“La belleza exterior viene de una fuente diferente a la belleza interior. La belleza exterior viene de tu padre y de tu madre: sus cuerpos crean tu cuerpo. Pero la belleza interior viene de tu propio crecimiento de la conciencia que estás trayendo de muchas vidas. En tu individualidad ambas cosas se unen, la herencia física de tu padre y de tu madre y la herencia espiritual de tus vidas pasadas, su conciencia, su gozo, su alegría. Así que no es absolutamente necesario que el exterior sea un reflejo del interior, ni tampoco es verdad lo inverso, que el interior se corresponderá con el exterior. Pero a veces sucede que tu belleza interior es tanta, tu luz interior es tanta que comienza a irradiar desde tu cuerpo exterior. Tu cuerpo exterior puede no ser hermoso, pero la luz que viene de tus fuentes, tus fuentes más recónditas de vida eterna, harán incluso que un cuerpo que no es hermoso en el sentido común parezca hermoso y radiante.
Pero lo inverso nunca es verdad. Tu belleza externo es sólo superficial. No puede afectar a tu belleza interior. Por el contrario, la belleza exterior llega a ser un obstáculo en la búsqueda del interior: llegas a identificarte demasiado con lo exterior. ¿Quién va a buscar las fuentes interiores? Muy a menudo sucede que las personas que son muy hermosas por fuera, son muy feas por dentro. Su belleza exterior se convierte en un velo para esconderse a si misma y es experimentada por millones de personas todos los días. Tú te enamoras de una mujer o un hombre, porque sólo puedes ver lo exterior. Y sólo dentro de algunos días comienzas a descubrir su estado interior; no corresponde a su belleza exterior. Por el contrario, es muy fea.
Por ejemplo, Alejandro el Grande tenía un cuerpo muy hermoso pero mató a millones de personas, sólo para satisfacer su ego de que él es el conquistador del mundo. El conoció a un hombre, Diógenes, cuando estaba en camino a India, quien vivía desnudo, el único hombre en Grecia que lo hacía, único en una forma. Su belleza era tremenda, no sólo el exterior, sino que también su resplandor interior era tanto y tan deslumbrante que incluso Alejandro tenía que detener sus ejércitos cuando estaba cerca de un bosque cerca de un río. El detenía a sus ejércitos e iba a ver a Diógenes solo; solo, porque no quería que nadie más supiera que existía un hombre que es mucho más hermoso que el mismo Alejandro.
Era temprano en la mañana y Diógenes estaba tomando un baño de sol, desnudo a orillas del río. Alejandro no podía creer que un mendigo … No tenía nada, ninguna posesión – incluso Buda solía tenía un plato para pedir limosna, pero eso también Diógenes lo había tirado. El estaba absolutamente sin ninguna posesión, exactamente como había nacido, desnudo.
Alejandro no podía creer lo que veía. Nunca había visto una personalidad tan bella y podía ver que su belleza no estaba sólo en el exterior. Algo se infiltraba desde el interior; un resplandor sutil, un aura sutil lo rodeaba. Todo a su alrededor era una fragancia, un silencio. Si el interior se vuelve hermoso – depende de ti – lo exterior tendrá que moldearse de acuerdo al interior. El exterior no es esencial, tendrá que reflejar el interior de alguna forma.
Pero lo inverso no es para nada cierto. Puedes tener cirugía plástica, puedes tener un hermoso rostro, hermosos ojos, una nariz hermosa; puedes cambiar tu piel; puedes cambiar tu forma. Pero eso no va a cambiar tu ser. En tu interior permanecerás codicioso, lleno de lujuria, violencia, ira, rabia, celos, con un tremendo deseo de poder. La cirugía plástica no puede hacer nada con respecto a todas estas cosas.
