Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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jueves, 12 de febrero de 2015

Obra y Biografía de Andrea Mantegna

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Perfil biográfico
Presunto autorretrato de Mantegna en la  tabla de La PresentaciónAndrea Mantegna, uno de los más grandes pintores del Quattrocento italiano, vino al mundo en 1431 en una pequeña localidad del Véneto entre Vicenza y Padua. De orígenes humildes, muy pronto quedaría huérfano, siendo criado por su hermano mayor y por Francesco Squarcione, pintor y coleccionista paduano a cuyo taller se incorporaría Andrea cuando tan sólo contaba con 10 años.
De la mano de Squarcione, el joven Mantegna iniciaría su formación clásica gracias a la influencia de su maestro dentro de los círculos humanistas de Padua; por aquel entonces, uno de los centros ilustrados más importantes del Renacimiento del norte de Italia. Allí, además de visitar Venecia, tendría la oportunidad de conocer de primera mano la obra de Donatello, Filippo Lippi y Paolo Uccello.
Con sólo 17 años y de una manera no del todo amistosa, rompería con Francesco Squarcione para establecerse por su cuenta, recibiendo entonces sus primeros encargos que le harían ganar una cierta reputación, lo que le serviría, en uno de sus viajes a Venecia, para unirse en matrimonio con una hija del reconocido pintor Giovanni Bellini.
A mediados de los años cincuenta, fue llamado a la corte de los Gonzaga en Mantua para sustituir a Pisanello como pintor de cámara, dedicando desde entonces la mayor parte de su vida al servicio de los diferentes mandatarios mantovanos que fueron sucediéndose: Ludovico, Federico y, sobre todo, Francesco.
Francesco Gonzaga retratado por Mantegna
Tras un breve periplo romano reclamado en 1487 por el Papa Inocencio VIII para una serie de encargos en el Vaticano, regresa a Mantua, donde se incorporaría al estudio de Isabella d'Este, esposa del Duque Francesco II Gonzaga y una de las más cultas damas humanísticas del Renacimiento Italiano, la cual, supo rodearse de los mejores pinceles del momento.
En 1506 y con nada menos que 75 años de edad, fallecería Andrea Mantegna en Mantua acuciado por problemas económicos ya que, durante los últimos años de su vida, sus encargos se resentirían considerablemente en favor de las novedosas aportaciones que, poco a poco, fueron introduciendo pintores de nueva generación.
Principales obras de Andrea Mantegna
Una vez establecido en solitario, las primeras obras de Mantegna fueron encargos privados procedentes de la propia ciudad de Padua y de la no lejana Ferrara, donde se desplazaría puntualmente para cumplir con algunos encargos del mecenas Leonello d'Este.

Frescos de la Capilla Ovetari
La primera obra de cierta ambición que le fue encomendada en Padua al jovencísimo Andrea fue la decoración al fresco de los muros de la Capella degli Ovetari, en la Iglesia de los Ermitaños.
Los trabajos se prolongarían unos nueve años (1448.1457) divididos en dos fases debido a un lapso intermedio de tiempo en que Mantegna, por una serie de discrepancias con los comitentes, abandono el proyecto para poco después retomarlo.
Martirio de San Cristóbal en la Capilla Ovetari
Lamentablemente, parte del conjunto fue destruido por los bombardeos que sufrió la ciudad de Padua durante la Segunda Guerra Mundial, conservándose tan sólo una parte del ciclo de frescos cuya temática principal era la vida de los santos Santiago (muro sur) y Cristóbal (muro norte), con la escena de la Asunción de la Virgen en la pared central
presidiendo la composición.

