La Iglesia de Santa María de Melque guarda una estrecha relación con el Castillo de Montalbán que se encuentra cercano a la iglesia. Existen muchos testimonios de pastores que veían estupefactos como algunas de sus ovejas se perdían en las inmediaciones del castillo para posteriormente aparecer en Melque, muy probablemente debido a la existencia de túneles subterráneos que conecten ambos lugares. Los túneles subterráneos construidos en los Montes de Toledo fueron una importante vía de salida de la gran ciudad para facilitar la huída. Se piensa que estos túneles fueron parte de la trayectoria del Tesoro de Guarrazar, un tesoro de orfebrería visigoda compuesto por coronas y cruces que fue hallado a mediados del siglo XIX en la localidad de Guadamur, muy cerca de Toledo.
Además en las inmediaciones entre el Castillo de Montalbán y la Iglesia de Santa María de Melque se han encontrado otros restos arqueológicos importantes que hacen vislumbrar la naturaleza sagrada de estas tierras y como por aquí han pasado personajes e historias importantes de diversas épocas de la historia de la humanidad.
Aún es una incógnita el uso que se le dió a algunas partes de esta misteriosa iglesia como por ejemplo, las cámaras situadas a los lados del ábside central o el arcosolio del extremo sur, pero todo apunta a que habría sido el lugar ideal para esconder temporalmente algún tesoro.
Los templarios, la Mesa del Rey Salomón y el Santo Grial
Existen algunos historiadores que piensan que la Mesa del Rey Salomón pasó por aquí o incluso el Santo Grial.
Bien es sabido que esta iglesia fue ocupada temporalmente por los templarios de la época, y algunas investigaciones llevadas a cabo hacen conectar la intrincada red de galerías de Toledo, junto a la presencia de templarios y su gusto por los tesoros más esotéricos, parece conectar los puntos para pensar que algunas de estas reliquias de este valor pueden haber sido depositadas en este lugar durante algún tiempo.
La Mesa del Rey Salomón, la cual estaba hecha con esmeraldas y oro, fue pasando de unas manos a otras desde su construcción en el año 950 antes de Cristo. Salomón la depósito en el Templo de Jerusalén. Posteriormente tras la toma de Jerusalén por parte de Nabucodonosor II, trasladó el tesoro a Babilonia, para cuarenta años más tarde regresarla a Jerusalén. Con la toma de Jerusalén en el año 70, se traslada a Roma. En el año 410 Alarico I saqueó Roma y trasladó el tesoro al sur de Francia, posteriormente tras la derrota a manos de los francos, Teodorico lleva el tesoro a Rávena, y fue en el año 526 cuando Amalarico reclamó el tesoro a Teodorico para trasladarlo a Barcelona y después a Toledo.
Tras la conquista de los musulmanes de la península ibérica se perdió el rastro de este valiosísimo artefacto, al que algunos atribuyen algunos poderes místicos como la posibilidad de ver a través de él, el pasado, el presente y el futuro.
De momento sigue siendo un misterio qué ocurrió en esta iglesia y en su vecino Castillo de Montalbán, pero sintiendo las paredes de esta iglesia, quizás estés tocando un testigo de algunos de los acontecimientos más importantes de las historias antiguas aún no reveladas.
Hay leyendas que dicen que las verdaderas cuevas de salomón se encuentran bajo las piedras de esta iglesia.
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