Hace un par de días viene sucediendo. Me refiero a la intensa caída de bolas de fuego, esto es, meteoros brillantes inusuales.
Los animales fueron los primeros en notarlo. Primero las vacas comenzaron a mugir, luego los perros. Algo estaba por suceder. Y en efecto, del espacio cayó una enorme roca.
Esto sucedió el 22 de febrero de 2012.
Un testigo, Henry Strickland, refiere:
"A la 1:43 de la madrugada, hora del Este, fui testigo de una impresionante bola de fuego. Era muy grande e iluminó la mitad del cielo mientras se partía en pedazos. El evento hizo ladrar a los perros y alteró al ganado, el cual comenzó a hacer sonidos de agitación. Lamento no haber tenido una cámara; el episodio duró casi 6 segundos"
"Algunas rocas bastante grandes han estado golpeando la atmósfera de la Tierra este mes", dice Bill Cooke, quien trabaja en la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides, de la NASA.
Pero lo que tiene desconcertados a los investigadores no es la cantidad de bolas de fuego, sino su apariencia y trayectoria.
"Estas bolas de fuego son particularmente lentas y penetrantes", explica el experto en meteoros Peter Brown, quien es profesor de física en la Universidad de Ontario Occidental.
"Atraviesan la parte superior de la atmósfera moviéndose a menos de 15 kilómetros por segundo, se frenan rápidamente y llegan a menos de 50 kilómetros de la superficie de la Tierra".
Ya el 1 de febrero una bola de fuego dejó boquiabiertos a los observadores de Texas.
"Era más brillante y duraba más que cualquier otra cosa que haya visto antes", reporta el testigo ocular Daryn Morran.
"A la bola de fuego le tomó aproximadamente 8 segundos cruzar el cielo. Podía ver cómo empezaba a frenar. Luego, explotó como si fuera una artillería de fuegos artificiales, se partió en varios pedazos, brilló intermitentemente un poco más y, lentamente, se apagó".
Otro observador que se encontraba en Coppell, Texas, informó sobre un sonoro estallido doble al momento en el que "el objeto se partió en dos pedazos grandes y muchos más pequeños".
La bola de fuego tuvo un brillo que fue lo suficientemente intenso como para ser captada por cámaras de la NASA ubicadas en Nuevo México, a más de 800 kilómetros (500 millas) de distancia.
"Fue casi tan brillante como la Luna llena", dice Cooke.
Basándose en las imágenes de la NASA y en otras observaciones, Cooke estima que el objeto tenía de 1 a 2 metros de diámetro.
Pero de la Red de Bolas de Fuego de Todo el Cielo, de la NASA ("All–Sky Fireball Network", en idioma inglés), se han registrado, en fotos, media docena de estos meteoros brillantes. Y sus tamaños van desde una pelota de básquetbol hasta un autobús!
La característica es la misma: son lentas en su velocidad, y presentan una profunda penetración en la atmósfera.
Cooke analizó sus órbitas y llegó a una conclusión sorprendente:
"Aunque todas las bolas de fuego provienen del cinturón de asteroides, no tienen origen en el mismo lugar dentro del cinturón", dice. "No existe una fuente única para estas bolas de fuego, lo cual es intrigante".
Esta no es la primera vez que los observadores del cielo han avistado bolas de fuego inusuales en el mes de febrero. De hecho, "las bolas de fuego de febrero" son casi una leyenda en los círculos de aficionados a los meteoros.
"Si las vacas y los perros comienzan a hacer bullicio esta noche", sugiere Cooke, "vaya afuera y eche un vistazo".
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