En vez de destinar dinero a hospitales,
laboratorios, farmacias y vacunas, ¿por qué no crear lugares donde nos
enseñen a gestionar nuestras energías-pensamientos y transmutar los
negativos en positivos para evitar la enfermedad y crecer como seres
conscientes y responsables, elevando así nuestra vibración y la del
planeta?
2. Las instituciones religiosas:
nos han desempoderado, ocultado nuestra verdadera naturaleza, suprimido
nuestra luz y manipulado la única verdad: que todos somos seres
cristalinos eternos, pedacitos de ese
Dios/Creador/Espíritu/Fuente/Principio del que nacimos y hacia donde
volveremos en unidad llenos de sabiduría y experiencias. Si esa energía
suprema de la que formamos parte (y que trasciende toda comprensión
humana) tiene los más bellos atributos y capacidades infinitas de amor,
armonía, belleza y abundancia, ¿por qué no los estamos expresando?
Porque siempre nos han dicho qué pensar, qué sentir, qué hacer y cómo
hacerlo.
Ese Dios que se disputan las distintas
religiones, peleándose las unas con las otras como si trataran de
poseerlo, ese Dios ya no nos sirve, pues es sólo un concepto humano,
mental e inventado para tratar de explicar lo inexplicable y que nada
tiene que ver con el Dios verdadero, que ya reside en el interior de
cada uno y no tiene ni reglamentos ni juicios, sino sólo y puramente
amor incondicional, pero no ese amor del que se habla a la ligera, sino
del que sólo puede experimentarse puesto que es inefable.
Desde estas instituciones se nos dice
que hay una pérdida de fe y de valores y que la humanidad se está
degenerando. Esto no sólo no es así, sino que hay un mayor despertar
espiritual, sólo que éste no concuerda con sus intereses. El verdadero
Dios ni está en la Biblia ni le importa si vamos al cielo o al infierno,
pues éstos son sólo estados de conciencia y grados de amor hacia uno
mismo. El verdadero Dios es simple y sin expectativas. Y la forma más
pura de conectar con él es en realidad… dejándolo ir, dejando ir
cualquier noción que hayamos concebido acerca de él, yendo al interior
de nuestro ser y amarnos hasta lo infinito.
No hay amor más sublime en la vida que
el amor del Yo. No existe amor más grande, pues a partir del abrazo del
Yo existe la libertad. Y es en esa libertad donde nace la alegría. Y
gracias a ese nacimiento, Dios es visto, conocido y abrazado. Y cuando
tú ames lo que eres, sin importar cómo seas, entonces conocerás esta
magnífica esencia que yo amo, que se halla detrás de todos los rostros y
dentro de todas las cosas. Entonces amarás como Dios ama. Así es fácil
amar y perdonar. Así es fácil ver a Dios en toda la vida. No hay otra
redención para la Humanidad que el reconocimiento de su divinidad.
Vosotros sois las semillas de esta realización. (Extraído de Ramtha, el
libro blanco)
3. El sistema financiero:
mantiene al hombre en el consumismo y necesidades creadas que exprimen a
los seres. Éstos se limitan a trabajar para subsistir y vivir en la
creencia de que nuestro planeta es carente en abundancia y recursos, y,
por ende, con obtener “justo lo necesario” ya deberíamos sentirnos
agradecidos. Este sistema está montado para que se enriquezca a sí
mismo, en vez de elevar el espíritu de los ciudadanos, impidiendo así
que tomen las riendas de su vida y se conviertan en seres pensantes
soberanos.
El sistema fiscal es sólo una forma
tridimensional que han inventado los gobiernos para obtener energía de
la gente a fin de mantener la suya propia. Y los exiguos salarios que
obtenemos en nuestros precarios trabajos son otra forma tridimensional
hipnótica y limitante respecto de cuánto valemos y cuánto debemos ganar
de acuerdo a criterios deterministas y pobremente concebidos.
4. El sistema militar:
obliga a fabricar armas y tecnología bélica que acarrean billones a los
Estados, solo con objeto de complacer su ego y supremacía mediante
guerras inventadas y destacarse por encima de otros países a quienes
consideran subdesarrollados. Las guerras son juegos de poder y ambición
para probar esas armas y dar la apariencia de que éstas son necesarias. Y
en el camino generan dolor, miseria y la destrucción de familias,
comunidades y países enteros.
Una sociedad iluminada no necesita de
ninguno de estos sistemas. Si siguen existiendo es porque todavía hay un
entendimiento primitivo de la espiritualidad, la salud, el liderazgo y
la administración. Nuestras vidas están tan controladas y disminuidas,
que ni siquiera somos conscientes. Es lo que nos han contado y lo que
nos hemos creído. Y lo denominamos democracia, equiparándola a la
libertad, cuando en realidad estamos profundamente hipnotizados.
La energía de estos sistemas, que no es
más que energía enferma llena de terror ante la pérdida de control sobre
la humanidad, es la que nos está reteniendo aquí en la Tierra e
impidiendo nuestra ascensión a otros estados de conciencia y realidades.
Todos estos sistemas conforman un conjunto de creencias tan fuertes y
limitantes como subliminales, hasta el punto de que nos parezca
imposible salir de ellos. Al ser sistemas energéticos, tratarán por
todos los medios de subsistir, pues toda energía busca perpetuarse y
expandirse. Pero sus paredes se derrumbarán. Ya lo están haciendo.
Cuando la mayoría de la gente de un
país, digamos que del 70% al 80%, hayan abrazado una nueva verdad para
sí como seres soberanos y tomen en su corazón la decisión sincera y
empoderada de que el estar sometidos a cargas fiscales ya no es su
verdad […], tened por seguro que así sucederá. […] Sabed con todo
vuestro corazón que vuestra soberanía tiene que salir, en primer lugar,
del interior del yo. […] Como seres divinos, tenéis plenos derechos a la
prodigalidad de este planeta y de este universo; no está reservada
únicamente a unos pocos. (Extraído del libro 3 de Telos)
Todo es un reflejo de nuestra
conciencia: nuestro cuerpo, nuestra vitalidad, nuestros gobernantes y la
manera en que nos dejamos esclavizar. A medida que se eleve la
conciencia planetaria, estos sistemas impositivos irán desapareciendo,
pues, al ejercer nuestra divinidad individual, no necesitaremos de
ningún gurú, presidente, guerrero o medicina. Seremos LIBRES y CREADORES
de nuestra realidad. Será un trabajo individual. Cada uno habrá de
obtener el conocimiento de su realidad personal, planetaria y cósmica y
trabajar su energía y sus pensamientos con profundo amor. Solo así, uno a
uno pero unidos, transformaremos nuestra realidad. Como dice mi querido
Saint Germain, “grandes cambios barrerán las tierras”.
Lo que están viendo ahora mismo es una despedida al poder, la pérdida
del poder, el poder como veneno en la Tierra. Está barriendo de lado a
lado cada institución de poder. Incluso lo van a ver en cosas como las
universidades y las escuelas, en los departamentos de policía y en los
militares, porque lo que acostumbraba ser el objeto mismo que los
sustentaba, ahora va a ser lo que los colapse. […] El colapso del poder
conduce a olas de turbulencia que ocasionan un vacío tenso, el cual
conduce a nueva percepción [= conciencia]. (Adamus Saint Germain)
Autora: Gema Marcos Garrido
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