La puerta hacia el Espíritu es el AMOR
hacia uno mismo.
Un ser vivo es un
sistema complejo, un capullo luminoso, un conglomerado de campos de
energía, un conjunto de emanaciones del Espíritu, unidos y cohesionados
por la fuerza aglutinante o AMOR durante un instante cósmico o
existencia.
Muchos confunden al UNO MISMO con el YO.
El yo es un molde que se encuentra en
contacto directo con el mundo, a través de los sentidos y el cuerpo
físico, permitiendo experimentar la propia individualidad a través de
una identidad. El uno mismo, el SER, se encuentra encerrado dentro del
yo; esto le protege parcialmente de los impactos de este mundo físico y
mortal, ya que su primera naturaleza es energética y espiritual.
El yo en su fase egoíca (que es en la
que estamos) es opaco y no permite la completa conexión e identificación
(AMOR) con el Uno Mismo.
El aspirante a la luz debe anhelar el
contacto y comunión con el ser, creer en su naturaleza energética y
trabajar de forma permanente e inflexible en la posibilidad de convertir
esa creencia en auténtico conocimiento de uno mismo.
Ni siquiera necesita tener fe en dios, sino más bien en sí mismo. Esto es el verdadero amor, la verdadera autoestima.
La persona debe decidir aceptar el reto y
entonces ir deshaciéndose gradualmente de sus oscuridades,
autoindulgencias y despropósitos.
Necesita adoptar una actitud incansable
hacia el aprendizaje y luchar impecablemente para desvitalizar los
cuatro pilares del ego que se manifiestan como sentimiento de
superioridad, sentimiento de inferioridad, sentimiento de ofensa y
sentimiento de importancia personal.
El yo sostiene a la persona social, así
que si queremos sublimarlo, hay que sublimar primero a la persona
social. La persona es sublimada mediante el cultivo de las virtudes
esenciales (motivación, prudencia, paciencia, persistencia, amabilidad y
templanza) y mediante del desarrollo continuado de habilidades
emocionales, psicocorporales, sociales, intelectuales, creativas y
económicas, ya que éstas forman parte inmanente del proceso de
aprendizaje correspondiente a la fase egoica, en las que el ser inmortal
experimenta las limitaciones de una vida física humana.
Mientras tanto el Ser debe ser cuidado a través de la práctica de técnicas energéticas de sanación, meditación y recapitulación.
Según se va sublimando, el yo es cada vez más transparente.
En un momento dado, la luz interior del
UNO permea, y empieza a tocar a la persona y al mundo a su alrededor.
Esto no es una metáfora.
El objetivo es que el yo egoico alcance un estado auténticamente cristalino.
Es entonces cuando el aspirante ya no necesita creer, puesto que ya VE constantemente a su amado.
Se genera con ello un nuevo impulso que
le ayudará a persistir en la siguiente fase, que es volverse UNO con ÉL,
rompiendo el cristal del yo en mil pedazos, permitiendo al UNO mismo
vivir en este mundo al haber asumido la forma sublimada del ser social,
habiendo heredado además todas las competencias cosechadas anteriormente
por el yo egoico.
Esto es lo que muchas escuelas han llamado
la muerte del ego o realización.
En el chamanismo de Castaneda se describe como
"perder la forma humana".
La conciencia es una de las energías más
fascinantes que existen en el universo, quizás su única razón de ser.
Es esa luz que ilumina nuestra percepción y hace posible que la vida sea
experimentada.
¿Y qué es la vida? Como escuché a alguien alguna vez, la vida es una cosa detrás de otra; es una sucesión de eventos, de fotogramas iluminados por el resplandor de la conciencia, recogidos por la percepción y fijados por la atención.
Quizás, ya que la vida es conciencia-percepción-atención,
ésta sea la razón de la eterna búsqueda humana, de la sensación de
estar incompleto, de esa sed que en ocasiones abrasa, de esa sensación
de estar en un viaje sin fin.
Porque
acaso, si la conciencia es lo que la vida protege y anhela, ¿no es
razonable buscar y querer aumentar aquello que sería el verdadero
alimento, la verdadera curación? La CONCIENCIA sería el ELIXIR DE LA
VIDA que resucitaría lo muerto en nosotros.
