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SOLUCIÓN DE LOS ASPECTOS Y SITUACIONES
Haré un inciso en el tema que se está desarrollando, insistiendo en que aquel ser humano que encara sus propios aspectos con disponibilidad, dedicación y prioridad, además de establecer el equilibrio y la sanación en su propio ser y en su vida, ha abierto decididamente la puerta a un despertar continuo y cada vez más consciente no solo al proceso que hemos llamado Ascensión Planetaria, sino también a su propio proceso de ascensión individual.
Realmente, no se están tratando procesos distintos, sino, es más, apostillaría que existe un solo proceso. No se produciría el cambio en el todo si no se diera dicho cambio en sus partes.
Aprovecho para comentar una información aclarada en muchas de las canalizaciones. La ascensión en esta dimensión es viable siempre que haya un número mínimo de humanos conectados con sus propios procesos personales de ascensión y dicha masa crítica de personas ya ha sido superada. No solo existen moradas o planetas de 5D, sino que también existen, en el mismo orden, seres de 5D que habitan estas moradas. Por supuesto, la dinámica que abarca la ascensión de la Tierra y la de los seres humanos encarnados que así lo elijan forma parte del plan que Dios ha previsto para tal evento, en el que se le da vital importancia al libre albedrío individual como condición elemental para la evolución. De esta forma, el que quiera ascender de veras podrá hacerlo y el que pida ayuda para consumarlo la tendrá, para, así, también contribuir en el fondo a la ascensión en el planeta. El que no quiera saber nada sobre estas cuestiones se le permitirá seguir su ciclo de experiencias según sus propias elecciones.
Pues bien, las personas activas en este tiempo en la Tierra encaran aquellos aspectos internos que detectan en desequilibrio y, por tanto, de baja densidad energética, transmutándolos en formas energéticas más luminosas, elevadas y amorosas, aportándoles el equilibrio que precisan para, finalmente, sanarlos. Estas personas están elevando, de esta manera, la vibración de la energía que ellas mismas sostienen en su conjunto. Al refinar y disipar la espesa densidad de algunos de sus aspectos, sean pensamientos, emociones, hábitos o adicciones, lo están haciendo de forma global, a su vez, con el resto de sus respectivos cuerpos energéticos, sobre los cuales se ahondará más adelante en un capítulo con exclusividad, ya que al iluminarse ciertas partes esto acaba revirtiendo en las demás y, en definitiva, en el todo.
Esto es lo que a grandes rasgo se denomina transmutación, purificación o transformación, proceso que está siendo desencadenado de forma cada vez más acelerada en este tiempo de ascensión y, por tanto, es así como estos individuos, que asumen, en pleno ejercicio de su voluntad y libertad, la responsabilidad de abrirse y acometer los cambios actuales y venideros, serán los llamados a experimentar la ascensión pasando de seres de 3D a seres de 5D.
Maticemos ahora con más detalle concretando en qué consisten y cómo se dan la transmutación y purificación de los aspectos para establecer el equilibrio y la sanación de cualquiera de los asuntos tanto internos como externos sin excepción alguna.
Una forma de exponer y, a la vez, de sintetizar las enseñanzas que los Mensajes Canalizados recogen a este respecto es la que se va a esquematizar en los siguientes dos pasos para toda persona con interés e inquietud en abordar sus aspectos mentales, emocionales y de conducta con la finalidad de refinarlos en el amor ya disponible y entrante en el planeta, y así estabilizar sus escenarios de vida y de existencia en esta dimensión. Estas dos pautas son:
1º Manifestemos, pidamos, pensemos, sintamos lo que deseamos crear y atraer en nuestra vida.
2º El verdadero secreto y motor de la Creación Consciente radica realmente en el amor incondicional y en la aceptación total de todos los aspectos, circunstancias y situaciones.
- Primer Paso
En primer lugar, si queremos que alguna circunstancia o situación se dé o se concrete en nuestra vida, si deseamos atraer, manifestar o crear en nuestra realidad algún escenario deseado, beneficioso, interesante o agradable para nosotros, lo primero que podemos hacer es plantearlo y exponerlo. Para ello basta con que lo pidamos, pensemos, sintamos o lo plasmemos físicamente de alguna manera si así lo preferimos, por ejemplo escribiéndolo, dibujándolo, esculpiéndolo, etc. De cualquiera de estas formas podemos especificar justamente qué es lo que queremos. Es imprescindible que la solicitud la hagamos con la mayor claridad y exactitud posibles, pues manifestaremos lo que realmente hayamos especificado. Es así como estaremos estableciendo el diseño de aquello que hemos decidido crear. Además, al aportar toda nuestra intención y atención en este cometido estamos concentrando en nuestra petición toda nuestra energía para, así, cargarla con mayor fuerza si cabe.
No han de olvidarse frases como “lo que sale de ti, vuelve a ti” o “lo que siembras, recoges”. Pues este principio es el que está teniendo lugar en esta cuestión. La energía funciona así. Si los pensamientos, sentimientos, emociones, palabras y acciones son energía viva en el ser humano, el hecho de prestar intención y atención en algún planteamiento va a procurar que la energía que se invierte con esta actitud, de forma generosa, pueda regresar de nuevo manifestando en la realidad física lo que inicialmente se había demandado.
