Mitología maya
Ixchel, la luna y la tierra
Ixchel fue venerada como la diosa de la luna, por el carácter femenino de ésta. Representó la fertilidad estrechamente ligada con la tierra, ya que son los ciclos de la luna los que rigen los tiempos de siembra y cosecha. También se le asocia con la lluvia y con el dios Chaac por este mismo concepto.IXCHEL. SU NOMBRE, SU HISTORIA.Los mayas dan mucha importancia a las fases lunares, ya que éstas rigen muchos fenómenos tanto en la Naturaleza como a nivel humano. De ahi que la diosa Ixchel se encuentre en una de las más destacadas del panteón. En textos jeroglíficos hallamos el nombre de la diosa de la Luna, escrito como Chak Chel(arco iris grande), aunque en el Chilam Balam, texto sagrado, su nombre es Ix Chel (mujer arco iris). |
Por ser tan ambivalente y representar tantos aspectos de la vida puede vérsela de varias formas, desde una hermosa mujer acompañada de un conejo, símbolo de fertilidad, hasta una anciana portando un cántaro lleno de agua, que ella vira para enviar inundaciones y tormentas de lluvia poderosas hacia la Tierra.
LA SUSTENTADORA DE VIDA.
Otro aspecto de la diosa Ixchel es una joven hilando y se presenta como sustentadora de la vida; es la señora encargada de preservar la salud de quienes la invocan, de proveerles de vestido por ser señora del tejido, de mover las aguas y permitirle a los hombres se alimentarse de las criaturas del mar. Permite la fertilidad de plantas, animales y humanos. Propicia y permite los embarazos y custodia en sus acuosas cunas a los fetos hasta llevarlos a buen término para nacer entre los vivos y continuar con ello el ciclo de la vida. Las parteras ponían imágenes de la diosa en las cuatro esquinas de la casa de la parturienta, y una más al centro donde se localiza el fogón de tres piedras, corazón de la casa y símbolo del centro del cielo. Consagraban todos los instrumentos y espacio a la diosa para que nada quedara fuera de su protección. En su aspecto negativo la diosa era propiciadora de hechicerías y enfermedades, arruinadora de cosechas y propagadora de plagas.
Otro aspecto menos conocido es el de la sustentadora del tiempo, tal vez por ello aparece abrazando un conejo, que al igual que el tiempo corre rápido sin vuelta a atrás a ver lo que deja tras de sí. Cabe recordar que el calendario de religioso de los mayas conocido como Buc Xok o Tzolkin de 260 días se sustentó en las 13 lunaciones que se presentan a lo largo del año; por ello su presencia en el cielo permitía llevar la cuenta del tiempo, del cual los mayas eran maestros perfeccionistas. Por igual este calendario sirvió de sustento para la sociedad maya ya que en combinación con sus 20 días permitía obtener el aspecto espiritual de todo miembro de la sociedad estableciendo días propicios o desfavorables en cada uno de los aspectos de su vida, permitiendo así una existencia mas llevadera. De allí que se le considere por igual la señora de la adivinación y los destinos.
En su cabeza suele asentarse una serpiente, y en la falda dibujos de huesos formando cruces, símbolos que le asocian directamente con la Tierra.
Se le festejaba en el mes zip [del 21 de agosto al 13 de septiembre]. En este tiempo en especial los médicos, pescadores y hechiceros peregrinaban a su santuario bajo su advocación de diosa de la medicina. Posee cuatro manifestaciones, en cuatro colores diferentes (roja, blanca, negra y amarilla) asociadas con los cuatro rumbos del universo. Su glifo es el correspondiente al día caban.
SU SANTUARIO
Uno de los templos más importantes se localiza en la isla Cozumel frente a las costas del Yutacán (México).
Del puerto de Pole (hoy Xcaret) partían las canoas de mujeres con sus hijas hacia el templo en Cozumel para adorarla, darle ofrendas y recibir su bendición de fertilidad. Se dice que al menos tenían que ir a visitarla dos veces en la vida. La primera, de niña con su madre, y la segunda, de adulta acompañada de su hija.
Ahí se encontraba su santuario, hasta que llegaron los conquistadores, lo profanaron y lo utilizaron como templo en honor a San Gervasio. Aún así merece la pena ir a visitarlo, sentir a la diosa en su morada, y darle una ofrenda, como una vela, una flor o un recipiente de arcilla, rendirle culto y darle gracias por todo lo que representa, ella te protegerá por siempre.
El culto a Ix Chel favoreció no solamente los aspectos religioso y comercial, sino que también fue un poderoso imán para la migración a la costa oriental de numerosos artistas y constructores, lo que propició la introducción de formas nuevas en la cerámica, la arquitectura y las pinturas murales. Hoy día su nombre resuena nuevamente ya que se ha rescatado la tradición maya de salir de la costa oriental de Quintana Roo para remar en barcas de maderas hacia Cozumel a fin de irle a visitar en su santuario Nuevamente sus extraviados hijos vuelven a ser convocados por tan amorosa y protectora madre.
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