(LA VIDA ES
TOMAR CONCIENCIA DE LO QUE UNO ES, Y SER QUIÉN UNO ES, LO QUE ES...LA
VIDA ES UNA RECONCILIACIÓN CON NUESTRO AMOR VERDADERO)
Un ser vivo
es un sistema complejo, un capullo luminoso, un conglomerado de campos
de energía, un conjunto de emanaciones del Espíritu, unidos y
cohesionados por la fuerza aglutinante o AMOR durante un instante
cósmico o existencia.
En la superficie de la burbuja de
energía que somos se encuentra un órgano, un área de máxima luminosidad
donde se concentra la conciencia, el PUNTO DE ENCAJE, el lugar donde la
energía abstracta del universo es convertida en PERCEPCIÓN ordenada,
interpretada, encajada y transformada en EXPERIENCIA y pensamiento.
Un ser se organiza a
través de diferentes simetrías acopladas que a su vez conservan
distintos tipos de energías que tendrían como último objetivo servir a
la CONCIENCIA, cuidarla, mantenerla y expandirla, si es posible, a la
TOTALIDAD del cuerpo energético.
Los sentidos y las emociones son diferentes grados de conciencia, funciones de ella.
La conciencia es literalmente un
resplandor, un brillo que los perceptores de la energía sutil pueden
percibir como parte esencial y característica en el capullo luminoso de
los seres vivos, una energía singular, la razón de ser y sostén de toda
la creación, cuyos productos más refinados son la ATENCIÓN y el
PENSAMIENTO.
La conciencia es la que
dibuja un trazo de luz finito, el camino caminado y elegido por cada
ser, en el casi infinito fractal del MAPA DEL DESTINO.
El PENSAMIENTO es una
destilación de la conciencia abstracta convertida en puro INTENTO
concreto que emerge del MUNDO INTERNO y a su vez lo sostiene y modifica.
Estamos formados por
tres grandes estructuras, cuerpo físico, mente-psique y cuerpo
energético. Al conjunto de estos tres sistemas le podemos llamar lo que
constituye la MATRIZ INDIVIDUAL.
El término psique proviene del antiguo
griego y significa ALMA, aquello que está unido al cuerpo durante toda
su vida y se desprende en el momento de la muerte. Más tarde su
utilización derivó hacia su uso menos espiritual y fue asignado al
conjunto de fenómenos que en general tienen que ver con la mente humana.
En la Emoenergética, la mente-psique es
una superfunción que tiene su base estructural en el órgano sutil
llamado PUNTO DE ENCAJE. Una de las partes más importantes del PUNTO DE
ENCAJE es el NÚCLEO EMOCIONAL siendo éste un sistema que se construye a
partir de 6 grandes energías emocionales nucleares o EMOENERGÍAS
(Alegría, Miedo, Tristeza, Fuerza Motriz, Amor y Recreación).
Estas están dotadas cada una de ellas de
su propia estructura, así como de funciones precisas que emergen desde
los seis niveles de organización presentes en las propias FUERZAS DE LA
NATURALEZA: Expansión, entropía, fragmentación, contracción, cohesión y
simetría.
Cada una de las seis emociones nucleares
a su vez está conectada y retroalimentada con cada uno de los 6
sentidos (incluyendo el lenguaje) y viceversa.
Las emoenergías organizan, integran e intensifican la información sensorial.
Los sentidos tienen la función de
seleccionar y enfocar diferentes aspectos de la realidad. La
personalidad, la consciencia, el sentimiento de identidad, la memoria,
el pensamiento racional, la imaginación, y muchas otras funciones serían
producto de este núcleo emocional y del propio punto de ENCAJE que son
los que sostienen y dan forma AL MAPA DEL MUNDO INDIVIDUAL participando
además como parte del MAPA DEL MUNDO COLECTIVO.
Como toda estructura-sistema, la
existencia del mundo emocional (y el cumplimiento de sus objetivos
naturales) se ve condicionada a través de como pierde y gana energía en
su relación con el medio y consigo mismo.
Revisemos aquí algún concepto esencial:
1. EL GENOMA
es la estructura fisica que contiene en forma de MEMORIAS Y PROGRAMAS,
al que es llamado, en el contexto de la emoenergética, SISTEMA PRIMARIO
DE IMÁGENES.
