Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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Secretos Parameshwary

viernes, 9 de junio de 2017

La Flecha Envenenada con Nuestro Mayor Error



por Jennifer Delgado
del Sitio Web RinconPsicologia
 
Buda, en la búsqueda de la iluminación, también intentaba descubrir cómo liberarnos de la ignorancia y el sufrimiento.
Al igual que otros grandes sabios del pasado, propuso una filosofía práctica que nos anima a centrarnos en las cosas más sencillas como una vía para alcanzar metas mayores.
El taoísmo lo resumió perfectamente en una frase:
un camino de mil kilómetros empieza por un solo paso.
Sin embargo, en la vida cotidiana nos resulta difícil aplicar estas enseñanzas.
 

La parábola de la flecha envenenada
En el Majjhima Nikaya, una colección de textos atribuidos a Buda que forman parte del Canon Pali, podemos encontrar la "parábola de la flecha envenenada".
Gautama Buda le contó esta historia a un discípulo que se mostraba impaciente por escuchar del maestro las respuestas a las "14 preguntas sin respuesta" relacionadas con cuestiones metafísicas como la vida después de la muerte.
"Hubo una vez un hombre que fue herido por una flecha envenenada.
Sus familiares y amigos querían procurarle un médico, pero el enfermo se negaba, diciendo que antes quería saber el nombre del hombre que lo había herido, la casta a la que pertenecía y su lugar de origen.
Quería saber también si ese hombre era alto, fuerte, tenía la tez clara u oscura y también deseba conocer con qué tipo de arco le había disparado, y si la cuerda del arco estaba hecha de bambú, de cáñamo o de seda.
Decía que quería saber si la pluma de la flecha provenía de un halcón, de un buitre o de un pavo real...
Y preguntándose si el arco que había sido usado para dispararle era un arco común, uno curvo o uno de adelfa y todo tipo de información similar, el hombre murió sin saber las respuestas".
Al leer la parábola la primera idea que nos viene a la mente es que la actitud del hombre herido es absurda y necia. Sin embargo, Buda nos está diciendo que todos nos comportamos de la misma manera sin darnos cuenta.
De cierta forma, todos estamos heridos con esa flecha envenenada ya que, antes o después, moriremos.
Sin embargo, vivimos sin ser plenamente conscientes de nuestra mortalidad, por lo que a menudo le damos una importancia excesiva a cosas intrascendentes que nos impiden disfrutar del presente sumiéndonos en un estado de preocupación innecesario.
 
Grandes enseñanzas para toda la vida
 
Céntrate en lo que realmente te ocurre

En muchas ocasiones, para resolver un problema es importante no perderse en divagaciones, necesitamos actuar. Lo más usual es que detrás de esas cavilaciones se esconda el miedo y la incertidumbre.
Cuando nos enfrentamos a un problema y nos vamos por las ramas, aunque sabemos cuál es la solución definitiva, es porque tememos a algo.
Sin embargo, considera que a largo plazo las soluciones tibias solo sirven para generar más problemas, además de crear un estado de insatisfacción interior.
En otros casos activamos mecanismos de defensa como la proyección o el desplazamiento mediante los cuales trasladamos el problema fuera de nosotros mismos, o intentamos esconderlo.
Generalmente esto se debe a que no deseamos aceptar que formamos parte del problema, por lo que para solucionarlo primero debemos trabajar sobre nosotros mismos.
En cualquier caso, la estrategia nunca es mirar hacia otro lado, es importante comprender qué nos ocurre realmente y aprender a priorizar aquí y ahora.
 

Da un paso a la vez

La mente puede convertirse en nuestra mejor aliada o nuestra peor enemiga.
Podemos usarla en positivo para solucionar problemas o podemos usarla en negativo encontrando un problema para cada solución.
Para vivir con menos agobio y estrés la clave consiste en ir paso a paso.
Eso no significa que no podamos anticiparnos a los problemas, pero debemos asegurarnos de que no estamos alimentando un pensamiento catastrofista.
Céntrate en el presente, valora cuidadosamente la situación en la que estás y da un paso a la vez, ese paso no te llevará directamente a tu destino, pero al menos te sacará de donde estás.
Vive día a día, como si cada jornada fuera la primera y la última de tu vida.
 

Deja que todo fluya y que nada influya

A veces nos quedamos cautivos de los problemas, aunque estos ya se hayan solucionado o formen parte del pasado, ya que siguen rondando nuestra mente, provocando desazón, ira, frustración y rencor.
Cuando nos aferramos a lo sucedido, cuando no dejamos ir esas emociones y sentimientos, nos convertimos en sus esclavos.
En este sentido, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Harvard reveló que pasamos el 47% de las horas que permanecemos despiertos pensando en lo que nos ha ocurrido o lo que nos podría ocurrir.
Esa "mente errática" es la causa de que nos preocupemos excesivamente y de nuestra infelicidad. El mejor antídoto es centrarse en el presente y experimentar gratitud por lo que tenemos y lo que somos.
Así lograremos restarles impacto a las experiencias negativas y alcanzar el equilibrio.
 

Elimina todo lo innecesario

Leonardo da Vinci dijo,
"la simplicidad es la máxima satisfacción", y no andaba desacertado.
A lo largo de nuestra vida cargamos con muchas cosas, que solo sirven para generar caos y abrumarnos. Cuando te das cuenta de que puedes vivir sin ellas y ser aún más feliz, logras valorar más lo que tienes y te liberas de un gran peso.
Eliminar todo lo innecesario también se refiere a los sentimientos, creencias, estereotipos o sueños que no te pertenecen y que solo son un obstáculo.
Cuando mires dentro de ti, te asombrará descubrir que muchas de las frases de tu diálogo interior realmente no son tuyas sino que te las han inculcado.
Haz una limpieza mental y deshazte de las emociones que te dañan, como el resentimiento por un viejo suceso, la angustia por algo que probablemente nunca ocurrirá y el miedo a perder lo que tienes.
Si vamos más ligeros de equipaje no solo podremos llegar más lejos sino que también disfrutaremos más del viaje.
Fuente

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