- Segundo Paso
El segundo paso, al hilo de lo anterior, expone simple y claramente que son el amor incondicional y la aceptación total, hacia los aspectos internos y hacia cualquier tesitura de vida por los que estemos transitando, el verdadero motor que conduce a que se pueda materializar ante nosotros con la mayor inmediatez aquello que deseábamos o llegamos a pedir.
Esto puede resultar hasta paradójico. ¿Cómo se puede amar y aceptar incondicional y totalmente un lance de la vida que no se desea que suceda en absoluto? Habría que destacar de entrada que, sin este segundo paso de amor y aceptación, se antojará difícil hoy en día, con el amor como energía instauradora en el planeta, el poder no solo que se den las coyunturas más propicias, sino, tan siquiera, que se pueda alcanzar la posibilidad de equilibrar con cierta armonía y plenitud el seno del ser humano y de su propia realidad.
Convengo en aclarar que se ha escrito y hablado recientemente mucho sobre el tema de la Ley de la Atracción, donde se informaba que aplicando el primero de los pasos aquí y ahora descritos, es decir, que, con tan solo pedir o solicitar lo que se requería manifestar, se podían alcanzar las metas buscadas, eso sí, procurando evitar en este proceso albergar bloqueos y dudas con respecto al éxito del desenlace final, o lo que es lo mismo, permitiendo que todo vaya sucediendo en total confianza de que se atraerá la finalidad que un principio se buscaba.
Lo que sí parece bastante obvio es que ante realidades extremadamente difíciles que pueden superarnos y sobrepasarnos puede resultar prácticamente imposible no verse inmerso en estados emocionales completamente alterados o bloqueados, en los que las dudas, en general, puedan aparecer. En estos casos, ¿cómo manejamos nuestras vidas y podemos obtener equilibrio y sanación en nosotros y en nuestro entorno?
Los Mensajes Canalizados, entrantes en esta dimensión, transfiriendo información desde dimensiones más evolucionadas y elevadas, nos explican que el amor incondicional y la aceptación total son la verdadera clave para alcanzar este estado del ser y de existencia. Expliquemos este tema particularmente.
Bien, pues una vez que hemos especificado y detallado lo que pretendemos y deseamos que se dé y se manifieste en nuestra realidad, podemos estar viviendo, por ejemplo, alguna de las coyunturas que venimos comentando, una situación bloqueada y estancada que ha tomado relieve y magnitud en nuestra realidad, que nos supera y cuya solución está, de momento, claramente fuera de nuestro alcance, condiciones de partida que nos pueden resultar conocidas. Ya acometimos todas las medidas que podíamos emprender y se agotaron los recursos que estaban en nuestra mano, todo esto, sin duda, asociado con toda probabilidad a un estado emocional inevitable de temor, dolor, resistencia, ansiedad o bloqueo por la realidad que se está viviendo. La situación simplemente nos ha podido sobrepasar.
Llegado a este punto, los mensajes nos sugieren que vayamos siempre a nuestro interior; que nos aquietemos; que dejemos de tomar más acción en esos escenarios que solo nos enredan cada vez más en la rueda de la vida terrestre, llamada también la rueda del karma, donde se acaban creando cuentas pendientes y circunstancias inconclusas con otras personas y situaciones; que soltando las tensiones y abandonándonos a esta energía del amor, y sintiendo y percibiendo estos desajustes internos, escuchándolos y permitiendo que salgan a nuestra superficie consciente para ser tan solo percibidos, para que se expresen interiormente como partes nuestras que son, es como únicamente pueden ser encarados con éxito para, así, poderlos transmutar en formas de energía más lumínicas y elevadas.
Es así, percibiendo y sintiendo nuestro dolor interior, resistencias y bloqueos como partes nuestras, como empezamos a tratarlos con amor y aceptación. Percibiendo cómo se manifiestan y no censurándolos, no rechazándolos, no evitándolos y no suprimiéndolos interiormente es como comenzamos a proporcionarles el amor y la aceptación que nos reclaman, trascendiéndolos, transmutándolos e integrándolos en armonía al conjunto de nuestro ser, junto con el resto de sus partes, produciéndose inimaginables avances evolutivos a escala multidimensional, ya que como es arriba es abajo, y todo ello sin tener que tomar ninguna otra actitud, estrategia o medida preestablecida, y, de este modo, las soluciones vendrán de forma más fácil y directa a nosotros, y todo se acaba alineando.
La actitud de intentar suprimir el dolor emocional obedece al prejuicio o pensamiento sobre la sensación no agradable que este proporciona y este pensamiento de miedo es el que se traduce simultáneamente en una respuesta de huida y salida, sin caer en la apreciación de que el dolor no es en sí mismo ningún enemigo, sino más bien una especie de alarma que avisa que hay algún aspecto interior que está fuera de equilibrio y que está asomando, posiblemente por la acción o aparición de alguna realidad externa vinculada a él, mostrándose, así, dicho desajuste. El no huir de nuestras emociones, el abrirnos a ellas, permitirlas y percibirlas constituye la clave de la evolución a la que estamos llamados a experimentar.
