http://trianarts.com
Click en la imagen para ver más obras
Gustave Moreau
Nació el 6 de abril de 1826 en París.Perteneciente a una acomodada familia de la burguesía francesa, lo tuvo muy fácil para dedicarse a la pintura.
Aunque su formación partió del Romanticismo, marcada con un profundo conocimiento de los pintores italianos del Renacimiento, llegó a desarrollar un estilo absolutamente personal, que le hace inconfundible, que se anticipaba a lo que sería el Simbolismo francés de finales del siglo XIX.
Tras acabar sus estudios de bachillerato y viajar por Italia con su familia, en 1844, entró en el taller del pintor académicista François-Edouard Picot y en 1947, ingresó en L’École des Beaux-Arts de París, que abandonaría tras dos intentos fallidos de lograr el Premio Roma.
En 1851 expuso por primera vez en el Salon de París.
Comenzó a asistir al taller de Théodore Chassériau, discípulo de Ingres y de Delacroix, y en esa misma época conoció a Pierre Puvis de Chavannes.
Sus primeras obras, muy cerca del romanticismo de estos, tuvieron buenas críticas, si bien Moreau no se sentía plenamente satisfecho con ellas.
En 1852 montó su taller en la calle de La Rochefoucauld en él que comenzó haciendo copias de obras de grandes maestros del Museo del Louvre.
En ese año así mismo le admitieran una “Piedad” en el Salón Oficial de París tras lo que consiguió al fin emprender su carrera de éxito con su pintura.
Participó en la Exposición Universal de París con el cuadro “Los atenienses en el laberinto del Minotauro” junto a los ya pintores de prestigio Delacroix, Rousseau y Courbet.
En 1857 viajó a Italia. Los dos años siguientes visitó Roma, Florencia y Venecia, haciendo copias de las obras de Miguel Ángel, Rafael, Veronés, Correggio y Carpaccio, que influyeron de manera determinante en su obra.
Tras su regreso a París, trabajó intensamente en “Edipo y la esfinge”, actualmente en el Metropolitan de Nueva York, con la que obtuvo una medalla en el Salón de 1864.
Napoléon-Jérôme Bonaparte, adquirió esta obra, lo que contribuyó decisivamente al reconocimiento público de su trabajo. Desde la mayor parte de sus cuadros fueron los temas mitológicos y las escenas religiosas, en todos los casos desarrollados con su personal estilo.
Este buena racha acabó a finales de la década de 1860, por lo que Moreau reelaboró su estilo, girando hacia un barroco inspirado e influenciado especialmente por el Rembrandt.
En 1876 presentó en el Salón “Salomé bailando ante Herodes”, albergado en la Armand Hammer Collection de Los Ángeles, su éxito fue rotundo.
Durante los años que siguieron, su éxito sin ser brillante le permitió avanzar en su carrera, teniendo como handicap siempre su temática poco habitual que provocaba reacciones opuestas.
Vivió de forma dramática la derrota en la guerra franco-prusiana y la época de La Comuna, durante la que ardieron los frescos de Chasseriau en la Cour des Comptes.
Fue Oficial de la Legión de Honor francesa desde 1883.
A partir de 1888 fue profesor de L’École des Beaux-Arts de París hasta su muerte, en ella tuvo como alumnos, a Henri Matisse, Albert Marquet y Georges Rouault y otros futuros pintores fauves, en los que su liberal método de enseñanza influyó de forma determinante.
Moreau fue un personaje avanzado a su época, como hemos dicho considerado como precursor del movimiento simbolista, estilo que practicó décadas antes de su proclamación oficial en 1886 por parte de Jean Moréas. Huysmans, el escritor más relevante del movimiento, dijo de él: “Su pintura es la de un decadente, la de un ser sensitivo para quien lo irreal poseyó siempre mayor relevancia que lo real”.
En los últimos años de su vida, a partir 1895, comenzó a remodelar su casa-taller de Montmartre.
Murio en París, el 18 de abril de 1898, con setenta y dos años de edad, siendo sepultado en el cementerio parisino de Montmartre; dejó como legado su taller, que sería convertido en el Museo Gustave Moreau, y que fue inaugurado el 13 de enero de 1903.
El Museo Thyssen Bornemisza de Madrid alberga dos magnificas obras de Moreau, “Las voces” y “Galatea”.
*”El simbolismo, supone una reacción contra el impresionismo. En una sociedad en decadencia, el simbolista busca evadirse de esa realidad que habían reflejado los impresionistas: la vida social burguesa. Para huir de la realidad, utilizan la temática mitológica y los “símbolos”, como se había hecho en la literatura.”
**Algunos de los cuadros insertados para ilustrar el texto, y por motivos de formato, están cortados para poder acoplarlos a las medidas permitidas en el blog; se pueden ver enteras en el álbum al que se accede haciendo clic en la primera imagen.
***Esta entrada fue publicada en este blog el 6 de abril de 2011. Ha sido actualizada y ampliada el 18 de abril de 2016.
No hay comentarios:
Publicar un comentario