Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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jueves, 23 de marzo de 2017

Ramtha ~ La evolución espiritual de la humanidad.


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Ahora, yo estoy aquí para decirte que cada cosa que te he enseñado, cada disciplina, funciona. ¿Y en qué dirección funciona? Hacia definir la línea entre la humanidad y el Espíritu: una definición clara, inquebrantable. Y la razón de ello es que tú puedas ser otra vez un Espíritu conocedor, con todo su poder, que pueda organizar plenamente y vivir plenamente a través de su cuerpo físico, y participar en esta vida plenamente hasta afrontar barreras que tú ni siquiera te das cuenta que puedes conquistar. Esto es lo que yo entiendo por vivir la vida en toda su plenitud.

Tú aún no sabes lo que es eso. Y sólo cuando el yo espiritual sea definido equilibradamente, separado del yo físico, sólo cuando los tengamos separados, seremos totalmente preservables e incorruptibles. Sólo entonces, con el poder, seréis capaces de no morir nunca, y podréis ir a ver todas esas estrellas que estuvisteis contemplando esta noche, y ver todas las cosas que yo ya he visto y visitado, y estar incluso en esos lugares donde vive mi gente, más allá de la Estrella del Norte.

Pero escucha esta profecía: la profecía dice que aquello que llamamos carne y hueso —carne y hueso en las antiguas profecías significaba sólo una cosa, el cuerpo físico— no puede entrar en el reino de los cielos, y para entrar en el reino de los cielos tú debes vestir un nuevo ropaje, y el nuevo ropaje es el Espíritu.(1) Esto está muy claro. Ello no quiere decir que tengas que morir antes de entrar a lo que se llama el cielo. Quiere decir que el cuerpo no puede ir allí. El cuerpo está sentenciado a su reino mientras el Espíritu continúe sin despertar. Pero cuando el Espíritu despierta y tiene un claro poder emergente, es el reino de los cielos traído desde el Espíritu hasta lo físico. Ahora dejamos todo atrás. Todo.

Incluso a mí —que el día que fui provocado por el viento y tomé mi decisión, eso es lo que yo quería ser— me tomó años entender cómo serlo, porque yo era carne y hueso sopesado contra una fuerza invisible. ¿Cómo podría la carne ser la fuerza invisible? La primera vez que dejé mi cuerpo, me tomó siete años recrearlo. Y trabajé en ello cada día, no sólo en los cursos,(2) porque no había cursos en mis tiempos. ¿Y sabéis por qué no lo pude lograr al día siguiente? Porque estaba tratando de alcanzarlo desde la perspectiva de la persona que es de carne y hueso en lugar de Espíritu. Pero tomó siete años entender eso. Y fue sólo accidentalmente la segunda vez, cuando ocurrió siete años después, y fue cuando yo no estaba buscando. Eso es muy importante. Y cuando supe eso comenzó mi gran jornada. Y yo crecí como ser espiritual. Ramtha el conquistador creció hasta ser Ramtha el Iluminado. Y fue iluminación de pleno poder lo que me permitió regresar y llevarme el cuerpo conmigo, sin cenizas ni cadáver.

Ahora, la carne y hueso no puede entrar en el reino de los cielos. Pero lo que yo he regresado a hacer aquí, aun pasando por todas estas inconveniencias —que ahora son verificadas hasta cierto punto en mi faceta extraordinaria por la ciencia, que dice que soy un enigma; bueno, y lo soy, pues ni siquiera puedo pesarme—, es a enseñaros metódicamente cómo hacerlo. Esa disciplina se llama la vida espiritual. Vosotros estáis aquí no para ser gente física, sino espiritual. Aunque el laberinto es físicamente exhaustivo, es desde ahí donde se cultiva el Espíritu. Es desde el campo. El cuerpo puede estar exhausto, pero en medio de ese cansancio el Espíritu es capaz de elevarse y ser supremo. Ahí es donde conoces la diferencia entre los dos. Por un momento no podías dar ni un paso más ni otro soplido.(3) Ahora sabemos que eso es carne y hueso. Y en el próximo momento algo sobrenatural te envuelve y logra realizarlo. Ese es el Espíritu. Hay una diferencia entre ambos.

