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Giovanni Boldini
Nació en Ferrara, Italia, el 31 de diciembre de 1842.Su padre, nativo de Spoleto, era un pintor purista, alumno de Tommaso Minardi, al parecer muy buen copista, sobre todo de obras de Rafael Sanzio y de los paisajistas venecianos, de él recibió sus primeras enseñanzas de dibujo.
En su Ferrara natal acudió a partir de 1858 a los cursos de pintura que impartían Girolamo Domenichini, pintor academicista autor de los frescos, de tradición académica, del Teatro local, y de Giovanni Pagliarini, en el Palacio de los Diamantes.
Pudo estudiar a los grandes maestros ferrareses del Quattrocento: Dosso Dossi y el Parmigianino.
Su primera obra importante fue “Il cortile della casa paterna”, óleo fechado de 1855.
En 1862 ingresó en la Academia de Bellas Artes de Florencia, en la que sería alumno de Stefano Ussi y de Enrico Pollastrini.
Frecuentó el Caffè Michelangiolo, lugar de reunión de los artistas florentinos donde conoció y entabló amistad con, entre otros: Giovanni Fattori, Odoardo Borrani, Telemaco Signorini, Cristiano Banti, del cual fue huésped en sus villas de Montorsoli y de Montemurlo, y Michele Gordigiani, manifestando ya en este tiempo un interés, que no abandonará jamás, por los salones elegantes de la aristocracia y de la burguesía.
Llegó a ser huésped de la familia Falconer, para los que decoró, entre 1867 y 1870, las paredes de una dependencia de su villa en Pistoia, “La Falconiera”, villa que sería comprada en 1938 por la viuda del pintor, albergándose en ella en la actualidad alrededor de un centenar de sus obras.
En el 1866 viajó a Nápoles con Cristiano Banti, al que retrataría en varias ocasiones.
En 1867 recorrió varias ciudades en Francia con los Falconer; en Montecarlo pintó el “Generale spagnolo”, (“Una de las mejores cosas de mi juventud”, diría).
En París visitó la Exposición Universal y conoció a Edgar Degas, Alfred Sisley y Édouard Manet.
En 1870 fue a Londres invitado por William Cornwallis-West, que puso a su disposición un estudio en el centro de la ciudad, frecuentado por la alta sociedad, aunque a finales de ese año volvería a Florencia.
En 1871 se estableció de forma permanente en París, abriendo un estudio en la Avenida Frochol, y otro más tarde en la Plaza Pigalle, donde vivió con la modelo Berthe.
En 1874 expuso con un enorme éxito en el Salón de París, su óleo “Las Lavanderas”.
Ese año terminó su relación con Berthe e inició una con la condesa Gabrielle de Rasty, de quien expuso un retrato en el Salón de 1875.
Trabajó para el marchante más importante de París, Goupil, que ya tenía en su nómina a pintores de gran éxito, como Mariano Fortuny y Ernest Meissonier, además de los italianos Giuseppe Palizzi y Giuseppe De Nittis.
Pintó en este tiempo una serie de cuadros de género al gusto dieciochesco, muy de moda en la época.
En 1876 viajó a Alemania y Holanda.
En esos momentos ya era muy apreciado y su obra tenía una gran demanda por el llamado “bell mondo”.
En 1886, retrató por primera vez a Giuseppe Verdi, cuadro que le regaló siete años después en Milán, pero no satisfecho con el resultado lo retrataría nuevamente a pastel, esta obra la presentaría en la Exposición de París del 1889 y en el 1897 a la Primera Bienal de Venecia
En 1887 fue comisariado de la sección italiana de la Exposición Universal de París, exponiendo tres de sus retratos, uno de los cuales es el famoso Retrato de Emiliana Concha de Ossa, sobrina del embajador chileno ante el Vaticano.
En la década de 1890 conoció al pintor sueco Anders Zorn, que le influenciaría en el aumento el tamaño de sus telas.
En 1892 realizó un autorretrato encargado por la Galería de los Uffizi de Florencia para su colección.
En 1914, al iniciarse la Primera Guerra Mundial, se trasladó a Niza y, ya enfermo y mayor, se casó en 1929 con Emilia Cardona.
Murió en París, el 11 de enero de 1931. Sus restos descansan en el Panteón de su familia en Certosa de Ferrara.
1 comentario:
¡Que belleza! me gustó la de los ibis del palacio rosa.
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