Es el molde que genera un organismo
físico que a su vez es el contenedor de características sensoriales y
cognitivas únicas para cada especie. Las formas vivas orgánicas crearon
el "código genético" para almacenar y transmitir la información y el
aprendizaje acumulados. Tiene la capacidad a su vez de generar la forma y
sus funcionamientos inmanentes, tanto los desarrollados como los
potenciales. Es el precursor del
CUERPO FÍSICO y a la vez lo necesita para existir, desarrollarse y
reproducirse. El cuerpo físico es la forma-estructura orgánica, es el
soporte de todo lo demás mientras que se está vivo.
La función
principal del genoma es la generación del organismo y sus formas, el
contenedor de las funciones alcanzadas a lo largo de la evolución de la
especie (aprendizaje ancestral biológico), transfiriéndolo, y a ser
posible mejorándolo, a través de la reproducción.
Para el genoma, lo primero es la especie y lo segundo el individuo
2. En el ser
humano, la PSIQUE es el conjunto de MEMORIAS y PROGRAMAS que sostienen
al llamado en la Emoenergética SISTEMA SECUNDARIO DE IMÁGENES (SISTEMAS
DE CREENCIAS e IDENTIDAD).
Se desarrolla mediante la combinación de
los datos de los cinco sentidos y del sexto, el lenguaje, junto con el
modelado, integración e intensificación aportados por las emociones, los
juicios de valor y por el sentimiento de identidad. Así el sistema
secundario de imágenes se convierte en LA EXPLICACIÓN DEL MUNDO.
La función principal de la mente-psique es el mantenimiento y desarrollo del individuo y su conciencia a lo largo de su vida.
Para la psique, lo primero es el individuo y lo segundo es la especie.
La psique es una superfunción emanada del NÚCLEO EMOCIONAL y del PUNTO DE ENCAJE.
En la etapa fetal e infancia se
encuentra en fase inmadura. Necesita desarrollarse mediante la
incorporación de ARQUETIPOS socioculturales de la época y del lugar en
el que el individuo realiza el aprendizaje del lenguaje. También a
través de los sistemas de creencias y de identificación provenientes de
los padres y otras figuras, sobre todo adultas, presentes desde la
infancia hasta la post-adolescencia.
Actualmente, además de los procesos de
identificación con figuras cercanas, se produce un fenómeno de imitación
de identidades vehiculizado por los ídolos o figuras mediáticas, con
los que se tiene un pseudocontacto virtual a través de los medios de
comunicación de masas, la música, la literatura, el cine, los
videojuegos, el deporte y la publicidad.
La psique también se nutre de todo tipo
de aprendizajes intelectuales, sociales, creativos y emocionales para
formar así el todo singular que es la persona.
El
desarrollo de la psique se ve condicionado por una de sus funciones más
fascinantes y a la vez misteriosas: la TOMA DE DECISIONES.
La psique
es una función volitiva, es decir, su naturaleza más íntima es la de
ELEGIR, y lo hace influida por todos sus aprendizajes y experiencias
anteriores aunque no completamente condicionada por ellos. Al margen de
maniobra disponible gracias al cual la mente puede tomar decisiones
diferentes a las inerciales, invirtiendo una cierta cantidad de energía
extra para ello, se le llama GRADO DE LIBERTAD.
3. Los seis
sentidos (en el modelo de la Emoenergética, el lenguaje es el sexto
sentido humano) son vías que extraen y destilan del MUNDO EXTERNO la
información llamada sensorial.
Ésta es inmediatamente combinada,
reinterpretada e integrada junto con los procesos emocionales y
mentales. Una pequeña parte de esta información se hace consciente y
casi la totalidad se asimila de forma inconsciente o subliminal. El
resultado es entonces volcado en sustratos para que sea manejable y
coherente tanto a nivel psicoemocional como corporal-biológico, pasando a
formar parte del MUNDO INTERNO que como consecuencia emitirá diferentes
respuestas hacia el exterior y hacia el interior.
Todo este proceso es mediado por PROGRAMAS que transforman la información externa y la convierten en EXPERIENCIA individual.