Venir aquí a enseñaros significa seguir recordándoos eso, llevaros a ser capaces de definirlos claramente en vuestra propia vida, hacer que el Espíritu se manifieste a vuestra voluntad y entonces traerlo y dejar que el cuerpo disfrute de su frecuencia. Eso es lo que estamos esforzándonos en hacer. Esto, entonces, es convertirse en un ser espiritual. No tiene nada que ver con parecerse a un monje ni a un cura. No tiene nada que ver con parecerse a un ángel o a María. No tiene nada que ver con eso. Tú puedes llevar tu gorra de béisbol y estar iluminado, o tu sudadera cien por ciento algodón. Tú sólo tienes que estar iluminado. Eso es Espíritu. ¿Entiendes?

Estoy aquí pasando por mucho esfuerzo y mucha planificación para enseñaros esto. Y hay muchos de vosotros que dais esto por hecho. Y yo estoy en vuestro jardín, y un día yo ya no estaré allí, porque mi tiempo aquí habrá concluido, pues mi sueño se acabó en su momento. Yo estoy aquí en tu jardín y no me puedes comparar con ningún otro profesor, porque no hay otro profesor como yo. Yo no estoy aquí para glorificarme a mí, sino a ti. Yo estoy aquí para enseñarte a hacerlo, y sólo te puedo decir que eres un inconsciente si esto lo das por hecho, lo haces a un lado y no lo usas, porque has sofocado a tu Espíritu por el bien de tu cuerpo. Tu cuerpo es corruptible, se corromperá hasta tu tumba. El Espíritu es incorruptible.

Este es el entrenamiento. Y cuando lo has recibido —iniciación plena de la disciplina espiritual—, y tú puedes lograrlo, puedes manifestar esa moneda en tu mano. Entonces puedes manifestar pan en tu mano. Ahí estás siendo el Espíritu absoluta y totalmente. En ese momento has entrado en el cielo, porque no hay nada que no puedas hacer. Tú has sido escogido para siempre —para siempre— de entre la mediocridad y las costumbres del hombre. Nunca serás un hombre de nuevo. Siempre serás un Ser divino porque ya nunca puedes suprimir ser este Ser divino que ha entrado en el reino de los cielos y ha comido en la mesa de Dios. Una vez hagas eso, nunca volverás a ser un hombre normal. Las costumbres del mundo nunca más te llamarán.

¿Quiere eso decir que dejas de ser un hombre? Tú dejas de ser un hombre, te conviertes en un dios viviendo en el cuerpo de un hombre. Y tu programa en la vida cambiará también. ¿Quiere eso decir que el programa de un dios-hombre es menos estimulante que el del hombre? No lo creo. ¿Quiere esto decir que el dios-hombre es incapaz de tener relaciones sexuales, que es incapaz de amar, que es incapaz de reír? No, es capaz de mucho más, mucho más, porque ser un Espíritu implica todo esto. Un Espíritu es un dios que ríe. Un Espíritu es aquel de amor verdadero, poderoso y magnifico, y que lo abarca todo. El hombre es voluble; Dios, no.

Lo que os he enseñado esta semana es así de valioso. Y todas esas personas que ya han manifestado esos objetos —sí, yo empecé con pequeñas cosas—, han conseguido que crezca la aceptación. ¿Qué fue aquello que dijo Yeshua ben José? ¿Que si tienes fe en la semilla de mostaza eso es todo lo que necesitas? Si tu creencia es tan grande como un grano de mostaza, conseguirás tu objeto. Ocupará tu realidad inmediatamente, y ésa es toda la fe que necesitas. Bueno, entonces, ¿qué sucederá si algún día tu fe es tan grande como un roble, como el mundo? ¿Qué podrás hacer entonces? Todo.