Para eso, necesitarás un tipo diferente de cirugía. Está sucediendo aquí: estás en la mesa de operaciones. A medida que llegas a ser más y más meditativo, pacífico, sucede una profunda unión con la existencia. Caes en el ritmo del universo. El universo también tiene su propio latir. Tu latido, una vez que comienza a ir al ritmo del latido del universo, habrá transformado tu ser desde el estado feo de la animalidad, hacia la auténtica humanidad. E incluso lo humano no es el final. Puedes ir buscando cada vez más profundo y hay un lugar donde tú trasciendes la humanidad y algo de lo divino ingresa en ti. Una vez que lo divino está allí, es casi como una luz en una casa oscura. Las ventanas comenzarán a mostrar la luz; incluso las grietas en la pared o el techo o las puertas comenzarán a mostrar la luz interior.
El interior es tremendamente poderoso, el exterior es muy débil. El interior es eterno, el exterior es muy temporal. ¿Cuántos años permaneces joven? Y a medida que la juventud se escapa, comienzas a sentirte que te estás poniendo feo, a menos que tu ser interno también esté creciendo con los años. Entonces, incluso en tu vejez tendrás una belleza de la que la juventud sentirá celos.
Recuerda, desde el interior sucede el cambio a lo exterior, pero yo no estoy haciéndolo inevitable. A menudo sucede, pero a veces el exterior está en un estado tan podrido que incluso el resplandor interior no puede cambiarlo.
Han habido casos registrados: un gran místico de la India – He hablado de él por casi medio año continuamente. Su nombre era Ashtavakra. Y lo que él ha escrito es tremendamente importante; cada sentencia tiene tantas dimensiones que explorar, pero el hombre mismo estaba en una situación muy difícil.
Ashtavakra – es el nombre que se le dio, porque era casi como un camello. Tenía deformaciones en ocho partes de su cuerpo – una pierna era más larga, un brazo era más corto, su espalda estaba encorvada – en ocho partes estaba deformado. Así es como nació, con un cuerpo deformado, tullido. Pero incluso en un cuerpo deformado y tullido el alma es tan bella como en el cuerpo más hermoso.
Se iluminó, pero su cuerpo estaba demasiado rígido para cambiar con su cambio interior. Sus ojos comenzaron a mostrar algo de la belleza, pero todo el cuerpo estaba hecho un desastre.
La historia es que el emperador de la India en aquellos días era Janak y estaba muy interesado en las discusiones filosóficas. Cada año solía hacer una gran conferencia de todos los eruditos, filósofos, teólogos o quienes quisieran participar. Era una competencia de campeones.
Un filósofo muy famoso, Yagnavalkya llegó un poco tarde. La conferencia había comenzado y él vio parado afuera miles de hermosas vacas. Sus cuernos estaban cubiertos con oro y diamantes. Esto iba a ser el precio para el campeón. Era un día caluroso y las vacas estaban transpirando.
El les dijo a sus discípulos, “Tomen estas vacas. Con respecto a ganar la competencia, estoy seguro. ¿Por qué las vacas deben sufren aquí? Llévenlas a nuestro lugar.” Ellas tenían su propio lugar en el bosque.
Incluso Janak no podía prohibirle a él, porque sabía que él había sido el campeón continuamente por cinco años y sería el campeón esta vez, porque no había nadie más que pudiera derrotarlo. No es correcto tomar el premio antes de ganar, pero su victoria era tan segura para todos que nadie objetó. Y sus discípulos se llevaron todas las vacas.
Mientras Yagnavalkya estaba discutiendo, un sabio muy desconocido también estaba presente en la conferencia. Ashtavakra era el hijo del filósofo desconocido. Su madre estaba esperando que su esposo llegara a casa. Se estaba haciendo tarde y la comida se estaba enfriando. Así que ella envió a Ashtavakra para traer a su padre de vuelta a casa, porque no podía ganar esa competencia. ¿Por qué debe perder innecesariamente su tiempo? El era un erudito pobre y habían más eruditos allí. Ashtavakra salió. Había por lo menos mil personas en la conferencia, los eruditos altamente cultos y sofisticados del país.
Cuando Ashtavakra ingresó, mirando su cuerpo deformado ellos comenzaron a reír. Pero Ashtavakra era un hombre de una integridad tremenda. Mientras ellos comenzaron a reír, él reía incluso más fuerte. Debido a su fuerte risa los demás se detuvieron. No podían creer que él se estaba riendo.
