Cuarto Chakra: Chakra del corazón. Localización: Centro del pecho. Función: Sentimientos y voluntad de amar, apertura a la vida. Glándula: Timo
La conexión del charkra cardíaco se lleva a efecto una vez que la persona, que se ha abierto voluntaria y libremente al proceso de cambio y ascensión, ha dado comienzo con su tarea de transmutación, equilibrio y sanación de sus propios aspectos internos (pensamientos y emociones).
¿En qué punto de este proceso se podría decir que se realiza esta activación? La activación del centro energético del corazón se podrá percibir conscientemente como una vibración en el centro del tórax y puede comenzar apreciándose, en un principio, en momentos puntuales y esporádicos, como a ráfagas. A medida que se va profundizando en la purificación de las partes internas menos sutiles y lumínicas, que irán identificándose y reflejándose en la realidad física para ser abordadas y elevar, así, su vibración energética, se estará haciendo, a la vez, con todos los cuerpos o campos en su conjunto, tanto con el físico como con los energéticos, y esto permitirá que el caudal energético que fluya a través de ellos aumente, ya que admitirán más energía, propiciando, así, una activación más permanente y desarrollada no solo del cuarto chakra, el del corazón, sino de los otros seis chakras principales.
- Las Energías Masculina y Femenina
Al emprenderse con dedicación la limpieza energética personal comienza la depuración de todo el plano emocional, que se conecta al cuerpo físico para esta transformación, fundamentalmente, a través de los tres primeros chakras o chakras inferiores: el de la base, el sacro y el del plexo solar, y, que, una vez avanzado dicho proceso, empezarán a permitir el paso de energía a través de ellos y, así, sus respectivas activaciones, una vez que se hayan identificado y resuelto los bloqueos correspondientes a las emociones no armonizadas existentes, que serán percibidas en la misma zona corporal donde se ubican estos chakras. Es decir, cada aspecto emocional no equilibrado se podrá percibir en la localización física de uno de estos chakras. Según la frecuencia vibratoria del aspecto, este será transferido al cuerpo físico por el chakra que funcione en dicha frecuencia de vibración. Por ejemplo, emociones basadas en el ego como el miedo, la ansiedad o el abuso de poder pueden ser sentidas a través del chakra del plexo solar en la zona superior o boca del estómago.
Siempre se ha comentado más acerca de la entrada de energía por medio del chakra coronario, procedente de planos superiores, denominándose así a la llamada energía masculina, en referencia al Padre que está en nuestros Cielos, y que comienza recorriendo los chakras superiores:
séptimo, sexto, quinto y cuarto, continuando por el resto hasta la totalidad del cuerpo físico, penetrando en la Tierra y quedando anclada en ella.
Pero, de igual modo, existe también el flujo de energía que procede de la Tierra misma y que tendrá acceso al cuerpo a través del chakra de la base de la columna vertebral, aunque el primer contacto sea a través de los pies, iniciando, así, un recorrido ascendente desde el coxis hasta llegar al chakra de la corona en la cabeza. Esta es la energía que nos llega de la Madre Tierra y que representa a la llamada energía femenina, a la que tanto se alude en los mensajes, y que está siendo activada en este tiempo en nuestros cuerpos, quedando disponible para todos después de que hayamos estado desconectados de ella en esta dimensión durante miles de años.
Gracias a la limpieza emocional que se está efectuando a través de los tres primeros chakras, desde donde antes se hacía imposible el paso del flujo energético debido a los bloqueos por transmutar y, por consiguiente, no era factible la activación del chakra del corazón o chakra del amor por la imposibilidad de la fusión en los cuerpos de ambas energías, masculina y femenina, ya puede ser una realidad la unificación de ambos flujos, ascendente y descendente, al igual que la conexión de todos los centros energéticos.
No se debe obviar que la desconexión con la energía femenina ha marcado evidentemente la existencia en esta morada dimensional. Prueba de ello está en los desequilibrios propios de la ausencia de uno de los dos componentes esenciales que generan y mantienen toda forma de vida en el Creación Universal.
