Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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los cuatro acuerdos de la sabiduria Maya

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Secretos Parameshwary

jueves, 24 de abril de 2014

Ninguna cosa existe antes de ser nombrada

La senda de Baraka

Sincro-1: Pared Habitación C.Y.





Sincro 2 - Templo de Debod




Sincro 3 - Journey of Souls, Isis and the Boat of Amun-Ra (11/11)
Tears of Isis & Anthem to the Rising Moon







Hay una deidad primigenia, llamada NUN, de carácter tan intelectual y abstracto que carece de representación y de templos. Simboliza al mítico ‘‘océano primordial’’, al caos líquido originario, al elemento húmedo en el que flotaban los gérmenes inertes de todos los futuros seres.


En NUN estaba UN ‘‘espíritu indefinido’’, llamado ATUM, que llevaba en sí mismo la suma de todas las existencias futuras. Y que ‘‘no encontrando un lugar en donde posarse, deseó fundar en su corazón (espíritu) (2) todo cuanto existe’’.


Por su voluntad salió del Nun, se remontó sobre las aguas, existió el Sol, ‘‘se hizo la luz’’. Y el que se llamaba Atum una vez diferenciado del Agua Primordial, tomó el nombre de RA.




A continuación RA crea la ‘‘Gran Enéada’’, considerada como ‘‘los miembros o partes de su propio cuerpo’’.


En una inscripción sagrada, el propio ATUM-RA, dice:




‘‘(…) he creado todas las formas con lo que ha salido de mi boca, cuando aún no había cielo ni tierra’’.


La doctrina heliopolitana expresa claramente que


‘‘Ninguna cosa existe antes de ser nombrada’’.




Por lo que Atum adquiere el carácter de Verbo Creador que, no sólo hace surgir la creación de la nada o, mejor dicho, de su propio pensamiento, sino que mantiene a través del tiempo todo cuanto existe.




El Verbo de Atum es la deidad o demiurgo creador THOT.


Es decir, el que los helenos llamarían siglos después Hermes Trismegisto, del que procede precisamente la Sabiduría Hermética.









LA INICIACION ISIACA



Con el transcurso de los tiempos, los ‘‘misterios osirianos’’ van evolucionando y degenerando, terminando por desaparecer prácticamente.


Y vienen a ocupar su lugar, dentro de los llamados ‘‘cultos iniciáticos’’, los ‘‘misterios de Isis’’.


Uno de los principales centros religiosos de este culto a Isis, lo constituyó el templo que la esposa-hermana de Osiris poseía en Denderah. En él se llevaba a cabo la llamada ‘‘iniciación mayor isíaca’’, precisamente en la cripta número SIETE, situada en un largo corredor terminado en TRES peldaños. A su derecha, CINCO gradas daban paso a un patio interior en el que estaba situada la ‘‘Capilla del Año Nuevo’’, a la que se accedía por una escalera de SIETE peldaños (6).




En aquella capilla aparecía representado en el techo el parto diario del SOL-RA por la diosa Nut, (el Cielo).


La mitología egipcia es asombrosa, si la vemos desde el punto de vista que nos ilustra el camino interior.


Geb (También Keb), es el Dios de la Tierra, príncipe de los Dioses. Dios creador, principio de la vida. Indudablemente es el principio eterno masculino divinal. Hereda de su Padre Shu (Dios del Aire) la regencia de la Tierra y a su vez ésta se la entrega a Osiris su hijo.


Nut (Nuit) es la diosa del cielo, su risa es el trueno y sus lágrimas la lluvia.


Es madre de todo cuerpo celeste, quienes entran por su boca y salen por su útero día a día. Sus brazos y piernas se encuentran en los 4 puntos cardinales.


El mismísimo Sol viaja por su cuerpo en la noche y cada mañana lo da a luz y la sangre del parto tiñe de rojo el amanecer.







Por todo esto dicho, sin duda alguna es la representación del Eterno principio femenino Divinal.


Una de las imágenes más interesantes donde se representa la Diosa Nut y Geb, es donde ella se encuentra formando la bóveda celeste con su cuerpo arqueado y desnudo, lleno de estrellas, abajo Geb simbolizando la Tierra y Shu (el Dios del Aire) separándolos.












