Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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jueves, 20 de septiembre de 2018

Creencias Tibetanas. II


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Una de nuestras creencias es la de que hay gran probabilidad de predecir el futuro. Para nosotros la adivinación —por unos u otros medios— constituye una ciencia exacta. Creemos en la Astrología. Para nosotros las influencias astrológicas no son más que rayos cósmicos que se colorean o se alteran según la naturaleza del cuerpo que los refleja en la Tierra. Todos estarán de acuerdo en que con una cámara fotográfica y buena luz se puede captar la imagen de algo. Si colocamos varios filtros sobre la lente de la cámara —o sobre la luz— podremos conseguir determinados efectos en la fotografía. Podremos lograr efectos ortocromáticos, pancromáticos o infrarrojos (por mencionar sólo tres de los muchos posibles). Lo mismo afectan a las personas las radiaciones cósmicas que actúan sobre su personalidad química y eléctrica.

Buda dice: «La contemplación de las estrellas, la Astrología, la predicción de acontecimientos afortunados o desgraciados por medio de signos, así como vaticinar el bien o el mal, son cosas prohibidas»; pero un Decreto posterior, que figura en uno de nuestros Libros Sagrados, dice así:

“Está permitido usar el poder que la Naturaleza ha dado a unos pocos y por el cual padece el individuo. Ningún poder psíquico podrá ser usado con intención de lucro, por ambición mundana o para demostrar que efectiva mente se tienen esos poderes .» Mi consecución del Tercer ojo había sido dolorosa y lo que hube de padecer perfeccionó el poder que ya traje a este mundo al nacer. Pero en otro capítulo hemos de hablar más de la Apertura del Tercer Ojo. En cambio, aquí mismo me extenderé un poco más sobre astrología y citaré los nombres de tres ingleses eminentes que han visto cómo se ha cumplido una profecía astrológica.

A partir del año 1027 todas las grandes decisiones se han tomado en el Tíbet con ayuda de la astrología. La invasión de mi país en 1904 estaba predicha con mucha anterioridad y con todo detalle. Traduzco del tibetano esta profecía:

«En el Año del Dragón de la Madera. La primera parte del Año protegerá al Dalai Lama después del avance de los bandidos que luchan y riñen. Hay muchos enemigos, turbulencias armadas, y la gente luchará. Al final del Año un locutor con ánimo de conciliación hará que termine la guerra.»

Esto fue escrito antes del año 1850 y se refiere al año 1904, que fue el «Año del Dragón de la Madera». El coronel Younghusband mandaba las fuerzas británicas y pudo ver la predicción en Lhasa. Mr. L. A. Waddell, también del Ejército británico, había visto la predicción en 1902. Mr. Charles Bell, que después fue a Lhasa, también la vio. Algunos otros acontecimientos que fueron predichos con toda exactitud: 1910, invasión china del Tíbet; 1911, Revolución china y formación del Gobierno Nacionalista; a fines de 1911, expulsión del Tíbet de los chinos; 1914, guerra entre Inglaterra y Alemania; 1933, en que abandonó esta vida el Dalai Lama; 1935, regreso del Dalai Lama en una nueva encarnación; 1950, «las fuerzas del mal invaden el Tíbet».

O sea, los comunistas invadieron el Tíbet en octubre de 1950. Míster Bell, que después fue sir Charles Bell, vio todas estas predicciones en Lhasa. Y en lo que se refiere a mi persona, todo lo que me predijeron se ha convertido en realidad, sobre todo las penalidades.

La ciencia —porque en efecto se trata de una ciencia— de preparar un horóscopo no puede exponerse aquí en unas cuantas páginas de un libro de esta naturaleza. De todos modos procuraré dar una breve idea de ella. Consiste en preparar un mapa de los cielos tal como se hallaban en el momento de la concepción y en el del nacimiento de la persona de que se trate. Hay que saber la hora exacta del nacimiento y traducir ese tiempo a lo que llamamos «tiempo estelar», que es por completo diferente del que se conoce en el mundo. Como la velocidad de la Tierra en su órbita es de diecinueve millas por segundo, se comprenderá que cualquier inexactitud determinará un tremendo error. En el Ecuador, la velocidad de rotación de la Tierra es de unas mil cuarenta millas por hora. El mundo se inclina mientras gira, y el Polo Norte avanza a unas tres mil cien millas por delante del Polo Sur en el otoño, pero en la primavera se invierte esta posición. Así que la longitud del lugar del nacimiento es de importancia vital.

