Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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los cuatro acuerdos de la sabiduria Maya

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hada mariposas

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Secretos Parameshwary

jueves, 1 de enero de 2009

El olor que despiden las olas en el instante en que el aire es más frio que el agua.Antonio Lobo Antunes



Normalmente es en el tercer minuto a partir del crepúsculo cuando el aire de la playa es más frio que el agua. No en el segundo ni en en el cuarto: en el tercero y durante once segundos, lo que requiere discernimiento,atención y paciencia. Lo mejor es apoyarse en la muralla, con la palma en el mentón, vigilar a las gaviotas, contemplar el cambio de color en el horizonte y en eso, apenas comienza el tercer minuto, se aparta la palma del mentón para que el aire se pose en ella y ya está:se coge el aire de la playa, se mete en el bolsillo y andando, camino de casa sin dejar que se escape. Hay que utilizarlo al punto ya que al dia siguiente, a partir de las diez, el aire se habrá calentado. Se le saca con cuidado del bolsillo y se respira poco a poco. Casi siempre, entonces, los pinos se estremecen y parece que hubiera, en las mujeres de la familia, unas como ganas de llorar. No,de tristeza, claro, sino del hecho de que exista para siempre, dentro de ellas una caracola conmovida.
No he conocido a otro hombre con las manos tan impregnadas de nubes como las suyas: don José, duro campesino de Trás-os-Montes, en el jardin de mis padres,que hacía crecer una flor con dedos humildes, suaves sus huesos como la leche, despaciosos, certeros.Debería haber tenido el buen tino de morir antes que él para que me cerrase los ojos para siempre. Pero me dejé estar y el señor José está allí, en el cementerio,humilde, deteriorado, agreste formando cuero con la tierra. Su sonrisa sin dientes, su bondad, el pobre y consumido cuerpo destrozado.¿Que dirá ahora la lengua de piedra? Nació en Sào Martinho de Anta, me llamaba:- Niño
y era mucho más elegante de alma que yo,de una delizadeza(iba a escribir aristocrática) escribo aristocrática que no hje poseido nunca; estoy hecho de cardos y hay palabras que dejé secar dentro de mí o las secó la vida.Claro que sigo escribiendo, respirando, hasta me ocurre, a veces, lagrimear.Pero lo oculto. Antes me encerraba con llave en el cuarto de baño para no verme en mi congoja. Después abría la puerta y salía silbando. Hay momentos en que silbar cuesta horrores. Hacía un esfuerzo y lo lograba.
-¿Como estás?
Interrumpía el silbido:
-Estoy muy bien
y la noche alzaba, sin que nadie lo notase, un revoloteo tímido de lágrimas. Podían ser mirlos o palomas o algo así insistía:
-Son mirlos o palomas o algo así
pero eran lágrimas. Las lágrimas tambien pueden hacer nido en los arboles o en los caballetes de los tejados. Y no obstante cualquier mirada me descubría como se descubren los dedos: petalo a petalo. Tened paciencia, no habléis conmigo ahora. Dejad que los grillos comiencen a arder. Don José. Al quitarse el sombrero, le quedaba siempre la marca en la cabeza. Qué indignidad haber sido feliz, que yo sea a veces feliz. En Agosto pasado me quedé oyendo a un culantrillo contra el muro y pensando en ti.Después se mitigó. Un culantrillo seco, casi disecado, un sonido mustio, persistente. Volví a silbar un poco.
Ahora es casi de noche. No hay nadie conmigo, los sonidos comienzan,poco a poco a transformarse. Qué pena que no haya olivos en esta calle. Descubrí uno, en una esquina del Hospital Miguel Bombarda. De vez en cuando me detengo frente a él, apoyo la mano en el tronco, el olivo me llama
-Niño
distingo claramente que me llama
-Niño
no señor, claro, señor de qué, nunca he sido señor ni cuando vagamente lo era, me llama
-Niño
y no sé responderle, Don José sabría. De modo que finjo que no me entero, me demoro por allí un rato, por timidez, por delicadeza, me marcho.Ha de llegar un día en que no me marche. Tú, a quien no conozco o imagino que no conozco, ayúdame a quedarme. Ocupo poco espacio, casi no hago ruido,nunca grito, no molesto a nadie. Llévame contigo y ayúdame a quedsrme. Tengo llana la ternura aunque con nudos. Como tus uñas son máslargas que las mias, hazme el favor, desátame. Manos impregnadas de nubes, suaves sus huesos como la leche, despaciosos, certeros. Es bueno nacer en el instante en que el aire es más frio que el agua. Lo he traído en el bolsillo parsa ti. Ha de estar, en algún sitio, mi última casa y Don Jose a lo lejos
-Niño
en el tercer minuto a partir del crepúsculo, pero no en el segundo ni en el cuarto, Don Jose a lo lejos inventando una flor. Si no te importa, cuéntame una historia en la que las personas se casen al final.

Feliz 2009; espero que os guste tanto como a mi me gustó en su dia (publicado en el Pais 15-09-01)
Parameshwary

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