Resulta claro deducir que toda creación surge de la fusión de lo masculino y femenino. Dios Creador es Padre y Madre a la vez. El ser humano como obra de Dios, hecha a su semejanza, cuenta también con el poder creativo de su propio Progenitor, pero para ello necesita gozar del equilibrio de las energías masculina y femenina. Por supuesto, este punto es completamente independiente de la orientación sexual de cada individuo.
Así, si la energía masculina aporta cualidades como voluntad, intención y acción, localizadas en el hemisferio izquierdo del cerebro, la energía femenina activa la sensibilidad, la intuición y la compasión entre otras, relativas al hemisferio derecho cerebral. Es por ello por lo que esta dimensión se ha visto carente durante mucho tiempo del soporte intuitivo necesario que le permitiera establecer la conexión con Dios y lo reinos superiores, asentada en un dinamismo patriarcal en el que la inactividad del lóbulo derecho del cerebro ha sido una de las notas predominantes.
Pues bien, estos flujos, ascendente y descendente, garantizan ahora la fusión entre los Cielos y la Tierra por medio de los vínculos energéticos que se establecen a través de todo aquel ser humano activo y consciente del tiempo de cambio que se está viviendo, como auténtico punto de anclaje entre lo divino y lo terrestre. Esto hace justa correspondencia a la conocida expresión “establecer el Cielo en la Tierra” y estas personas son las mediadoras que han asumido el papel de hacer de este dicho una realidad, en muchas ocasiones desde el silencio y desde el más riguroso de los anonimatos.
Pues bien, la salvaguarda de esta conexión de lo masculino y lo femenino, potenciando este flujo de vida en los cuerpos, acelerará la limpieza interior si aún existen raíces de miedos y otras emociones sin alinear y, por supuesto, incrementará el poder de manifestación, atracción y creación, con las consecuencias que ello conlleva en caso de que todavía se conserven en el espectro energético aspectos densos y resistentes, pero, eso sí, contando con el entendimiento y manejo suficientes de la nueva energía como para poder atenuar cualquiera de estos efectos.
Por otro lado, también se convertirá en el motor de activación del chakra cardíaco y de su glándula asociada, el timo, que puede alcanzar tales niveles que permitan conectarla o potenciarla conscientemente cuando por propia voluntad así se considere.
- El Timo
Dicho lo cual, habría que indicar que, en el mismo grado en el que nuestros chakras se activan y conectan, también lo hacen las respectivas glándulas asociadas a cada uno de ellos.
En este caso, el timo, glándula que ha experimentado un especial atrofiamiento en la actual raza humana en la Tierra, se verá desarrollado notablemente en este nuevo escenario de activación energética de los cuerpos, llegando a desempeñar un papel imprescindible junto al chakra del corazón en la irradiación y en la expansión de la energía del amor a través de los cuerpos, como luego se explicará.
Este mismo estado de activación que se comenta es el que provocará que el timo experimente un aumento de su tamaño físico. De hecho, ya hay muchas personas que presentan estos cambios. Por otro lado, algunos desajustes o desequilibrio físicos que se han venido presentando han sido calificados de enfermedades y achacados a este crecimiento del timo según la propia medicina, induciéndose por parte de académicos a la extirpación del mismo.
Parece ser que en la actualidad algunos médicos han descubierto los beneficios reales de un timo desarrollado, centrándose en otro tipo de medidas y tratamientos para paliar los síntomas físicos. Se ha confirmado que emociones desequilibradas (ansiedad, miedo, alteración) afectan al timo menguando su tamaño y, por el contrario, aspectos más armonizados (alegría, paz, relajación) suponen un crecimiento de dicha glándula con aportes beneficiosos para el resto del organismo.
Si la activación del chakra cardíaco y del timo va asociada a ciertos desequilibrios en el cuerpo físico, esto se deberá, en definitiva, a la aceleración de la manifestación en este plano físico de los propios aspectos mentales y emocionales no resueltos, que se hacen notar solicitando la revisión que necesitan para su sanación, y no a las conexiones de los centros energéticos en sí mismas.