Yo estoy aquí por un breve periodo para enseñarte cómo ser ese yo eterno que tú eres y para salvarte de una vida que, como ser humano, tendrá sólo su breve momento de oro, y eso es todo. Y yo estoy aquí para hacer esto de una manera simple y poco común, pero que pide y exige mucho de ti. Dice que tú debes ser capaz de definir en tu vida la diferencia entre tu yo espiritual y tu yo humano, y ambos deben ser muy claros. Y para poder hacer eso, nosotros ya sabemos lo que podemos hacer como humanos. Lo que no sabemos es lo que tú puedes hacer como Espíritu. De esto es de lo que se trata en la escuela, de aprender eso. Y exige de ti al decir que tienes que poner en práctica cada día lo que te enseño. Está bien si no lo haces en sábado y domingo. Puedes tener libre el fin de semana, o quizás lo prefieras tener ocupado. Lo que tú elijas está bien.

Y aquí está el detalle. ¿Cuántos años os tomó caminar erguidos y respirar cada día y hacer las cosas que hacen los seres humanos normales? ¿Cuánto tiempo va a tomar para que tú seas un Espíritu que pueda moverse a través de las paredes conscientemente, bilocarse y manifestar la mesa llena? ¿No conlleva la misma cantidad de disciplina el hacer que tu cuerpo esté vivo cada día que te levantas y tienes que alimentarlo, tienes que evacuar, tienes que lavarlo, y tienes que hacer todas las cosas que haces para mantenerlo en buenas condiciones? ¿Crees que tu Espíritu puede sobrevivir por sí mismo? ¿Crees que simplemente va a crecer y un día ser un Espíritu adulto? Debe de desarrollarse, y nosotros lo desarrollamos cuando elegimos serlo. Él también necesita su comida. Él necesita que tú lo seas y lo trabajes.

Y no necesitas toda una vida para desarrollar lo extraordinario. Nosotros lo podíamos haber desarrollado en siete días a través de absoluta humildad, sencillez, pasión y dedicación. Pero tiene que hacerse. Así que eres holgazán. ¿Qué puedo decirte? Son un nuevo cielo y una nueva Tierra los que están por llegar. Tú eliges de qué lado quieres estar. Yo te pido que hagas esto con absoluto enfoque, conocimiento y sinceridad. Y no toma mucho tiempo hacerlo, quizás una hora, unos pocos minutos. Sólo debes ser consistente con ello, y no vas a tener que echar tu ancla en el cuerpo nunca más. Tendrás que echar esa ancla hacia el cielo, anclarte en tu Espíritu y decir: «Lo que yo quiero de mi vida es esto más que ninguna otra cosa».

Y entonces vas tener que ser deseoso de ser esto —elevado, intachable, magnífico—, y tener la habilidad de soñar más allá de las fronteras del hombre común, ser capaz de sentarte todos los días, extender esas manos y arrancar del cielo un pensamiento hasta que se sienta incandescente en tu mano, y saber que cuando aparece frente a ti, en tu camino, o en tu automóvil, lo estás haciendo. Y así cada día lo trabajas y lo trabajas y lo trabajas. Y un día, tú puedes hacer cualquier cosa. Eso es ser un Ser espiritual. Sana tu cuerpo, tu vista, tu cerebro, tus genitales, tu corazón. Todo ello puede hacerse de la misma manera, eso os he enseñado yo esta semana. Y si tú no lo haces, entonces es que no has definido este poder.

Así, mientras yo esté aquí, te estaré enseñando lo que yo sé hacer. Y yo no lo haré por ti, pues no es mi tarea. Pero yo estoy aquí para amarte lo suficiente como para consolarte, enseñarte y nunca eclipsarte; y permitiros a todos ser estrellas en vuestra propia órbita, ser dioses en vuestra propia vida.

Y un día yo ya no voy a estar aquí, pues mi sueño de hace 35.000 años habrá terminado. Y dondequiera que estéis en ese momento, simplemente sabed que vosotros tomasteis y bebisteis todo lo que quisisteis. Yo os estoy pidiendo que bebáis mucho. Y yo os estoy pidiendo y suplicando que consideréis este trabajo igual que vuestra vida, porque si así es, vuestra vida será exquisita. Y esto no le quitará, le añadirá. Y entonces si tú haces esto simplemente, te volverás más y más simple, más y más poderoso. Y después yo me reuniré contigo un día, y conversaremos juntos —yo tengo un vino exquisito— y sabrás lo que es ser dios-hombre y dios-mujer. Beberás en salones señoriales y comerás en compañía de los más distinguidos, no habrá ninguna puerta cerrada para ti, porque tú no vienes como carne y hueso, sino como Espíritu. Que así sea.

