Akiane es una artista autodidacta. Si le preguntas, dirá que encuentra inspiración en Dios.
Su familia es atea pero, desde los 4 años no para de decir a quien quiera escucharla que es Dios quien guía su pincel y que Él, forma parte de su vida.
No solo pinta, también escribe poesía, toca el piano y compone su propia música.
Pero es en la pintura donde realmente plasma la espiritualidad y no solo deja constancia de la suya sino que, aquel que contempla su obra, siente una apertura, le motiva para encontrarse a sí mismo.
Cuando tenía 8 años, pintó el cuadro "The Prince of Peace", la expresión que consiguió transmitir en la mirada, la convirtió en una de sus mejores obras.
Tenía la imagen en su mente y durante 2 años, buscó un modelo para pintar el rostro de Jesús. Un día llega un carpintero a su casa, Akiane lo reconoce, es igual a la imagen que ella veía en su mente y le pide que sea su modelo para poder pintar el cuadro.
A los pocos días, el hombre dice que prefiere dejarlo, que no seguirá posando para ella. Sin embargo, pasados unos días, regresa diciéndole que, en sueños, le han pedido que vuelva con ella y que continúe posando.
Mientras perdía 2 dientes de leche, terminó de pintar "The Prince of Peace".
Nunca ha ido al colegio, siempre ha estudiado en su casa, rara vez ve la televisión.
Sus padres recuerdan que desde pequeña, se despertaba a la madrugada y la escuchaban hablar con Dios (eso es lo que ella siempre decía) y a continuación, se iba a pintar.
Akiane dice: "Por las mañanas y por las noches, converso con Dios, es como si hubiese una voz en mi mente que conversa conmigo".
Akiane.com
Su familia es atea pero, desde los 4 años no para de decir a quien quiera escucharla que es Dios quien guía su pincel y que Él, forma parte de su vida.
No solo pinta, también escribe poesía, toca el piano y compone su propia música.
Pero es en la pintura donde realmente plasma la espiritualidad y no solo deja constancia de la suya sino que, aquel que contempla su obra, siente una apertura, le motiva para encontrarse a sí mismo.
Cuando tenía 8 años, pintó el cuadro "The Prince of Peace", la expresión que consiguió transmitir en la mirada, la convirtió en una de sus mejores obras.
Tenía la imagen en su mente y durante 2 años, buscó un modelo para pintar el rostro de Jesús. Un día llega un carpintero a su casa, Akiane lo reconoce, es igual a la imagen que ella veía en su mente y le pide que sea su modelo para poder pintar el cuadro.
A los pocos días, el hombre dice que prefiere dejarlo, que no seguirá posando para ella. Sin embargo, pasados unos días, regresa diciéndole que, en sueños, le han pedido que vuelva con ella y que continúe posando.
Mientras perdía 2 dientes de leche, terminó de pintar "The Prince of Peace".
Nunca ha ido al colegio, siempre ha estudiado en su casa, rara vez ve la televisión.
Sus padres recuerdan que desde pequeña, se despertaba a la madrugada y la escuchaban hablar con Dios (eso es lo que ella siempre decía) y a continuación, se iba a pintar.
Akiane dice: "Por las mañanas y por las noches, converso con Dios, es como si hubiese una voz en mi mente que conversa conmigo".
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