La información se nos presenta
interpretada en diferentes formatos y moldes como sensaciones,
representaciones sensoriales, emociones, dolor, placer, pensamientos,
sentimientos, reacciones, conducta, competencias, necesidades,
motivaciones, sentimiento de identidad...
Los órganos de los sentidos y la
conciencia están preconfigurados por el CÓDIGO GENÉTICO, organizados por
el NÚCLEO EMOCIONAL y enriquecidos o empobrecidos por la PSIQUE. La
MENTE-PSIQUE es el mundo interno, el OBSERVADOR, de manera que todo lo
demás es el mundo externo.
De forma asombrosa la psique tiene la
capacidad de observarse a sí misma. El mundo interno está hecho de
pensamientos, creaciones imaginativas y ensueños en los que los sentidos
pueden enfocarse de la misma manera en la que lo hacen en el mundo
externo. La información del universo llega a la matriz individual e
inmediatamente es destilada por el punto de encaje, que es la mente, el
mundo interno. En el momento que la información es asimilada en el mundo
interno se produce una respuesta en forma de un nuevo flujo de
energía-información procesado que es emitido y dividido en tres
corrientes que son dirigidas hacia tres lugares diferentes. Una de ellas
es volcada en el mundo externo en forma de algún tipo de intervención o
reacción. Otra corriente se vuelca en la propia matriz individual. El
tercer flujo es sacado del mundo interno para inmediatamente ser
reintegrado de nuevo en él, en la propia mente. Esta maniobra tiene como
resultado que, de nuevo, esa información sea procesada por la
psique como si fueran nuevos datos externos. Como se puede apreciar,
esto configura un mecanismo retroalimentativo sin fin (al menos mientras
que se está vivo) en el que continuamente los datos o NUTRICIONES que
llegan a la matriz individual provocan procesos recurrentes de
asimilación y respuestas hacia el exterior y hacia el interior. Se puede
adivinar así mismo que, una parte de la información que proviene del
mundo externo, en realidad tiene su origen en el mundo interno. De ahí
la importancia que los procesos de pensamiento y creencias tienen, e
incluso cómo pueden interferir en mecanismos físicos (por ejemplo los
provocados por el efecto placebo, o en sentido negativo a través de las
psicosomatizaciones patológicas).
Lo OBSERVADO es un
estado mezcla del mundo externo más el mundo interno. Lo observado es
influido por el observador y el observador por lo observado. La
existencia individual es un estado mezcla del observador más lo
observado.
4.
Como es arriba, es abajo. Así que lo que es válido para un ser vivo,
sirve para cualquier estructura organizada, entidad u objeto: una
célula, una planta, animal, un sistema social, económico, político, un
ecosistema, un planeta, etcétera. Solo cambian las formas y las
funciones pero el esquema subyacente es similar.
Todo está conectado con
el entorno, y así con todo lo demás. Las estructuras no pueden hacer
otra cosa que recibir, transformar y emitir energía-información al
entorno.
En los seres vivos, estos procesos son los más complejos, variados y dinámicos de todos los que ocurren en la naturaleza.
5.
Todos los sistemas necesitan nutrirse, incorporando diferentes tipos de
energías. Como entidades vivas orgánicas se obtiene esta nutrición
primaria a través de la respiración y la alimentación.
Pero como seres humanos con psique, necesitamos de una nutrición-retroalimentación secundaria de tipo afectivo-mental-emocional.
6. En
el proceso de existencia-relación-percepción de un sistema con su
entorno, solo caben dos opciones: o se pierde energía-función-estructura
(ENTROPÍA) o se gana energía-función-estructura (SIMETRÍA). De manera que la psique colabora activamente en este proceso junto con el cuerpo y el campo energético o segundo cuerpo.
Existe una relación de interdependencia entre el cuerpo físico, la psique y el cuerpo energético.
Y ahora volvamos a las emociones.
Profundizando antes en el concepto de NÚCLEO EMOCIONAL. Hagamos la
abstracción de que este órgano fuera un ente independiente.
Como cualquier sistema tendría
forma-estructura y función-contenidos-información. Estaría
constantemente en relación con el entorno, absorbiendo, transformando y
emitiendo energía-información, perdiendo o ganando energía funcional,
dependiendo de la eficacia con la que realice su propósito existencial.