En este grabado vemos los principios de la alquimia, Geb si bien es el Dios de la tierra, simboliza el principio masculino divinal, el fuego. Nut es la diosa celeste el agua y Shu el dios del aire, es decir, fuego más agua igual a conciencia, o bien el sagrado I.A.O. (Ignis = Fuego, Aqua = Agua. Origo = Espíritu, aire)











Representada por una pluma larga de avestruz, y su nombre en egipcio "shut" se refería a Shu, dios del aire y padre de la tierra (Geb) y el cielo (Nut). A Shu se lo representaba llevando una pluma en su cabello, a Geb, vestida de plumas como representando al aire que lo cubría.

Maat es considerada hija de Ra, a quien guiaba en su camino por el cielo.A partir de la XVIII Dinastía, se la considera esposa del Dios del Sol.


En este concepto, se considera a la pareja real (faraón y su esposa) con Ra y Maat. Esta unión garantiza el justo funcionamiento del mundo.


Maat es una de las diosas de la mitología egipcia, considerada como un símbolo de la sabiduría y la justicia y otros valores morales que ayudan a la humanidad a vivir correctamente .


La representación habitual la muestra como una mujer con una llave de la vida y el cetro en la mano y una pluma de avestruz sobre la cabeza . Esta pluma en la cabeza de Maat es un símbolo del buen juicio .




Estaba considerado como un símbolo de la verdad y la rectitud y la personificación de todo lo que es correcto, justo y perfecto.


Algunos creen que Maat es un símbolo del orden y la estabilidad en la tierra desde la creación del mundo.Ella era un miembro de la Corte del inframundo.


Ella, la hija de Ra , que vino al mundo, al mismo tiempo con su padre y salió del agua primitiva. Ra en sus últimos años fue aconsejado por Nun que besara a Maat , a fin de poder recuperar su fuerza y juventud .


Como se ve en el Libro de los Muertos , Maat y Thot eran los compañeros de Ra en la barca solar .


Ella indica que la barca solar está siguiendo un camino correcto .


En el mundo subterráneo , Maat , era el miembro de la Corte que se encuentra cerca de la balanza para asegurar la justicia .Generalmente la pluma era el símbolo de Maat, la diosa de la verdad y el orden. La pluma era su emblema. En el arte se veía a la pluma en escenas del hall de Maat. Este hall era el lugar donde los muertos eran juzgados por sus superiores para pasar el umbral de la vida a la muerte.

Durante el juicio al recién muerto el alma era pesada en una balanza. De un lado, el alma del muerto, y del otro la pluma de Maat.

Si el alma estaba libre de impurezas era más liviana que la pluma de Maat y por ende ascendía y lograba la vida eterna.

Los dioses que formaban parte del juicio y que estaban allí para ver el peso del alma del difunto llevaban consigo una pluma larga de avestruz.

En la mitología egipcia, Maat se presentaba como la hija de Ra. Más que una deidad, Maat es un símbolo de la Verdad, la Justicia Universal, el Equilibrio y la Armonía cósmica que siempre deben existir en el mundo. Estaba estrechamente ligada al faraón y en sí contiene la cosmovisión egipcia.


Para los antiguos egipcios, Maat era la fuerza benefactora que nutrían a los dioses, como por ejemplo a Ra, cuando este debía pasar por el Inframundo cada noche, vencer al Mal, y volver al día siguiente, marcando así el ciclo diario de regeneración del mundo.

El amanecer significaba el triunfo del Bien sobre el Mal y los egipcios representaban el principio de Maat encarnado en una diosa que ayudaba a Ra en su recorrido nocturno.




Durante el Imperio Antiguo era común que el propio faraón le hiciera ofrendas diarias. Como diosa nunca tuvo gran participación en los mitos egipcios, sin embargo se la representaba mucho como una mujer que llevaba sobre la cabeza una pluma de avestruz. Tras el reinado de Akhenatón también fue representada como mujer alada.

La pluma de avestruz es su símbolo metonímico y aparece en el Juicio de Osiris, la cual se pesa con el corazón del difunto para conocer su destino final.


A finales del Imperio Medio, Maat se convirtió en esposa de Ra y ya en la XVIII Dinastía la pareja real pasó a compararse con éstos, cuya unión garantizaba el Orden y la Justicia del mundo. Además, el nombre de Maat fue adoptado por personajes importantes, como la reina Hatshepsut (Maatkara Hatshepsut).