Cualquiera podría insistir preguntándose si sólo habría que hacer esto y si no es necesario tener en cuenta alguna consideración más. Las premisas son claras y sencillas. El permitir que estas energías, en forma de pensamientos y emociones, que requieren ser compensadas y armonizadas, salgan desde el interior hacia el estado consciente y dejar que simplemente se expresen es todo lo que se necesita para su transmutación y purificación. La transmutación es un proceso que se realiza espontáneamente de forma automática en cualquier parte de la Creación, siempre que se reúnan las energías relativas al amor requeridas para ello. El hecho de contraer algún método mental, estrategia actitud o patrones preconcebidos al respecto, con la intención de darle más fuerza, concentración o rapidez, podría retrasar el proceso de transformación, ya que se trata de un cambio de naturaleza meramente energética y no mental. Lo mental activa el parloteo de la mente cerrando el chakra de la corona y bloqueando, de esta forma, el paso de la energía a través de la cabeza.
Repito. Cualquier actividad mental y de control que se pretenda sobre una situación, del tipo que se viene especificando, provoca, como he comentado, una ralentización del flujo energético que atraviesa el cuerpo con entrada, precisamente, por el chakra de la corona en la cabeza, el cual constituye un remedio vital para el alineamiento y la armonía de nuestros pensamientos y emociones.
Tampoco deseo pasar por alto una cuestión que las canalizaciones han señalado explícitamente. Las actitudes de control obedecen no a otra cosa que a hábitos de incertidumbre y miedo en pro de intentar alcanzar seguridad y garantía del todo ilusorias, según en la dimensión en la que nos encontramos, que nos hagan creer que todo está bien localizado y enfocado en nuestra vida, cuando de sobra es sabido que la verdad real es la del momento presente y toda elucubración que se salga del aquí y del ahora recae en un estado de ilusión perecedera y efímera que atiende a las órdenes de un ego enredado en su actividad y que siempre reclama su dosis de atención en forma de temor, falta de confianza, necesidad, ansias de ser o tener, etcétera. Hágase la consideración de que estas actitudes no guardan correspondencia con una energía nueva que nos plantea desde todos los prismas posibles que, con tan solo soltar resistencias y patrones, el flujo de vida se hace abundante en nosotros y en nuestra realidad.
Ante las actitudes de un ego rebelado, nos veríamos sumidos en un mundo en el que se establecería el olvido de que somos seres divinos y empoderados, como así ha sido hasta ahora, con capacidad de crear y atraer en la realidad, conscientemente, los escenarios que consideremos convenientes, como herencia de nuestro origen divino y como partes que somos del mismo Dios Creador, y que con este sentido encarnamos en la Tierra viviendo una serie de experiencias evolutivas con la finalidad de recordar y recobrar este poder y divinidad que, en verdad, ostentamos.
Por otro lado, y volviendo a lo que antes se ha comentado, estos aspectos y partes que se han mantenido o guardado en la trastienda del ser encarnado, posiblemente, han permanecido ahí no solo desde la infancia, sino también desde encarnaciones y encarnaciones pasadas. No se ha de olvidar que las emociones, situaciones, actitudes y acciones inconclusas, no resueltas o desarmonizadas que se experimentan en las distintas existencias no solo terrestres, sino también en otras dimensiones, son albergadas y mantenidas en los campos de energía de una vida a la siguiente, en sus respectivos códigos energéticos, hasta que son evolucionadas, equilibradas y compensadas en las distintas encarnaciones que constituyen el plan de evolución de los seres en la Creación.
Lo cierto y verdad es que elegimos este tiempo como propicio para poder sanar y equilibrar estos aspectos no resueltos de nuestra larga existencia, debido a que la nueva energía planetaria iba a identificar todo lo que no estuviera alineado en el amor y, por tanto, nos los iba a poner de relieve, resaltándolo, para que pudiera ser revisado y subsanado.
En algún tiempo, como ya se ha citado, el abordar los aspectos ha podido ser evitado, en mayor o menor medida, por la sensación no agradable de dolor, sentida al vivir ciertos trances no deseados, pero ya se sabe que el dolor no es más que un aviso establecido en la naturaleza humana que indica que algo interiormente no guarda las condiciones de equilibrio. Y así es como detrás del dolor y el sufrimiento se encuentran agazapados la no aceptación, las resistencias, los miedos internos y otras emociones, siempre encuadradas en un marco de desajuste emocional. Ahora bien, si se siguen obviando, rechazando o ignorando, ellos se van a rebelar cada vez con mayor ímpetu, haciendo que nuestra realidad física presente colapsos y bloqueos.
AUTOR: RAFAEL MONTAÑO CARMONA
http://2012-elcambiodelamor.
EL LIBRO DE LA AUTOMAESTRIA
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