Esta estructura es la mediadora entre
los procesos internos y externos dentro del ámbito psicológico y
cognitivo, que es el que tiene como objetivo prioritario el desarrollo
del individuo y su conciencia durante la propia vida.
Viene inmaduro, preconfigurado con una
serie de inercias y características, primeramente las de la especie,
aunque también con otras más particulares a nivel individual que
necesitan ser desarrolladas a través de su contacto con el mundo externo
y por la retroalimentación emanada del propio mundo interno.
El NÚCLEO EMOCIONAL es un órgano sutil
formado por 6 grandes subsistemas o emoenergías. Forma parte del que ha
sido llamado en el chamanismo centroamericano como PUNTO DE ENCAJE.
Éste es el lugar del capullo luminoso
donde las bandas impersonales del universo son seleccionadas,
recompactadas, interpretadas y encajadas según un patrón determinado por
la ESPECIE a la que se pertenece, para ser finalmente convertidas en
PERCEPCIÓN INDIVIDUAL.
Cada emoenergía está conectada e
integrada con los 6 sentidos y viceversa, para de esta forma construir
un MUNDO en el que se pueda tener una experiencia de continuidad, de
IDENTIDAD, de ser y de existir (VIDA).
Las emoenergías tienen la función de organizar, integrar e intensificar los datos sensoriales.
El mundo es tan solo una compleja
realidad virtual generada por el NÚCLEO EMOCIONAL y el PUNTO DE ENCAJE
dentro del cuerpo energético, siendo inmediatamente transferida al
CEREBRO para que la interprete e integre a nivel corporal y físico.
Casi con toda seguridad existe una
realidad ahí fuera, pero nuestra percepción es el resultado de la
interpretación conjunta realizada por los sistemas especializados en el
CUERPO FÍSICO, la PSIQUE y el CUERPO ENERGÉTICO.
En el punto de encaje, que es de donde
emana la psique, unos pocos datos acaban en un área especial a la que
llamamos CONSCIENTE.
Cuando los datos son volcados ahí, la
ATENCIÓN es capaz de enfocarse en ellos y “nos damos cuenta”. Pero la
mayor parte de los datos se procesan y vuelcan en otra área a la que
llamamos INCONSCIENTE, “en dónde no nos damos cuenta”.
Toda la estructura psíquica funciona en
conjunto, sin hacer separación realmente entre los procesos conscientes o
inconscientes. Por eso, a veces nos sorprenden o se hacen difíciles de
controlar nuestras propias reacciones emocionales y sentimientos.
Es importante tener presente que además,
nuestro proceso cognitivo se divide en el MUNDO EXTERNO (existente
independientemente de la presencia de la psique individual) y en el
MUNDO INTERNO (existente porque es imaginado o pensado por la psique
individual).
A su vez cada uno de los dos mundos son
integrados por el individuo a través de una dimensión SENSORIAL y otra
EMOCIONAL, siendo estos dos aspectos finalmente distribuidos en procesos
CONSCIENTES e INCONSCIENTES.
La parte
consciente es increíblemente pequeña en comparación con la inconsciente.
Es obvio que para disminuir la inconsciencia hay que aumentar la
consciencia.
La
fracción de la psique formada por la unión de la consciencia más la
personalidad es lo que solemos llamar YO. El Yo es la punta de lanza a
través de la cual nos relacionamos con los otros y con nosotros mismos.
El problema es que el YO no es nada más que esa punta de lanza, una
pequeña parte de lo que somos, aunque tiene la capacidad de crear la
sensación-ilusión de ser casi lo único que existe, ya que es el
depositario del sentimiento de IDENTIDAD.
De ahí surgen una gran cantidad de
nuestros conflictos y problemas, puesto que los procesos de
identificación son en gran parte subjetivos y en ocasiones
incongruentes, desequilibrados o poco eficientes.
La relación con el núcleo emocional de
la madre en la etapa fetal, el evento del nacimiento y las experiencias
vitales, especialmente hasta los 7 años de edad, influyen de manera
importante en la organización particular del núcleo emocional propio,
que se muestra hacia el mundo a través de la PERSONALIDAD.