La renovación de los ciclos de la naturaleza no era automática; era el resultado de una lucha constante en que las fuerzas del orden debían derrotar a las fuerzas del mal, de la misma manera en que Horus había derrotado a Set en los tiempos mitológicos. La conservación de este equilibrio era la finalidad primordial de la religión; lo demás era secundario.


El mito de la lucha de Osiris y Set era una síntesis que incluía en sí los conceptos de creación, orden, vida y supervivencia, a la vez que éstos no eran otra cosa que representaciones de los más variados aspectos de Maat.




Como parte de la síntesis teológica egipcia, el concepto de Maat puede ser estudiado bajo tres distintos aspectos:


a) En primer lugar encontramos a Maat como símbolo del orden cósmico.


Este orden era una parte integral del cosmos, un aspecto inseparable e imprescindible del mismo, el que hacía posible la constante renovación de la vida divina; es por ello que sin Maat nada podría haber existido.


Dado que Maat se originó al momento de creación para luego ser constantemente restaurada por el faraón, se la asociaba siempre con esa "primera vez" y al rey se lo relacionaba con el demiurgo, en su lucha contra las injusticias y el mal - llamado Isfet, oponente y enemigo de Maat - en una cotidiana repetición de la contienda primaria entre caos y cosmos.


Pero existía la convicción de que el orden volvería a restablecerse en Egipto, de que Maat siempre triunfaría a pesar de las caídas y vaivenes.


Aquí advertimos una analogía con el ojo de Horus, que luego de herido y mutilado volvía siempre a recomponerse en su integridad, de la misma manera que este orden cósmico constantemente amenazado, era a su vez constantemente restaurado.


b) Otro aspecto de este concepto era su personificación en tanto diosa.


Como tal, se la representaba sentada, con las rodillas dobladas como corresponde a una divinidad, y portando una gran pluma de avestruz sobre la cabeza. Estaba estrechamente asociada a la verdad y la justicia, por eso en las representaciones del juicio del Más Allá, aparece la pluma de la diosa sobre uno de los platillos de la balanza, en contrapeso con el corazón del difunto.


En la Teología Heliopolitana, Maat se identificaba con Tefnut, quién formaba junto a Shu la primer pareja creada y por esta razón se encontraba sustentando el orden cósmico.


Sin Maat no hubiese habido creación, porque sin orden no se hubiera salido del caos. Al respecto leemos en los Textos de los Sarcófagos estas palabras de labios de Atum:




Tefnut es mi hija viviente;
Ella residirá con su hermano Shu.
Vida (Ankh) es su nombre;
Maat es su nombre.



Durante el Reino Medio se decía que la diosa se encontraba junto a la nariz de Atum, palabras que identificaban a Maat con el aire que respiraba el dios, lo cual acentuaba la convicción de que ni siquiera el creador podría vivir sin este principio.


En la Dinastía XVIII se la llamó hija de Ra, y estaba asociada a la alegría y entretenimiento del dios; también era ella la que acompañaba al dios-sol en su recorrido por el inframundo.



Maat era además el alimento de dioses y hombres, quienes vivos o muertos la necesitaban para poder subsistir.




Geb y Nut tienen 4 hijos: Osiris, Isis, Seth y Neftis.





“Se Tú, Oh Hadith, mi secreto, el misterio gnóstico de mi ser, el punto céntrico de mi conexión, mi corazón mismo, y florece en mis labios fecundos, hechos verbo. Allá arriba, en los cielos infinitos, en la altura profunda de lo desconocido, el resplandor incesante de luz es la desnuda belleza de Nuit; Ella se inclina, se curva en éxtasis deleitoso, para recibir el ósculo secreto de Hadith. La alada esfera y el azul del cielo son míos”. (Samael Aun Weor. Curso Esotérico de Cábala)




Esto señala, junto con determinados rituales referidos al ‘‘renacimiento’’ tras la muerte, que en la ‘‘iniciación mayor isíaca’’, de algún modo eran revelados trascendentales arcanos del culto solar, relacionados con los enigmas de la Vida, la Muerte, la Resurrección y la Vida Eterna.







EL SAGRADO TRIANGULO DE ISIS





Como sabemos, en el ‘‘triángulo sagrado isíaco’’, aparecen expresados los números 3, 4 y 5 (figura 3).


