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Duccio di Buoninsegna
Nació en Siena entre 1255 y 1260.Perteneciente a la escuela sienesa de la que fue, en el duecento, su representante más sobresaliente, fue así mismo uno de los maestros más influyentes del gótico internacional y el más importante de Siena en su tiempo.
Apenas existen datos que documenten sus inicios, aunque es posible que fuera discípulo de Guido da Siena o del florentino Cimabue.
Los primeros datos se fechan en Siena en 1278, cuando se documentan una serie de obras menores encargadas al artista y por las que se puede deducir que gozaba de una buena posición. Entre estas obras se encuentran varias miniaturas.
La primera obra adjudicada al pintor con seguridad es La “Madonna Rucellai”, de 1285, para la iglesia florentina de Santa Maria Novella, albergada actualmente en la Galleria de los Uffizi de Florencia, su estilo y composición guardan similitudes con la pintura de Cimabue.
Fue fuente de inspiración para muchos, entre ellos Simone Martini y los hermanos Ambrogio y Pietro Lorenzetti.
En el siglo XIV Siena era junto a Florencia, el centro artístico más activo de Italia. Il Giotto revolucionó el arte de Florencia dando a sus composiciones un sentido volumétrico y Duccio el de Siena.
Éste más influenciado y fiel al arte bizantino, se decantó por el gusto por la línea y por la ordenación en superficie, se inclinó hacia el realismo en los detalles y la representación de lo anecdótico.
Sus trabajos están caracterizados en todos los casos por la sensibilidad del dibujo, la habilidad de la composición, una calidad decorativa similar a los mosaicos y una intensidad emocional mayor que la que podemos ver en las obras bizantinas.
En 1308 empezó a trabajar en su obra más ambiciosa, La Maestà, retablo pintado por ambas caras para el altar mayor del Duomo de Siena. Finalizado en 1311, tenía como motivo central a la Virgen con el Niño rodeados de ángeles y santos.
Remataba en su cara principal con episodios de la vida de la Virgen y ángeles en sus pináculos, y cerraba en la zona inferior con una predela con escenas de la infancia de Cristo alternando con figuras de profetas.
En su cara posterior se representaban veintiséis episodios de la vida de Cristo y en la predela otros nueve.
Este conjunto ambicioso, que se colocó en el Duomo con gran magnificencia, se desmontó en el siglo XVIII, dispersándose algunas de sus tablas. Actualmente se encuentran repartidas entre diferentes colecciones y museos como la National Gallery de Londres, el Museo dell’Opera del Duomo de Siena y la National Gallery de Washington.
Se conservan otras obras de importancia del Duccio en la National Gallery de Londres, en Hampton Court (colección real).
En España podemos ver una de las tablas de la vida de Cristo, de la Maestá: “Cristo y la samaritana”, en el Museo Thyssen Bornemisza de Madrid.
Su “Madonna con Niño”, fue comprada por parte del Museo de Arte de Nueva York en 2006 por cuarenta y cinco millones de dólares, la obra más cara de dicho museo, sin embargo un experto, asegura que se trata de una falsificación del siglo XIX, algo que desmiente el director del citado museo.
Murió en Siena entre 1318 y 1319.
*Esta entrada fue publicada en este blog el 11 de julio de 2011. Ha sido actualizada y ampliada el 21 de julio de 2015.
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