Convertirse es un proceso solitario. Convertirse en un Cristo es un proceso solitario, pues, ¿con quién te vas a relacionar? ¿Quién lo sabe? Si lo supiera, simplemente lo sabría. ¿Con quién hablas? Con el viento, el Padre interior, Dios el Padre. Es un proceso solitario, solitario, solitario. No es extraño que tengas que hablar en parábolas. Nadie entiende el pensamiento. Tú no puedes simplemente ser. No puedes simplemente ser quien eres; debes tener una explicación de por qué eres como eres. Diles a ellos que se lo traguen, que se traguen todos sus pensamientos limitados sobre ti y que se los lleven por la puerta trasera, que te dejen en paz. Eso es divino.

Ahora, superconciencia es este proceso solitario, tú estás también avanzando hacia lo que es la conciencia original que se llama pensamiento. Y el pensamiento es el Ser. Y a partir de él brotan todas las cosas con profusión. Las manchas solares provienen del Ser. Los vientos solares son un resultado de la mancha del Ser en el sol. Los patrones atmosféricos son resultado del girar de los vientos solares a partir de la mancha del Ser en el sol. ¿Me estás siguiendo? Bueno, mente infinita.

Así, el pensamiento hacia el cual se está moviendo la superconciencia va a estar enlazado con ese conocimiento, y ese conocimiento irá a algún lugar. Es el Ser que a partir de ahí se va a desenvolver para siempre. Y en ese proceso, tú comienzas a estar conectado con él. Entonces, mientras tu drama está a punto de cerrarse, la Era de Acuario, que es la «Era del Ser» está sobre ti. Es el Cristo, el regreso del Cristo. Es el despertar, la superconciencia, un tiempo nuevo.

La metamorfosis de este proceso está ocurriendo en todos los niveles. El sol y la Tierra están pasando por una metamorfosis, al igual que aquello que llamáis vuestras galaxias. Vais a encontrar un nuevo planeta en vuestro sistema solar que está pasando por una metamorfosis. Todo está moviéndose. Es sobrenatural, literalmente. Y tan pronto como esto se abre a través del amor, a través de mantenerte en lo que tú eres, te conviertes en el flujo de ese conocimiento. Y, en ese conocimiento, estás en el flujo de la vida. Entonces tú eres proclamado, por siempre y para siempre. Esto es absoluto.

Y así, tú te das cuenta de que la vida, el Ser y el pensamiento son siempre continuos. ¿Sabes por qué la meditación trascendental no funciona? Porque no puedes parar la mente de Dios. Eso no funciona. ¿Nunca pensaste sobre esto? ¿Cómo puedes parar el siempre jamás? Tienes que ir a su ritmo para pensar que está parado, ¿correcto? Entonces tú eres supermente. Cuando vas al mismo paso no existe el tiempo, no existe distancia ni medida. Sólo está el Ser, y ese es el cielo infinito, el siempre jamás, el cielo que es siempre eterno. Es alfa y omega, el principio y el fin. Trasciende el ser hasta la absolución. Alfa y omega son la conciencia social. El Ser es el más allá.

Ahora, maestros, yo os he desafiado en un entendimiento social. Y he perdido a varios de vosotros en este proceso, porque lo puedo ver, porque lo que yo estoy diciendo no cuadra con vuestro calendario social. Adelante.

Y hay otros aquí para quienes el dolor de recordar es demasiado. No recordéis. La llave para entenderlo está de este lado de la puerta. Yo soy un hermano que os ama y con la solidez y la constancia de esta enseñanza, os enseñaré cómo es esto, sin importar lo que penséis sobre ello, porque yo os amo. Soy arrogante, en verdad, pero infinito de hecho.



(1) El Libro de las Revelaciones de Juan.
(2) Cursos aquí se refiere a los cursos de La Escuela de Iluminación de Ramtha.
(3) El laberinto o el tanque, el campo y la respiración (C&E) son disciplinas enseñadas en la Escuela de Iluminación de Ramtha. Véase Tanque, Trabajo de campoSMy C&E en el glosario.



Extracto de: Los orígenes de la civilización humana - Ramtha

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