Este triángulo, muy utilizado por los constructores de todas las épocas, desde tiempo inmemorial hasta incluso hoy en día, es conocido vulgarmente como ‘‘triángulo de Pitágoras’’. Pero recordemos que el genial sabio fue iniciado a los misterios y a la sabiduría egipcios en el Gran Templo Solar de Heliópolis.


Ya Plutarco escribió acerca del llamado ‘‘triángulo más perfecto’’, diciendo que Osiris, Isis y Horus encarnaban respectivamente la Inteligencia, la Materia y el Cosmos. O el principio creador masculino, el elemento conceptual hembra y la progenitura.









Pues bien, si tomamos uno a uno estos tres ‘‘números sagrados’’ del triángulo de Isis, tenemos que:


–el TRES: expresa la trilogía divina, la propia tríada osiriana. Y también simboliza al Padre, al Espíritu, la Energía Viva fecundante, el Gran Macho o ‘‘elemento activo’’.


–el CUATRO: representa la Materia, el Mundo, la Tierra Madre, la sustancia hembra o ‘‘elemento pasivo’’, receptivo y fecundo.


–el CINCO: el Hijo, la Progenitura, el Verbo, la Energía activa creadora y mantenedora, el Cosmos, el Demiurgo Creador.




LA MAGIA DEL SAGRADO TRIANGULO DE ISIS.




Si tomamos estos tres números, 3, 4 y 5, dos a dos, tendremos:


–el 3, con el 4 nos da 34, en el sentido del TRES actuando sobre el CUATRO. Es decir, el ‘‘elemento pasivo’’, en la trascendencia hierogamia (7) creadora.


El resultado de esta unión sagrada es doble: por una parte el número 5, como veremos después. Por otra parte la suma teosófica: 34 = 3 + 4 = 7. Es decir, el SIETE como símbolo de la Vida.


–el 4 con el 5 da 45, en primer lugar con el sentido del 4 (pasivo, hembra) fecundado, que da a luz al 5 (el Hijo, la Progenitura, el Hombre).


Por otra parte, la suma teosófica: 45 = 4 + 5 = 9 nos da la ‘‘enéada sagrada’’, imagen de la deidad antropomorfa, del equivalente egipcio del ADAM KADMON hebraico, tal como se ve en el mito solar heliopolitano de la Creación.


–el 3 con el 5 da por su parte el 35 con el sentido del 3, como divinidad-padre, dios primigenio, origen de todas las cosas que pasa a ser el 5, es decir el dios-hijo, demiurgo creador.


Es decir, el sentido de un dios-origen abstracto, infinito, lejano e incognoscible que se concreta y autolimita, en una demostración de infinito amor y autosacrificio hacia sus criaturas, para dar paso a la creación del Cosmos.


–finalmente, si hallamos la suma transversal de la serie 3-4-5 obtenemos 3 + 4 + 5 = 12, es decir, el número DOCE, símbolo de la ‘‘plenitud total’’.


La serie sagrada isíaca, 3-4-5 que estamos analizando hace referencia a la Creación.


Pero la Armonía que preside esa Creación se describe mediante la expresión matemática de la ‘‘curva de crecimiento’’ (8), desarrollo gráfico al que equivale numéricamente la llamada ‘‘serie de Fibonacci’’, íntimamente relacionada por otra parte con la ‘‘divina proporción’’ expresada en el ‘‘Número de Oro’’ pitagórico, en el que no vamos a entrar ahora.



La ‘‘serie de Fibonacci’’ tiene infinitos términos, puesto que la Creación es continua, constante e interminable.


Pero para nuestros efectos comparativos con la ‘‘serie isíaca’’tomaremos únicamente los diez primeros términos.


Ahora, si enfrentamos la citada ‘‘serie de Fibonacci’’ con la ‘‘serie natural’’ de los dígitos, tendremos:


SERIE NATURAL
1 2 3 4 5 6 7 8 9 1


SERIE DE FIBONACCI
1 1 2 3 5 8 13 21 34 55


Ahora, si confrontamos ciertos términos, vemos:


a) Como el 3 se empareja con el 4; expresión de la hierogamia mística.


b) Como el 5, símbolo del ‘‘hombre’’, se enfrenta consigo mismo y de qué modo, al final, se duplica frente al 10 totalizador, dando 55. ¿Acaso como símbolo ya de la ‘‘humanidad’’, o como referencia al ‘‘superhombre’’?