Una vez preparados los mapas, los astrólogos interpretan su significado.

Hay que determinar las relaciones entre todos los planetas y calcular el efecto de esas relaciones en el mapa estudiado. Preparamos una carta de la concepción para conocer las influencias que actúan durante los primeros momentos de la existencia de una persona. El mapa del nacimiento indica las influencias que actúan en el momento en que el individuo entra en el mundo. Para conocer el futuro preparamos un mapa del tiempo del que se desea saber y lo comparamos con el mapa natal. Alguna gente dice: «Pero ¿podrían ustedes predecir quién va a ganar una determinada carrera de caballos?

» Desde luego que no, porque para hacerlo tendríamos que sacar el horóscopo de todas las personas y de todos los caballos que intervengan en la carrera, incluidos los propietarios de los caballos. Para adivinar el caballo que va a ganar, el mejor método es cerrar los ojos, coger un alfiler y pasarlo por la lista de los caballos participantes hasta clavarlo en uno. Pero podemos vaticinar con toda seguridad si una persona se va a curar de una enfermedad, o si Juan se casará con María y vivirá felizmente con ella, y, en fin, todo lo que se refiera a los individuos. También podemos decir que si Inglaterra y los Estados Unidos no detienen el avance comunista, estallará una guerra en el Año del Dragón de la Madera, que en este ciclo corresponde a 1964. En este caso, a fines de siglo habría grandes fuegos de artificio en este mundo que servirían de distracción a los espectadores de Marte o Venus. Pero para llegar a ese extremo es preciso que los occidentales no les corten a los comunistas su carrera ascendente.

Otro punto que parece chocar a los occidentales es que podamos seguirles la pista a nuestras vidas anteriores. Las personas que no dominan esta materia aseguran que es imposible lograrlo, y en esto se parecen al sordo total que dice: «No oigo ningún sonido, por tanto no existe el sonido.

» Es perfectamente posible trazar el desarrollo de las existencias anteriores, aunque desde luego requiere mucho tiempo y profundos estudios con las cartas astrológicas y realizar muchos cálculos. Una persona puede hallarse en un aeropuerto y preocuparse por los últimos lugares donde ha tocado el avión que llega. Si esta persona es simplemente un espectador podrá suponerlo. En cambio, en la torre de control podrán decirlo con toda exactitud. Y si un espectador ordinario tiene a su disposición una lísta de los datos concernientes al avión podrá decir en qué otros aeropuertos ha aterrizado. Lo mismo podemos hacer nosotros con las vidas pasadas.

Se necesitaría por lo menos un libro completo para explicar con claridad el procedimiento que seguirnos. Pero puede resultar interesante enumerar los puntos que abarca la astrología tibetana. Usamos diecinueve símb olos en las doce Mansiones de la Astrología. Estos símbolos indican:

Personalidad e interés propio; Finanzas, o sea, cómo se puede ganar o perder dinero; Relaciones, viajes cortos, habilidad mental y para escribir; Propiedades y condiciones al final de la vida; Niños, diversiones y especulaciones; Enfermedad, trabajo y animales pequeños; Asociación de negocios, matrimonio, enemigos y pleitos; Herencias y legados; Viajes largos y asuntos psíquicos; Profesión y honores; Amistades y ambiciones; Trastornos, inhibiciones y penas ocultas.

También podemos predecir el tiempo aproximado, o en qué condiciones ocurrirá lo siguiente:

Amor, el tipo de persona y el tiempo del encuentro; Matrimonio, fecha y resultado; Pasión, cuando se trata de temperamentos furiosos; Catástrofe, si ha de ocurrir y cómo ocurrirá; Fatalidad; Muerte, cuándo y cómo; Prisión u otras formas de privación de libertad; Discordia, familiar o en los negocios; Espíritu, etapa de evolución alcanzada.

