La respiración espiritual:
La respiración espiritual puede ser una aliada poderosa en el camino espiritual ya que lleva consigo el conocimiento, la conciencia y la nutrición a través de todo nuestro cuerpo y nuestra mente.Vivimos según el ritmo y si nos entonamos a sus patrones nos hallamos en una avenida que conduce de manera directa hacia nuestra naturaleza interior, o ser interior.
Para valorar su poder y su potencial debemos saber distinguir entre dos tipos de respiración.
El primero es la respiración externa, que es la respiración física. A medida que avanzamos en la meditación la respiración física se va calmando y va dando origen a una respiración más suave, más sutil.
¿Cómo es el aliento?:
Esta respiración es tenue, silenciosa y llena de sensaciones y va circulando por todo nuestro ser.Esta segunda clase de respiración es el aliento y genera cambios potentes en los centros energéticos del cuerpo.
A medida que esa energía siga fluyendo de manera armoniosa por nuestros centros de energía, nuestra salud se manifiesta perfecta tanto física como mentalmente.
La energía del aliento regenera el equilibrio, elimina las tensiones y desbloquea las obstrucciones y sobretodo fomenta la integración cuerpo y mente.
El aliento es un potente medio de transformación, aunque muchas veces ni nos percatemos.
Si estamos alterados la respiración es pesada y veloz y no podemos percibir sentimientos sutiles.
Incluso suele ser imposible hacer una respiración completa y profunda. Y para peor puede generar tal frustración que genera emociones negativas que llenan nuestra mente de imágenes y conceptos que nos desequilibran totalmente.
También puede ocurrir cuando hablamos y hablamos como loros, sin sentido. Siempre perdemos la sutilidad del aliento.
cuando el discurso es vano y negativo entramos en la generación de emociones y pensamientos que llevan a discusiones, opiniones, desacuerdos y actitudes poco favorables que minan nuestra energía.
Estos patrones especulativos y emotivos minan la vitalidad de nuestro aliento, dejándonos agotados y vacíos.
Debemos practicar un ritmo lento y uniforme. Así en el estrés provocará un flujo de aliento muy rico.
preste atención como este aliento sutil afecta su modo de hablar.
Cuando valorice el sutil aliento hablará menos pero más consistente.
Al profundizar en la meditación tendrá cada vez más fuerza y se hará prevaleciente.
En la meditación profunda, la respiración se apacigua y solo se sostendrá el sutil aliento.
Este aliento es interno, alerta y ligero y lleva la cualidad de la iluminación a todo nuestro ser.
Las prácticas de visualización pueden provocar también un suave flujo de aliento sutil.
para ello puede recitarse en silencio el mantra Om Ha Hum (ver más aquí).
Al inhalar recitamos Om, mientras visualizamos como el conocimiento penetra en nuestro cuerpo y nuestra mente. El universo entero converge en el campo del Om.
Mientras retenemos el aire mentalizamos el Ah. Esta sílaba transforma la energía del universo en un reino abierto y tranquilo.
Al exhalar mentalizamos Hum, con Hum la energía iluminada se transmite al universo esparciendo sus beneficios en todas direcciones.
Cada vez que lo repita puede visualizar esto que acabamos de explicar, otras en las sensaciones de la respiración y otras veces en el significado completo.
En algún momento los tres sentidos se fusionarán y la práctica dejará de ser un recuerdo de nuestra naturaleza iluminada y se convertirá en la expresión de la iluminación misma.
Esto puede practicarlo cuantas veces lo desee. Es muy beneficioso cuando esté tenso.
Cuanto más se sensibilice al flujo del aliento mas fácil se comunicará a su mente y su corazón, guiándole a la relajación y claridad profunda.
Toda su experiencia tendrá un poderoso brillo y descubrirá una poderosa calma que podrá extenderse a todo su mundo y a quienes le rodean. usted se llenará de armonía y gozo.
La paz y claridad infinita están a su alcance y disponibles siempre.
Fuente: autosanacionyespiritualidad.com
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