Tratando estas situaciones como se ha descrito en el pasado capítulo cuarto, en la transmutación y transformación de los aspectos en base al
amor y la aceptación como energías integradoras y reparadoras, estos efectos acabarán remitiendo e, incluso, desapareciendo. El autor de este libro puede dar buena fe en primera persona de esto último que se ha suscrito y de lo mencionado en este apartado concerniente al timo.
- La Unificación de los Chakras
Volviendo de nuevo al mismo concepto de antes, el corazón aparecerá, de este modo, como el centro energético, activado por ambos flujos de energía, el masculino y el femenino, convirtiéndose, así, en el auténtico grial de vida que fusiona a Dios con la Tierra, y empodera a la persona que lo conecta, reencontrándola con su propio lado divino o Yo Superior.
El Yo Superior es el ente de existencia y de conciencia divina y lumínica más elevado que concentra en el Aquí y en el Ahora todas las formas de existencia y de conciencia multidimensionales pasadas, presentes y futuras que hayamos experimentado, ya que en los Reinos Superiores, recordémoslo, no existen ni el espacio ni el tiempo.
Por otra parte, todos los chakras vibran en un rango de frecuencias determinado, como transformadores y canales de la energía, la cual, procedente de los campos energéticos, pasa al cuerpo físico. El mismo chakra del corazón funciona en la frecuencia de vibración de la energía del amor, siendo esta la energía que puede ser transferida a través él.
De este modo, la energía entrará en el cuerpo por los chakras de la corona y de la base, estableciendo los flujos energéticos que recorren los siete chakras principales. La energía como flujo continuo hace su acto de presencia, pero, al igual que va entrando, va saliendo, siendo irradiada a través de su punto de emisión, el chakra del corazón, que es el que permite su expansión en el planeta, para que así sea propagada en esta dimensión terrestre para los fines de vida en la misma y que, por supuesto, necesita imperiosamente de ella para su propia sustentación.
Maticemos que esta misma ha sido una de las funciones principales que han venido desempeñando los cetáceos, ballenas y delfines, en este planeta debido al avanzado estado evolutivo de estas criaturas y el completo desarrollo de sus cerebros, como perfectas antenas receptoras.
Así, han permitido anclar y proporcionar la energía al planeta para facilitar y mantener los medios y formas vida en esta dimensión. Ahora este legado comienza a recaer en el propio ser humano, que tendrá que contraer su propia responsabilidad como ser empoderado de la 5D.
Cuando el cuarto chakra adquiere un claro desarrollo, en cuanto a su actividad se refiere, tiene la capacidad de propiciar una activación, más completa y equilibrada, de los demás chakras, asumiendo, además, la función del chakra que propicia la unificación de los otros.
Esta unificación de todos los chakras se corresponde con el propio proceso de unicidad que se está realizando en esta dimensión a niveles generales por el cambio que se está efectuando, en detrimento de una percepción de separatividad y miedo que hasta ahora venía formando parte intrínseca de la existencia en este planeta. Una unificación que se podría describir como la fusión etérica de todos los centros energéticos o chakras activados en un solo centro, al que se llega por medio del abandono del ser en la nueva energía, trascendiendo la realidad en un estado de neutralidad. La Totalidad es en la Unidad y la Unidad del Todo es en cada una de una de las partes de la Totalidad, como así es en todo lo creado.
Es este estado del ser, en el que la energía del amor entra en el cuerpo y se expande a través, precisamente, del centro energético del corazón, en el que el individuo alcanza un estado de conciencia, plenitud y energía en el que, por ejemplo, alguna de las dolencias del pasado, que perduraban y se mostraban en el cuerpo físico, terminan desapareciendo y situaciones externas de la realidad física se diluyen sin más, ya que en tal tesitura, simplemente, no pueden coexistir y no se mantienen ni sostienen. Estas realidades pertenecen a una forma de existencia de menor rango de frecuencia vibratoria y se corresponden con aspectos de menor vibración energética.
Extracto de: 2012 El cambio del Amor.
AUTOR: RAFAEL MONTAÑO CARMONA
http://2012-elcambiodelamor.
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