Políptico de San Lucas
En 1453, a la par que Mantegna continuaba con los trabajos en la Capilla Ovetari, recibió el encargo por parte de los benedictinos de la Abadía de Santa Justina de Padua de realizar un retablo dedicado a San Lucas Evangelista.
Polítpico de San Lucas
En ésta obra, hoy expuesta en la Pinacoteca Brera de Milán, se observa como el autor, pese a incluir ciertos rasgos arcaicos como pueden ser los fondos dorados, deja ver su destreza a la hora de representar las figuras humanas en perspectiva.
Retablo de San Zenón (Pala di San Zeno)
Poco tiempo después, y apenas finalizados sus trabajos en la Capilla Ovetari, le es encargada a Mantegna la realización de un retablo para la iglesia de San Zenón de Verona.
Detalle de la Pala de San Zeno
Realizado en su taller de Padua y enviada una vez finalizada a Verona en el año1459, está considerado el primer retablo plenamente renacentista del norte de Italia, presentando una disposición arquitectónica de tres calles separadas por columnas clásicas y un remate a modo de frontón semicircular.
En el cuerpo superior preside la imagen de la Virgen con el Niño flanqueada por los Apóstoles divididos entre las dos tablas laterales, mientras que en la predela, aparecen las escenas de la Oración en el Huerto, la Crucifixión y la Resurrección de Cristo.
Oración en el Huerto en la predella
Es perfectamente observable en todo el conjunto como Mantegna se ha desprendido totalmente de cualquier rasgo de arcaísmo en favor de un gusto plenamente moderno, caracterizado tanto por el naturalismo de los paisajes como por el gusto plenamente clasicista de las arquitecturas.
Capilla del Palacio de San Giorgio de Mantua
Gracias al prestigio que se ha ido labrando en los contextos humanistas del Véneto, Mantegna es reclamado a la corte de Mantua por Ludovico Gonzaga, donde recala en 1460 pasando inmediatamente a tomar el mando de la decoración pictórica de la capilla privada del Castillo de San Jorge, sede de la corte mantovana.
Tránsito de la Virgen
En este contexto, muy reconocida es la tabla de El Tránsito de la Virgen, hoy en el Museo del Prado, obra en la que se aprecia ya un Mantegna mucho más maduro capaz de captar perspectivas casi imposibles y plasmar escenarios de gran naturalismo, pudiendo reconocerse a través de la enorme ventana abierta al fondo de la estancia los paisajes adyacentes al palacio, con el Puente de San Jorge sobre el Lago Mincio.
Adoración de los Magos en el Tríptico Uffizi
Durante los años 60, Mantegna combina los trabajos para la familia Gonzaga (Tríptico de los Uffizi) con otros encargos privados para personalidades relevantes vinculadas a la ciudad de Mantua, como es el caso del retrato del Cardenal Ludovico Trevisan.
Cámara de los Esposos
Una de las obras más celebradas de Andrea Mantegna es, sin lugar a dudas, la llamada Cámara de los Esposos (Camera degli Sposi) del Palacio Ducal o Castillo de San Jorge, estancia destinada a la celebración de audiencias situada en el primer piso de la torre principal del conjunto palacial.
La corte ducal en la Cámara de los Esposos
De planta cuadrangular, la decoración pictórica al fresco se extiende por lo muros norte y oeste, quedando las otras dos en blanco al ser tapadas por cortinajes y mobiliario. La temática general del conjunto se centra en la exaltación y la gloria de la familia Gonzaga, apareciendo en uno de los muros celebrando una audiencia junto a personajes relevantes del momento; y en la otra en cortejo en las cercanías de Roma, pudiendo apreciarse de fondo una representación ideal de la Roma del Renacimiento.
Óculo en trampantojo en la Cámara de los Esposos
Además de los lunetos que coronan cada pasaje de los muros laterales, también a Mantegna se debe la decoración de las cubiertas de la cámara, apareciendo en ellas pasajes mitológicos y efigies de emperadores romanos, rematado todo ello en la cúspide por un óculo figurado a modo de trampantojo creando la ilusión de apertura al cielo.
Lamento sobre Cristo Muerto
Ludovico Gonzaga sería sucedido al frente de la corte de Mantua por su hijo Federico, quien contaría igualmente con Mantegna como pintor de cámara, siéndole encargados numerosos empeños destinados, la mayoría de ellos, a completar la adecuación y modernización del trecentesco Palacio Ducal de acuerdo con nuevas modas imperantes.
De este periodo dataría el célebre lienzo del Lamento sobre Cristo Muerto, obra hoy depositada y expuesta en la Pinacoteca Brera de Milán pero que, en origen, es posible que fuese destinado a la propia Cámara de los Esposos.
Lamento sobre Cristo Muerto
En el Cristo Muerto, Mantegna pone sobre la mesa de manera definitiva lo que serán las señas de identidad de su obra durante su madurez, como es el virtuosismo en el estudio de la perspectiva, el profundo conocimiento de los volúmenes del cuerpo humano, así como la capacidad de captar con enorme realismo hasta el más mínimo detalle.
Los Triunfos de César
Tras el breve mandato de Federico, ascendería al trono, siendo aún adolescente, Francisco II Gonzaga, cuyas hazañas militares pese a su bisoñez le habían hecho merecedor del apelativo del "Nuevo César" por parte del poeta Ercole Strozzi.
Los triunfos de César, novena tela
Por esta razón, el joven Francisco encargaría a Mantegna la que, a la postre, se convertiría en su obra cumbre: una colección de nueve lienzos en los que se representaban distintos episodios relacionados con la vida del emperador romano Julio César.
Segunda tela de los triunfos de César
El encargo de los Triunfos de César, iniciado en 1485, se dilataría hasta prácticamente la muerte del artista (de hecho el décimo triunfo ya no es obra suya), siendo trasladados poco después desde el Palacio Ducal al recién terminado Palacio de San Sebastián. En la actualidad los nueve lienzos se conservan en el Palacio Real de Hampton Court de Londres.
Etapa romana
En 1487 Mantegna dejaría temporalmente Mantua para recalar en Roma, desde donde había sido reclamado por el Papa Inocencio VIII para ejecutar varios encargos.

