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Antoni Viladomat
Antoni Viladomat i Manalt nació en Barcelona, el 20 de marzo de 1678.Pintor del barroco y uno de los más importantes de su siglo y de este estilo en Cataluña.
Inició su formación con Pasqual Bailon Savall, que junto a su propio padre, fue el autor de parte de las pinturas que decoran la capilla de San Benito del monasterio de Sant Cugat.
Tras la temprana muerte de Bailon Savall, en 1691, prosiguió sus estudios con Juan Bautista Perramon, a cuyo taller asistió entre seis y nueve años.
Durante la Guerra de Secesión española, Barcelona fue la sede de la corte del archiduque Carlos, tiempo trabajarían en la ciudad condal numerosos artistas extranjeros.
Durante este tiempo, Viladomat entró en contacto y entabló amistad con el pintor italiano Ferdinando Galli da Bibiena, que le hizo conocer y estudiar la pintura de su país.
Se le atribuyen la decoración de la iglesia de los jesuitas de Tarragona, en 1698, y las pinturas de la bóveda de la capilla de la Casa de Convalecencia del Hospital de la Santa Cruz de Barcelona, en 1703, aunque existen dudas fundadas de en que la primera, es improbable su participación.
Pintó en casi todos los conventos y monasterios de Barcelona, siendo la pintura religiosa, su temática fundamental.
Son también notables sus escenas de género, como sus alegorías de Las Cuatro Estaciones, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, sus bodegones, como “Bodegón del pavo”, en el mismo museo, o “Bodegón de mariscos, peces y recipientes”, albergado en el Museo del Prado de Madrid, que retoman la tradición del claroscuro caravaggista, y anuncian de alguna forma en varias de sus obras, algunas obras de Francisco de Goya.
Fueron los trabajos de decoración de la destruida Iglesia de San Miguel de Barcelona, los que definieron su estilo, muy personal, en los que supo conjugar detalles de secento con la expresividad del manierismo barroco.
Sus obras más famosas y reconocidas son las veinte pinturas sobre la Vida de San Francisco de Asís, que realizó para el antiguo Convento Franciscano de Barcelona, actualmente conservado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jordi, que junto al ciclo del Vía Crucis de la Capilla del Dolors, en la basílica de Santa María de Mataró, constituyen el núcleo de lo mejor de la obra del pintor que se conserva.
En 1720 contrajo matrimonio con Eulalia Esmandia; tres años logró la licenciatura en pintura, aunque siempre conservó su independencia de la estricta tutela del Colegio de Pintores de Barcelona, con los que tuvo numerosos enfrentamientos que le llevaron a interponer dos pleitos que le permitieron garantizar su condición de pintor licenciado, pleitos de los que salió airoso.
Fue un gran dibujante y por su taller pasaron una gran cantidad de aprendices.
En 1787, Leandro Fernández de Moratín en una carta dirigida a a Juan Cean Bermúdez, el dramaturgo español escribía: “Vi las pinturas de Viladomat, en el claustro de San Francisco; y en verdad que Mengs tenía sobradísima razón de decir que, en su tiempo, era el mejor pintor de Europa; y cuando este elogio recae sobre un artífice que no tuvo un maestro que le enseñase, ni vio las galerías de Italia, ni salió en su vida de Cataluña, ni allí encontró quien le hiciese competencia, es menester confesar que en tales casos la naturaleza lo hace todo, y el que nació con disposiciones favorables para sobresalir, si no halla quien le enseñe los preceptos del arte, él los encuentra.”
La mayor parte de su obra más conocida se encuentra en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, de la que destacan los lienzos sobre la citada vida de San Francisco de Asís, que al decir del historiador de arte Ceán Bermúdez, entroncan con los pintores españoles que plasmaron la vida monástica, sobre todo de Francisco de Zurbarán.
En el Museo del Prado de Madrid, además del citado bodegón, podemos ver una magnífica tela, “La Sagrada Familia y San Agustín”.
Murió en Barcelona, el 22 de enero de 1755.
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