A pesar de que siempre se intente ridiculizar o tachar de falsos (que a veces hay que hacerlo) a algunos objetos, lo que queda claro es que no se puede hacer con todos, ya que en este caso la evidencia es tan abrumadora que se escapa de las manos de la ciencia más ortodoxa.
Ya sabéis que cuando realizo investigaciones con vestigios (objetos, artefactos, rocas, herramientas) siempre intento ver ambas caras de la moneda, indagando de la forma más profunda para poder esclarecer si se trata de un objeto real o un fake más dentro de este mundillo de sobreinformación que nos esclaviza.
Y he de decir que en este caso, después de una larga investigación he llegado a la conclusión de que las piezas de Ojuelos son completamente reales, y a continuación os voy a explicar por qué. Pero primero vamos a ver de qué se tratan estas extraordinarias piezas.
Las Piezas de Ojuelos
Son unas piezas en las que podemos encontrar figuras talladas, objetos con incrustaciones y fantásticos dibujos.
Estas piedras, mediante análisis científicos han sido datadas alrededor de unos 10.000 años de antigüedad.
A primera vista lo que (obviamente) más nos llama la atención son los dibujos trazados en donde se pueden apreciar claramente naves espaciales, lo que vienen a ser los típicos platillos volantes de los que nos hablaban los indios Hopi en sus leyendas y que ellos calificaban como discos luminosos.
También se observan una gran cantidad de seres dispares a los humanos, con ojos rasgados y alargados cráneos. Algo muy curioso ya que recientemente subí a mi canal de Youtube un vídeo hablando sobre estos seres de cráneo alargado que supuestamente llevan conviviendo con nosotros desde antes de la Edad de Hielo.
También vemos otras representaciones de seres humanos con un estilo Azteca-Maya divisando e interactuando con estas naves espaciales.
Además se aprecian algunos seres similares a reptiles y con escamas, algo que también se relaciona con las ancestrales leyendas de los indios Hopi y las tribus Cherokee que se referían a estos seres que descendieron como los Kachina, que traducido vendría a significar algo como Los Hermanos Serpiente.
El calendario Maya, mujeres embarazadas y ofrendas de bebés hacia estás naves también están presentes en dichas piedras, algo que inevitablemente nos hace recordar a esa cantidad de relatos de leyendas antiguas como contactados actuales nos comentan temas de apareamiento e hibridación con seres de otros planetas.
Bueno, habiendo descrito ya las características que poseen estas piezas, que no son unas pocas, sino que hacen una batería de más de 300 cada una diferente a otra, vamos a pasar al análisis de éstas y la explicación de por qué pienso que son reales.
Estas piezas se han encontrado en la localidad de Ojuelos en Jalisco (México) y desde hace unos 50-60 años diversas familias de este lugar las han ido coleccionando y guardando como oro en paño.
Hasta que en el año 2013 saltaba esta extravagante noticia que daba a conocer las extrañas piezas.
Es normal que al ver los dibujos y demás mucha gente pueda pensar que han sido talladas “recientemente” para exponerse posteriormente, pero mi opinión es que no, y para explicarlo vamos a hacer un llamamiento a la lógica.
Si observamos dichos dibujos podemos apreciar cómo tienen hendiduras y en algunos trozos estás mellados, pero si nos fijamos con detenimiento en las líneas del dibujo podemos ver cómo éstas pasan por debajo de estas muestras u pequeños fragmentos rotos, es decir, aparentemente los dibujos fueron hechos anteriormente a las pequeñas mellas.
Y claro, si las familias las han estado guardando a buen recaudo no se comprende que estos trocitos rotos hayan sido ocasionados a lo largo de estos 50-60 años que se vienen guardando. Además, pienso que se ve claramente como son pedacitos rotos de hace quizás milenios y no de unos cuantos años hacia acá.
Otras cosas en las que me he fijado para llegar a la conclusión de que realmente estas figuras son reales es en sus incrustaciones.
Podemos observar también figuras de naves o cabezas alargadas que poseen incrustaciones, incrustaciones de oro, zafiro y otros elementos preciosos que se aprecia perfectamente que son incrustaciones hechas hace como mínimo 3.000 años, típicas de los mayas y aztecas.
Por lo tanto aquí ya no estamos hablando de simples dibujos que cualquiera con tiempo libre e imaginación puede plasmar en una roca, estamos hablando de figuras con forma de naves espaciales y cabezas alargadas con incrustaciones milenarias.
Es decir, no coincide que sean piezas hechas recientemente debido a sus características.