Janak le preguntó, “Yo puedo entender por qué ellos se estaban riendo – debido a tu cuerpo; pero no puedo entender por qué tú estás riendo. Y detuviste la risa de ellos con tu risa.” Un solo hombre detuvo la risa de miles de personas.
Ashtavakra dijo a Janak, “Pensé que esta conferencia era para eruditos y filósofos, pero estos son todos zapateros. Ellos pueden entender sólo la piel. Ellos no pueden ver el interior, ellos sólo pueden ver el exterior.”
Se produjo un gran silencio. Lo que él estaba diciendo tenía una gran verdad. Janak disolvió la conferencia y dijo:
“Ahora me gustaría preguntarle a Ashtavakra solamente. El te ha derrotado sólo con su risa y su sentencia `Ustedes no pueden ver el interior, sólo pueden ver el exterior; todos ustedes son zapateros.’ Los zapateros trabajan con la piel de diferentes animales. Yo disuelvo la conferencia y, Yagnavalka, regresa esas miles de vacas, porque tú sólo te reiste. Y cuando Ashtavakra se rió, tú también te detuviste!”
Era una situación muy extraña; nunca había sucedido antes. Y entonces vino el largo cuestionamiento de Janak, el emperador. Hizo preguntas y Ashtavakra las respondía. Cada respuesta en sí misma llevaba tanto significado y significación.
Porque su cuerpo estaba en tan mala forma que él no podía identificarse con él. A veces venían bendiciones en ese disfraz. No podía salir, porque a donde iba las personas se reían, “¡Miren a ese hombre! ¿Han visto algo más feo que eso?”
Así que la mayor parte del tiempo estaba en casa, meditando, resolviendo, “¿Quién soy yo? Ciertamente no soy este cuerpo, porque puedo estar conciente de este cuerpo, puedo observar este cuerpo desde dentro. Ciertamente que la conciencia tiene que ser diferente del cuerpo.”
Debido a su cuerpo tullido experimentó la iluminación. La barrera del cuerpo es la identificación con el cuerpo. Pero él no se podía identificar, el cuerpo era tan feo. Nunca se miró a un espejo; habría sido un tremendo shock.
Pero Yagnavalkya tenía que volver esas miles de vacas a la casa de Ashtavakra. Era joven y derrotó a miles de viejos filósofos, bien versados en las escrituras antiguas.
Es una de las cosas más extrañas en este país que en cada libro escrito por algún prominente místico haya habido miles de comentarios, pero nadie ha comentado ante mi sobre Ashtavakra. Y él debe tener por lo menos cinco mil años de edad. Durante cinco mil años nadie se ha molestado en mirar sus declaraciones, que son tan significativas.
Pero su iluminación interior, su entendimiento interior no podía cambiar su apariencia exterior. E incluso para quienes estaban yendo más profundo en ellos mismos, el exterior no importa. Habrían visto incluso en Ashtavakra una tremenda belleza, pero no habría sido del exterior, sino que desde el centro.
Muy a menudo el cambio interior cambia el exterior, si el exterior no es demasiado rígido. Pero el exterior nunca cambia el interior.
Necesitas tener ojos, ir profundo dentro del ser de las personas, lo que es posible sólo si estás yendo dentro de ti mismo. Mientras más profundo vas en tu ser más profundo puedes miras dentro del ser de las otras personas. Y entonces un mundo totalmente nuevo abre sus puertas.
Flanagan está en su lecho de muerte y el Padre Murphy ha venido a darle la extremaución. “Abre tus ojos,” dice el sacerdote. “Tenemos que salvar tu alma inmortal.” Flanagan abre un ojo, lo cierra y trata de adormecerse. Está teniendo un sueño ligero tan rico.
“Vamos ahora!” dice el padre Murphy. “Si no te quieres confesar, por lo menos respóndeme esto: ¿renuncias al demonio y a todas sus obras?”
“Bueno, no sé,” dice Flanagan, abriendo un ojo nuevamente. “En un momento como éste no parece muy acertado molestar a nadie.”