Pero ésta tiene un NÚCLEO INNATO,
resultado de la combinación de la información genética heredada más la
contenida en el ALMA ANCESTRAL que se fusiona con el huevo fecundado en
el momento de la concepción.
La personalidad irá incorporando
desarrollos o involuciones, dependiendo de las experiencias vividas, de
cómo sean asimiladas y de las decisiones tomadas, mostrándose hacia
fuera y a la vez retroalimentándose a través de la CONDUCTA y de las
COMPETENCIAS.
En el modelo de la Emoenergética, ha
sido necesario redefinir las emociones para salvar las limitaciones
presentes en nuestra cultura.
Se las llama EMOENERGÍAS, unas unidades
formadas por ESTRUCTURAS, FUNCIONES y RECURSOS ENERGÉTICOS propios, que
se organizan y relacionan a través de unas leyes que se describirán más
adelante, para así formar el NÚCLEO EMOCIONAL, que es la maquinaria
bioenergética a través de la cual el ente biológico se convierte en el
YO que ES y EXISTE.
La descripción precisa de los procesos
de interacción entre las 6 emociones nucleares y sus ciclos de cambio de
fase y control aportan una visión novedosa
y revolucionaria. A partir de ahora es posible entender la psique, el
pensamiento y las emociones, ya no como algo nebuloso, sino de una forma
casi matemática y clara.
Desde el paradigma de la Emoenergética
se encontrará una cierta dificultad inicial hasta acostumbrarse a los
nuevos conceptos, debido a las grandes diferencias existentes entre lo
presentado en esta obra y el consenso colectivo.
Como ya se ha dicho, hay 6 grandes
bandas de energía emocional nucleares. Es muy importante entender que
éstas son el reflejo, y a la vez las intérpretes, de aspectos
organizativos presentes en toda la naturaleza y el Universo,
observándose fácilmente en ellas la aparición de relaciones duales
complementarias.
Es por ello
que el núcleo emocional puede EVOLUCIONAR a través del equilibrio
dinámico de sus partes por medio de un fenómeno llamado
COMPLEMENTARIEDAD SIN DOMINANCIA.
La ALEGRÍA es la emoenergía que percibe y genera la EXPANSIÓN, la CONTINUIDAD, la FLUIDEZ y el DINAMISMO.
El MIEDO es la emoenergía que percibe y genera la DISCONTINUIDAD, el DESEQUILIBRIO y el aspecto ENTRÓPICO.
La TRISTEZA es la emoenergía que percibe y genera la SEPARACIÓN, el VACÍO y la FRAGMENTACIÓN, la DIVISIÓN del todo en partes.
La FUERZA MOTRIZ es la emoenergía que percibe y genera la CONTRACCIÓN, el ESFUERZO, el IMPULSO y la REACCIÓN.
El AMOR es la emoenergía que percibe y genera la CONECTIVIDAD y la UNIDAD.
La RECREACIÓN es la emoenergía que percibe y genera la ORGANIZACIÓN, la BELLEZA y la SIMETRÍA.
Así que, básicamente el núcleo
emocional, cuenta con una forma-estructura y con 6 subestructuras que
disponen de energías-funciones que la nutren y configuran,
relacionándose entre ellas a través de 15 canales reguladores que
también forman parte del propio núcleo emocional y cuyas funciones serán
ampliamente explicadas en un segundo volumen.
Por alguna razón, en el ser humano lo
habitual es que algunas de estas energías se encuentren bloqueadas,
algunas en exceso, otras en carencia y otras con inversiones de
polaridad (funciones invertidas).
Esto quiere decir que en ocasiones
provocarán respuestas insuficientes, exageradas, contrarias a lo que
deberían ser, fuera de lugar, intensidad o fuera de momento. Estas
deformaciones o pérdidas en la simetría del NÚCLEO EMOCIONAL son
heredadas en parte.
También son fuertemente influidas
durante la etapa fetal, ya que el feto tiene necesariamente que
responder al entorno uterino (su mundo externo), que es la madre y al
contacto con el núcleo emocional materno, que casi con toda seguridad no
habrá alcanzado la simetría emocional ideal.