También se han hecho análisis químicos de dichas piezas y se han llegados a diversas conclusiones haciendo también observaciones:
OBSERVACIONES
Ambas muestras presentan manchas de coloración rojiza y de acuerdo al análisis semicuantitativo, nos hace pensar en el empleo de una arcilla rica en fierro y cocida en atmósfera oxidante.
“Las pérdidas al fuego” como lo indica el análisis son superiores al 15% y considerando que estas pérdidas se efectuaron a 845°C nos permite darnos una idea que la cochura fue efectuada a menor temperatura, podríamos pensar que la “quema” se realizó directamente en un horno abierto a una temperatura entre 650-750 ºC; este es el modo en que se cocía la cerámica primitiva.
La baja presencia de CaO en ambas piezas implica el uso de tierras naturales, exentas de cal o de muy poca proporción lo que facilita el uso de barnices, no obstante el uso de barnices requiere temperaturas entre 800° y 900°.
El uso de óxido de Zinc se emplea comúnmente como modificador excelente de los colores, sirve para la obtención de cubiertas cristalizadas de gres o porcelana y en conjunto con el Ag2O le da un acabado metálico.
CONCLUSIONES
Basándonos únicamente en la interpretación de lo único con que contamos, el análisis químico, podemos inferir que la persona que elaboro las piezas no conocía el proceso de cubiertas y esmaltes como es conocido actualmente, por lo cual las características no coinciden al 100% con algún tipo de esmalte de la actualidad, podríamos pensar que usaron en la composición principios de la cerámica de gres pero a una temperatura inferior lo cual cambia por completo el acabado.
Las cubiertas o esmaltes de gres dan buenos resultados con atmósferas oxidantes o reductoras, generalmente utilizan al iniciar una atmósfera reductora y al término una atmosfera neutra u oxidante, en las piezas evaluadas se utilizó atmosfera oxidante.
Considerando que el análisis es semicuantitativo y la cantidad empleada en el análisis fue muy pequeña no se puede descartar que algún componente no haya sido evaluado, lo cual afectaría la interpretación.
Es decir, se han llegado a conclusiones que no explican al 100% su verdadero origen y creación, algo que no pasaría si fuesen piezas hechas durante el siglo XX.
Otro aspecto que todavía no se ha podido comprobar son los trazos de los dibujos. A pesar de haber sido expuestas a diversos análisis químicos no se puede explicar de qué forma ni con qué herramienta se han realizado estos dibujos.
Algo que nos recuerda bastante a esas extrañas rocas de Puma Punku y sus más que perfectos tallados que superan incluso a las sierras mecánicas con filo de diamante.
Haciendo un pequeño paréntesis me gustaría que nos fijásemos en algo con lo que me he topado haciendo el análisis de las piedras.
Me he encontrado con un dibujo, un dibujo de un cara, que no sé a vosotros pero a mí me recuerda muchísimo al descubrimiento y vídeo que hizo Iván Martínez en su canal donde nos muestra lo que aparentemente es una auténtica cabeza de lo que posiblemente era una estatua o figura.
El parecido es asombroso, ¿verdad?
Continuando con el tema, si hay algo que de verdad me ha hecho confiar en la veracidad de estas piedras ha sido la plena disposición de Pablo Enrique García Sánchez y César Felipe Leiva que son los miembros pioneros de la asociación Nahui-Ollin, una asociación encargada de expandir tanto la información de la piezas de Ojuelos sino como de informar de noticias relacionadas con nuevos descubrimientos en la zona de Jalisco.
Y si digo que estas dos personas me han hecho confiar plenamente es porque han estado haciendo pequeños documentales propios, aportaciones en pequeñas radios y poco conocidos programas de internet explicando el tema de las piezas sin recibir compensación alguna, y los más importante, repitiendo una y otra vez que absolutamente todas las piezas halladas están a plena disposición de la comunidad científica para que sean sometidas a los análisis necesarios y se demuestre que son completamente verdaderas.
Y la verdad es que ese gesto dice mucho de la confianza que tienen depositadas en la autenticidad de las piezas.
Está claro que hemos sido visitados en un pasado remoto por seres más avanzados e inteligencias superiores. Seguramente nuestro ADN está directamente relacionado con el suyo.
Las pruebas y evidencias están ahí y sólo hay que abrir los ojos, apartar a un lado los prejuicios que nos ha implantado la sociedad e indagar y buscar, porque el que busca encuentra.
Y me gustaría terminar el artículo con una famosa cita:
“El que no conoce su pasado, no puede hablar de su futuro”
Un saludo
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