Aunque practico mucho la astrología, encuentro que la psicometría y la adivinación fijando la vista en un cristal son mucho más rápidas y tan exactas como la otra. ¡Sobre todo, mucho más fácil cuando uno es una calamidad en las matemáticas! La psicometría es el arte de obtener leves impresiones de acontecimientos pasados basándose en un objeto. Todos tienen esta habilidad en cierta medida. Por ejemplo, cuando alguien entra en una antigua iglesia y, bajo la influencia de los siglos que han pasado por allí, dice: «¡qué atmósfera tan serena y tranquilizadora!» Pero esa misma persona visitará el lugar donde se ha cometido un horroroso crimen y exclamará:

«¡vámonos de aquí; no me gusta es te sitio, es demasiado tétrico!» La adivinación por el procedimiento de fijar la vista en el cristal es diferente.

El cristal —como ya he dicho en otro capítulo— no es más que un foco que concentra los rayos del Tercer Ojo de un modo muy semejante a como se proyectan los rayos X sobre una pantalla y nos muestran una imagen fluorescente. No se trata en absoluto de magia, sino sólo de utilizar las leyes naturales.

En el Tíbet tenemos monumentos a las leyes naturales. Nuestros chortens, cuyo tamaño va de metro y medio a más de quince metros, son símb olos que podemos comparar a un crucifijo o a un icono. En todo el Tíbet abundan estos monumentos. En Lhasa hay cinco, el más grande de los cuales es el Pargo Kaling, que forma una de las puertas de la ciudad. Los chortens son siempre de la misma forma. La base simboliza los sólidos cimientos de la Tierra. Sobre ella descansa el globo del agua coronado por el Cono de Fuego y que lleva encima el Platillo del Aire y sobre él, como remate, el tembloroso Espíritu (Eter) que espera abandonar este mundo de materialismo.

A cada uno de estos elementos se llega por los Escalones de la Consecución. El conjunto simboliza la creencia fundamental tibetana. Venimos a la tierra al nacer. Durante nuestra vida ascendemos apoyándonos en los Escalones de la Consecución. Pero llega un momento en que nos falta el aliento y entramos en la zona espiritual pura. Luego, después de un intervalo de duración variable (pueden ser siglos), volveremos a nacer para aprender otra lección. La Rueda de la Vida simboliza la interminable ronda de nacimiento-vida-muerte- espíritu-nacimiento-vida, y así sucesivamente.

Muchos escritores que han estudiado las cosas del Tíbet cometen el serio error de dar por cierto que creemos realmente en esos horribles infiernos que a veces están representados en la Rueda. Es posible que algunos seres extremadamente incultos crean que existe efectivamente ese infierno, pero cualquier persona medianamente culta se reirá si la suponéis capaz de ello.

Creemos que estamos en la Tierra para aprender y que en ella es donde sufrimos todas las torturas que se atribuyen al infierno. El Otro Sitio es para nosotros aquél donde vamos cuando salimos del cuerpo, o sea el sitio en donde encontraremos a otras entidades que también se han liberado del cuerpo. Y no es esto lo que se llama espiritualismo, si no una creencia muy concreta en que durante el sueño o después de la muerte podremos movernos con absoluta libertad por los planos astrales. A los más elevados de estos planos los llamamos «La Tierra de la Luz Dorada». Estamos seguros de que cuando nos encontremos en lo astral (después de la muerte o durante el sueño) podremos encontrar allí a las personas amadas porque estamos en armonía con ellas. Y nunca veremos a las personas por quienes sentimos antipatía, ya que ese estado de desarmonía no puede existir en la Tierra de la Luz Dorada.

Todo eso lo ha probado el tiempo y es una lástima que las dudas y el materialismo occidentales hayan impedido que se realicen las adecuadas investigaciones en esta ciencia. Debería pensarse en las muchas cosas de que se ha reído la humanidad al principio y que luego han resultado una magnífica realidad con el paso del tiempo: el teléfono, la aviación, la radio, la televisión y tantas otras cosas.


Extracto de EL TERCER OJO
TUESDAY LOBSANG RAMPA

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