Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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los cuatro acuerdos de la sabiduria Maya

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Secretos Parameshwary

lunes, 19 de marzo de 2018

Pueblos Nefilim



 




De acuerdo a la tradición rabínica, los anakim o anaquitas, los refaim o refaítas y los emim o emitas, eran todos de la misma raza nefilim y todos los nombres citados se traducen por gigantes.



Refaítas: Eran una antigua tribu cananea que vivía en las colinas de Judá y en la llanura filistea (Hebrón, Debir, Anab, Gaza, Gath y Ashdod). Habitantes originarios de Canaán, ocupaban el Líbano y el área del Monter Hermón. Al norte de la costa de Siria y de Transjordania construyeron una cadena de ciudades fortificadas. Vivían en la región que posteriormente ocuparon los moabitas y los amonitas. A los primeros les llamaron emitas y a los segundos zomzomeos. En la parte occidental de Palestina se aliaron y se entrecruzaron con los caftorím, que habían llegado desde Creta, y se establecieron en las áreas costeras siendo conocidos posteriormente como filisteos y fenicios. El filisteo Goliat, quien murió por una piedra lanzada por David con su honda, fue refaíta.

Anaquitas: El nombre de anak o anac significa gigante y se explica en el Midrash judío indicando que llevaban cadenas en el cuello. Anac, su líder, era hijo de Arba, un refaíta, y sus hijos fueron Sesai, Aiman y Talmai; todos ellos cabezas de los clanes arameos. Estos nombres parecen ser arameos, pero su significado no es claro. Los anaquitas fueron derrotados por Caleb.

Emitas: Cuando Yahvé dio la tierra de Moab a los hijos de Lot, se dice que esa tierra había sido habitada por los emitas, “pueblo grande, numeroso y corpulento como los anaquitas” (Deuteronomio 2:10).

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Interpretación según religiones


 : El judío Trifón (siglo II a.C.) se opuso a la idea de que los ángeles podían casarse. El rabino Shimón bar Yojai (siglo II d.C.) maldijo a todos los judíos que decían que los hijos de Dios eran ángeles. Según la visión judía tradicional los nefilim, antes y después del Diluvio, fueron hombres. Esta era también la opinión de Rashid (siglo VIII d.C.) y de Najmánides (siglo XII d.C.).

Testigos de Jehová: Afirman que los hijos de Dios eran ángeles que, tentados por Satanás, observaron a las hijas de los hombres y desearon tener relaciones sexuales con ellas, y sus hijos se convirtieron en los nefilim. Como consecuencia de ello la Tierra se llenó de maldad, decidiendo Dios dar fin a esa sociedad en un plazo de 120 años, conservando la vida únicamente a Noé y a su familia, el único ser humano fiel.

Iglesia Católica: Eusebio de Cesárea, Justino, Clemente de Alejandría, Orígenes, Tertuliano, Ireneo de Lyon y Atenágoras de Atenas identificaron a los hijos de Dios como ángeles. Sexto Julio el Africano (siglo III d.C.) condenó la opinión de que los hijos de Dios eran ángeles y Agustín de Hipona, en su libro La Ciudad de Dios, dio la interpretación que sigue desde entonces en la Iglesia Católica, de que los hijos de Dios eran los descendientes de Set, llamados así por su amor a Dios.

Iglesia Copta: El Libro de Enoc forma parte del canon de la Iglesia Copta y cuando hace referencia a los grigori, los padres de los nefilim, los describe como ángeles y no como descendientes del linaje de Set. También se dice que uno de los propósitos del Diluvio fue deshacerse de los nefilim. Tanto Filón de Alejandría (siglo I a.C.) como Flavio Josefo (siglo I d.C.) aceptaron esa ideas. La referencia bíblica acerca de
que Noé era “perfecto en sus generaciones” (Génesis 6:9) hace referencia a que en el linaje de Noé no hubieron nefilim.
La Iglesia Copta explica que los nefilim habían comenzado a sentir deseos carnales y tomaron a las hijas de los hombres, que eran las descendientes de Caín. Esto se señala en el Libro de Enoc y en los Aniversarios, pero es también el punto de vista presentado por textos no bíblicos más antiguos, como el segundo Libro de Adán y el de la Víspera. Una explicación más amplia de este concepto podemos verlo en el texto completo del primer Libro de Enoc, en un estudio independiente del presente trabajo.

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Los nefilim en los textos bíblicos

Libro de Enoc: Este libro está en el canon de la Iglesia Ortodoxa Etíope y la Iglesia Copta, pero no es canónico en la Iglesia Católica ni en las Biblias cristianas.
Este libro indica que el motivo del Diluvio fue el de aniquilar a los nefilim (Enoc 10:1-9), quienes no habían sido creados según los planes de Dios (Enoc 10:15-16) ni tenían capacidad espiritual y, por lo tanto, tampoco resurrección.
Similarmente se trata en otras versiones de la descendencia de los ángeles caídos y las hijas de Caín, de donde surgió esta raza con el fin de sabotear los planes de Dios, cruzándose con mujeres humanas y contaminando así la descendencia de Adán.

Libro de los Jubileos: Es un texto admitido por la iglesia etíope y que complementa la historia presentada en el Libro de Enoc.

Baruc: En este texto canónico de la Biblia se dice que “allí nacieron los famosos gigantes de antaño, de gran estatura y diestros en la guerra. Pero no los eligió Dios ni les enseñó el camino de la ciencia, y perecieron por no tener prudencia; por su locura perecieron” (Baruc 3:26-28).

Sabiduría: Este libro deuterocanónico de la Biblia dice que “ya en los comienzos, cuando los soberbios gigantes perecían, la esperanza del mundo se refugió en una balsa que, pilotada por tu mano, legó al mundo una semilla de vida” (Sabiduría 14:6).

Eclesiástico: También este libro menciona a los nefilim diciendo que “no perdonó a los antiguos
gigantes, que se rebelaron seguros de su fuerza” (Eclesiástico 16:7).

¿Qué sucedió con los nefilim o gigantes?

Los nefilim fueron una de las razones principales para el gran Diluvio en los tiempos de Noé.
 El libro del Génesis dice: “Viendo Yahvé que la maldad del hombre cundía en la tierra y que todos los proyectos de su mente eran puro mal de continuo, le pesó a Yahvé de haber creado al hombre en la tierra, y se indignó en su corazón. Así pues, dijo Yahvé: Voy a exterminar de sobre la faz del suelo al hombre que he creado, desde el hombre hasta los ganados, los reptiles y hasta las aves del cielo, porque me pesa haberlos hecho.
Pero Noé halló gracia a los ojos de Yahvé” (Génesis 6:5-8). Así que Dios procedió a inundar el mundo entero, matando a todos y a todo, a excepción de Noé y su familia y los animales que estaban dentro del Arca.
De acuerdo a la explicación anterior, los nefilim desaparecieron a causa del Diluvio, así como el resto de los seres vivientes, excepto los que estaban en el Arca. Pero si analizamos detenidamente el libro de los Números, que narra el tema de la marcha de los israelitas por el desierto durante el éxodo de Egipto, vemos que no fue así, y no se sabe cómo pudieron sobrevivir al Diluvio muchos de los nefilim: “Hemos visto también gigantes, hijos de Anac, de la raza de los gigantes. Nosotros nos veíamos ante ellos como saltamontes, y eso mismo les parecíamos a ellos” (Números 13:33).

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Cualquiera que haya sido el caso, los gigantes o nefilim fueron destruidos finalmente por los israelitas durante su invasión a Canaán, tal como nos narra Josué: “Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades” (Josué 11:21).


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