Incluso podría pensarse en una alusión al ‘‘héroe solar’’. De todos modos hay que observar que 55 = 5 + 5 = 10.


c) Como el SIETE, símbolo de la Vida, se contrapone al TRECE, símbolo de la Muerte, formando un par indisoluble.


d) Como frente al 34, el número de la hierogamia y expresión esotérica de la Vida, aparece su resultado, el NUEVE, la Enéada Sagrada creadora, forma demiúrgico que la divinidad utilizada como mediadora para llevar a cabo esa Creación.


Ahora bien, la sucesión de escalones en la cripta iniciática número siete del templo isíaco de Denderah, no nos da la serie de Isis, 3-4-5 como sería de esperar a simple vista, sino la serie 3-5-7.


Lo cual plantea en principio un problema bastante difícil del que intentaremos dos enfoques distintos, en relación con la Vida y la Muerte y en relación con la Resurrección:


A) Mitológicamente, OSIRIS, (el número 3), aquí con carácter funerario, toma a HORUS (el número 5) en su advocación de divinidad solar anterior a RA, le acompaña en su ocaso y muerte y le ayuda a resurgir triunfante del reino de las tinieblas y volver a la Vida (el número 7).


B) Numerológicamente: el Principio Energético-Vital activo (número 3), es el que hace que el Hombre (el número 5), vuelva a la Vida (número 7).


C) Mística y religiosamente: el dios-Padre (número 3), o bien Dios (ahora como Trinidad = 3), al actuar como ‘‘gracia divina’’ sobre el Hombre ‘‘caído’’ (número 5) lo coloca en el Sendero de la Salvación y de la Vida Eterna (el número 7).









Si observamos la ‘‘serie de Fibonacci’’ (figura 4), veremos que el TRES (principio espiritual), toma al CINCO (el Hombre), y a través del sobreentendido intermediario OCHO (9), lo lleva a enfrentarse con el TRECE (la Muerte), a trascenderla y a saltar y elevarse a otro plano de la realidad, a otra dimensión, donde se encuentra con la Vida auténtica (el SIETE).




E. MICHELENA


1. Templo solar situado a unos 12 km. al S-O de Gizeh y construido por el faraón Ne-User-Ra.


2. Este tipo de altar estaba formado por cuatro mesas adosadas, con unas pilas destinadas a recibir las evoluciones.


3. Por lo menos así lo aseguran los autores M. Caron y S. Hutin en su libro ‘‘LES ALCHIMISTES’’.


4. Debemos tener en cuenta que Heliópolis y el culto solar iniciático de su Gran Templo, adquirieron su máximo auge aproximadamente durante la Quinta Dinastía faraónica, hace de 43 a 45 siglos. Y que hacia el año 4200 a. de J.C. fue creado en aquella ‘‘Ciudad del Sol’’ el primer calendario solar de 365 días, en base a la ‘‘salida helíaca’’ de la estrella Sothis (sirio, símbolo astral de la diosa Isis).


5. Quizás tratemos en otra ocasión de la relación que hay entre el ‘‘corazón’’ y el enigmático número cinco. Y el extraño árbol que había en el patio del Gran Templo Solar de Heliópolis.


6. Esta capilla denominada ‘‘del Año Nuevo’’ poseía realmente el sentido de ‘‘Capilla de la Resurrección’’. Aún hoy en día, entre nosotros y en un sentido banal, ¿no se emplea acaso la expresión ‘‘año nuevo, vida nueva’’? Convendría quizás meditar esto un poco.


7. ‘‘Hierogamia’’ = matrimonio divino, unión del dios con la diosa. Del griego ‘‘hieros’’ = sagrado, divino, relativo a los dioses y ‘‘gamos’’ = unión legítima, matrimonio.


8. Esta curva geométrica es conocida también como ‘‘espiral logarítmica’’ o ‘‘espiral de Bernoulli’’.


9. El número OCHO expresa la forma central intermedia entre el cuadrado (orden terrestre, materialidad), y el círculo (orden celeste, espiritualidad), es símbolo de la regeneración y de las aguas bautismales y tiene el carácter de mediador o de intermediario.




ABRIL 1975 – Año IV – Núm. 29

HERMETISMO
LOS MISTERIOS DEL ANTIGUO EGIPTO (IV)




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