Esto es debido al hecho de que la madre
también fue una vez feto. Ella necesitó adaptarse igualmente al mundo
emocional y mental de su propia madre; y así hasta el principio de los
tiempos. Creo que el mito del pecado original hace referencia a este
fenómeno. Nacemos con mancha; nuestro ideal estado de simetría
emocional, que se vislumbra por un momento en la concepción, empieza a
difuminarse por el mero hecho de vivir en un entorno a veces hostil, a
veces sobreprotector. Así es la vida, no creo que sea bueno ni malo,
solo forma parte del juego. Y de ahí emerge la personalidad egoica, de
la pérdida de la simetría potencial original (el paraíso, la comunión
con el Espíritu).
Cuando la personalidad se une a la luz
de la conciencia crea el YO EGOICO (la separación del Espíritu). El Yo a
su vez es sostenido mediante el DIÁLOGO INTERNO, las palabras, el
sistema secundario de imágenes, compuesto de creencias y de sentimiento
de identidad.
Este YO y su personalidad
determinan, enriquecen o limitan las posibilidades de relación con la
realidad así como la recuperación del vínculo con el Espíritu.
Como sistema que es, lo único que puede hacer el núcleo emocional es ganar o perder energía en su contacto con el entorno.
Su alimento son las EXPERIENCIAS y la TOMA DE DECISIONES.
Si a lo largo de la vida, las
experiencias procesadas y absorbidas por el núcleo emocional han ayudado
a que la persona se desarrolle (aumentando su energía y simetría) y las
decisiones tomadas han sido acertadas, su equilibrio psíquico y mental
serán elevados.
Se manifestará una riqueza de matices
particular y creciente, una buena capacidad de razonamiento, así como
una mejor adaptación al medio y al entorno social, y una ausencia de
excesos o carencias significativos.
Si existen multitud de experiencias no
asimiladas adecuadamente por la psique (pérdidas de energía y aumento de
la entropía-desorganización mental y emocional), el individuo
seguramente tendrá una tendencia a tomar malas decisiones. Vivirá una
sensación de desazón creciente, pobreza de carácter y conflictos
frecuentes, al menos en su mundo interno.
También se darán un buen número de
excesos y carencias así como una necesidad de malignizarse a sí mismo y a
los demás. Sus relaciones sociales estarán basadas en la dependencia,
el soborno o en el chantaje y en el sostenimiento de su desfavorable
situación, o bien la proyectará hacia el entorno, en un perverso
mecanismo defensivo en el que se llevará por delante a los que no puedan
o no quieran defenderse.
Retroalimentará negativamente su psique a
través de la exposición recurrente a malas o distorsionadas
experiencias que dificultarán cada vez más alcanzar un mejor nivel de
equilibrio emocional y mental.
Para el equilibrio y desarrollo
simétrico del núcleo emocional y de sus subproductos, la personalidad,
la conducta y el YO, sería importante al menos:
* Vivenciar un buen número de
experiencias a lo largo de la vida que enriquezcan la estructura del
núcleo emocional y promuevan su equilibrio y desarrollo, sin importar la
edad que se tenga.
* Hacer un esfuerzo en sublimar
el mecanismo de selección de objetivos y de toma de decisiones.
Renunciar a las opciones y conductas que por experiencia ya se sabe que
son negativas.
* Afrontar los problemas como
retos que conducen a un mayor grado de conciencia. Cultivar el
sentimiento de que la vida es un flujo de percepciones, reacciones y
movimientos. Se hace necesario aprender a danzar con la vida y sus
circunstancias con elegancia, aunque conseguirlo lleve tiempo.
* Hacer uso de procedimientos y
estrategias que sirvan para desbloquear el sistema (como la
recapitulación y la sanación a través de técnicas que accedan al cuerpo
sutil, como la Resonancia Bioenergética) con respecto a experiencias y
aprendizajes mal asimilados o tóxicos-entrópicos, permitiendo la
recuperación, reparación e integración de los “pedazos de uno mismo”
perdidos y el reenfoque de las motivaciones existenciales.
Gracias al exquisito paseo por el mar de la conciencia de Chema Sanz en http://elvuelodelaoruga.blogspot.com.es/ y por su contribución al Mundo...y su Evolución, a través de la experiencia del vivirse. Ahó.
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