El interior sale hacia afuera, no lo puedes esconder mucho. Ahora él está siendo muy calculador. Al momento de la muerte, molestando innecesariamente a otro … y ¿quien sabe a dónde uno va? Es mejor guardar silencio.
Un viudo rico y su hermosa nieta están en un crucero. Por casualidad la chica se cae al agua y Rubin Fingelbaum, de setenta años, se tira al mar y la rescata. Después que los dos están a bordo del barco, el viudo abraza a Rubin.
“Usted salvó la vida de mi nieta,” le dice llorando. “Soy un hombre rico – ¡Le daré cualquier cosa! ¡Pida lo que quiera!”
“Sólo responsa una pregunta”, replica Rubin. “¿Quién me empujó?”
Lo que está dentro está destinado a salir al exterior.
¿Cómo lo puedes esconder?
Un predicador anciano, de color negro, había usado las letras B.S., M.S. y Ph.D. después de su nombre durante muchos años sin que nadie de su congregación incluso preguntara lo que significaban. Finalmente una mujer viejita y curiosa le pregunta acerca de las letras.
“Bien, hermana,” responde. “Usted sabe lo que B.S. significa, cierto?”
“Claro que sí,” dice la señora indignada. “¡Puras Mentiras!”
“Correcto,” dice el predicador. “Y M.S. sólo significa más de lo mismo y Ph.D. significa un montón”.
Ese es el lado interior de la mayoría de las personas: mentiras, B.S.; M.S., más de lo mismo y Ph.D., un montón.
Ninguna cirugía lo puede cambiar. Pero eres capaz de cambiarlo por ti mismo. Está en tus manos. Nadie puede hacer nada acerca de tu ser interior excepto tú. Tú eres el maestro de tu propio mundo interior. Y como el mundo interior llega a ser silencioso, naturalmente tus ojos son más y más profundos, con una profundidad oceánica. A medida que tu ser tiene menos y menos nubes tu rostro también tiene menos nubes, es sólo un cielo abierto. A medida que tu ser interior descubre la fuente de tu vida, la llama de tu vida, algo de esa llama comienza a resplandecer desde cada poro de tu cuerpo.
Esta es la regla. Ashtavakra es una excepción. Las excepciones no hacen la regla, sólo prueban la regla. Pero nunca ha sucedido al revés antes y no creo que pueda suceder.
Todos estamos intentando ser hermosos en el exterior: todo tipo de maquillaje, todo tipo de cosas están apareciendo para hacer que el exterior sea hermoso.
….Un hombre estaba cazando mariposas. Finalmente después de un esfuerzo de dos o tres horas, cazó cuatro mariposas. Le dijo a su esposa, “He cazado cuatro mariposas: dos son machos, dos son hembras”.
La esposa dijo, “Mi Dios, cómo supiste cual es macho o hembra?”
El dijo, “¡Fácil! Dos estaban sentadas por casi dos horas frente al espejo y dos estaban leyendo el periódico durante dos horas!”
Estamos tan identificados con la periferia de nuestro ser que hemos olvidado que la periferia no existe en si misma. Debe haber un centro en el interior. Y la búsqueda del centro es la única búsqueda religiosa – no de Dios, no del cielo, no de ninguna recompensa por tus virtudes, no para evitar el infierno y el castigo.
Existe sólo una búsqueda religiosa y esa es conocer tu ser más recóndito. Es el ser de todo el universo. Al ingresar a tu templo más interno has ingresado al templo real. Todos los otros templos son falsos, el hombre los fabricó; todos los otros dioses en aquellos templos son falsos, son fabricados por el hombre.
Sólo una cosa no es fabricado por el hombre y es tu dignidad más recóndita, tu gracias más profunda. Esa gracia comienza a inundar tu ser exterior también. Y esa gracia transforma no sólo el interior da un nuevo rostro a tu ser exterior: una inocencia, una serenidad, una profundidad, una paz, un amor y estas son todas flores que florecen alrededor tuyo.
Entonces incluso tu periferia llega a ser tan hermosa, tan musical, como una danza de regocijo … Pero debes comenzar desde el interior.”
~ Osho ~
Fuente: Abundancia amor y plenitud
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