residió entre Florencia y Roma, continuando sus estudios entre 1813 y 1816. En estos años, estudió y trabajó para la mejora de sus habilidades como pintor de historia, disfrutando además de la pintura de pequeñas obras con escenas locales y de la vida diaria.
La luz brillante del sur de Italia le atrapó y produciendo una gran cantidad de trabajo durante esos años, entre las que se incluyen una excepcional serie de estudios sobre el paisaje.
A su vuelta logró un puesto como profesor en la Academia de Arte de Copenhague, de la que posteriormente sería director, de 1827 a 1829.
Aunó con gran maestría las enseñanzas clasicistas de David con el romanticismo, siendo sus obras más importantes los paisajes y composiciones arquitectónicas.
Igualmente realizó destacados retratos en la que sobresalen, al igual que en el resto de su obra, la enorme limpieza de sus líneas, su dibujo perfecto, de formas detalladas y su gran dominio con el claroscuro, sobre todo en las carnaduras, como se puede observar por ejemplo en una de sus obras más famosas, “Desnudo ante el espejo”.
Por todo esto es conocido como “El padre de la pintura danesa”, siendo el precursor de la Edad de oro de la pintura de su país.
Con 70 años se quedó ciego, teniendo que abandonar la pintura.
Murió en Copenhague, el 22 de julio 1853, durante la gran epidemia de cólera.
Sus obras están en los más importantes museos de su país y en otros de Europa, como el Louvre de París.
*Entrada publicada el 16 de marzo de 2012. Actualizada y ampliada el 6 de mayo de 2014.
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