Cristo sostenido por ángeles
Durante este breve periodo de apenas tres años, el artista paduano materializó varias obras, la mayoría de ellas religiosas, siendo de destacar la Madonna delle Cave (hoy en los Uffizi), o Cristo sostenido por dos ángeles (KunstMuseum de Copenaghe).
Madonna della Vittoria
De regreso a la corte de Mantua en 1490, Mantegna continuaría con la serie de los Triunfos de César compaginándolos con encargos de carácter religioso; principalmente imágenes de la Virgen con el Niño como las llamadas Madonna Poldi-Pezzoli, Madonna Butler, Madonna de la Academia de Carrara, la Pala Trivulzio o la Madonna Della Vittoria, ésta última como exvoto conmemorativo de la victoria de Francisco II en la Batalla de Fornovo.
Mantegna en el Estudio de Isabella d'Este
Los últimos años de Andrea Mantegna en la Corte de Mantua los pasó bajo la protección de Isabella d'Este, esposa del duque Francisco II Gonzaga y unánimemente reconocida como una de las damas humanistas más ilustradas del Renacimiento Italiano, la cual, se rodeo en su pequeño estudio del Castillo de San Jorge de una importante corte de artistas y pintores del momento.
El Parnaso
Junto a Isabella d'Este, un casi anciano Andrea Mantegna cultivó sobre todo la temática mitológica, destacando obras como El Parnaso, El Triunfo de la Virtud, o Isabella d'Este en el Reino de Armonía, obras todas ellas hoy depositadas en el Museo parisino del Louvre.
Andrea Mantegna moriría un día de septiembre de 1506, contando nada menos que con 75 años de edad y acuciado por varias deudas ya que, las nuevas modas pictóricas propuestas por artistas de la nueva generación habían hecho que sus encargos se resintiesen.
(Autor del artículo/colaborador de ARTEESPANA:
José Manuel Tomé)

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