Una Parábola: pasaje seguro de regreso a casa

Hubo una vez, hace mucho tiempo,
antes incluso
de que el Abuelo Cielo hubiera dado lugar a las estrellas,
en que solo habia un Ser.
Una pura conciencia de amor descansando en la plenitud
de sus propias historias no contadas
y las canciones mudas no cantadas.

Entonces, un día, por razones que nadie recuerda,
si es que alguien llegó a saberlas,
el Uno se sintió inquieto.
Algunos dicen que decidió iniciar un juego cósmico
del escondite, que dividió su Luz
en diminutos destellos, cada uno con el pleno potencial del Todo.
De este modo, el Uno podía conocerse a sí mismo y crecer.

Así, cada destello fue revestido con un traje de carne
y su Luz y sabiduria quedaron ocultas
en lo más profundo de su corazón.
El desafio del juego consistía en que todas las partes del Todo
descubrieran de nuevo su forma de regresar a casa
tras haber vivido todas las hiostorias y cantado
todas las canciones
que los haría sabios y compasivos
cocreadores y compañeros del Uno.

Las almas ya formadas siguieron muchos caminos
de regreso al Hogar.
Cada camino tenía su propia historia y cada alma
respondió a esa historia con el don del libre albedrio,
bordando nuevas historias sobre el tapiz de los sueños
del Uno y Gran Soñador.
Y el Sol se levantó y se puso
Las mareas ascendieron y descendieron.
Nació carne nueva y la carne vieja regresó a la tierra.
Y el Uno vio surgir nuevas historias en el Teatro de los Muchos.
Algunas de esas historias conducían cerca del Hogar.
Fueron aquellas en las que el temor se vio conquistado por el
amor.
Algunas de esas historias condujeron a callejones sin salida.
Fueron aquellas en las que el amor se vio oculto por el temor.
Las obras de teatro fueron largas y las distracciones muchas.
Una tras otra,
la mayoría de las almas olvidó que se encontraba de viaje.
Se durmieron al escuchar las historias primigenias
que el Uno habia dejado como mapas y guias eternos
para que cada alma pudiera encontrar
el camino de regreso al Hogar.

Al creer que estaban solas y separadas
estas almas perdidas deambularon por un territorio extraño
dominadas por la ilusión de que la muerte era real
y de que el amor era tan transitorio como una sombra.
Algunas buscaron solaz en el dinero, otras en el poder.
Algunas lo encontraron en la comida, o en las drogas,
en el alcohol o en la cólera,
en la televisión o en las posesiones,
en la murmuración o el juicio
o en un Dios celoso que susurraba mentiras.
Eres especial y estás salvado,
solo hay una forma de regresar al Hogar y es ésta.

En su amor y piedad por las partes perdidas de si mismo,
el Uno hizo sonar timbres de alarma en el Universo
para despertar a sus destellos de sus sueños de temor
y guiarlos de regreso hacia los caminos del amor y el anhelo
por la reunión con el Gran Amado Cósmico.
Estas llamadas de dolor removieron a las almas
de su sueño de olvido.

Y sus gritos de ayuda fueron escuchados por
sus hermanos y hermanas a traves de todo el Universo.
Ayudantes vistos y no vistos acudieron
allí donde eran llamados por la intensa
y poderosa fuerza de atracción de la voluntad
de cualquier alma que llamara a la Fuente
con un verdadero anhelo de reunión, perdón y amor.
Y ayudaron a esas almas a liberarse
de la esclavitud, de las creencias limitadoras
y de las acciones pasadas ignorantes o no cariñosas,
para que pudieran encontrar
un pasaje seguro de regreso al Hogar.

Ellas también te proporcionarán un pasaje seguro de regreso
si lo pides con fé.
incluso del tamaño de un grano de mostaza,
y si eres paciente y estás dispuesto a escuchar
lo que te llega desde todas las direcciones del Universo,
aunque no sea
lo que tu deseas escuchar.
Hágase tu voluntad, no la mía,
esa es la comprensión
que te permitirá regresar al Hogar


del libro FUEGO EN EL ALMA de Joan Borysenko (Ediciones Obelisco)