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Henri Le Sidaner
Henri Eugène Le Sidaner nació en Port Louis, Islas Mauricio, el 7 de agosto de 1862.En 1880, se trasladó a París para trabajar como aprendiz de Alexandre Cabanel en L’École des Beaux-Arts de la capital francesa, del que se separó después de un tiempo debido a diferencias en criterios artísticos.
Pronto quedó prendado por la bulliciosa vida parisina, y del trabajo de los impresionistas y postimpresionistas, sobre todo de Edouard Manet, esto unido al desencanto que le producía el mundo academicismo oficial, le decidió a mudarse a Etaples, localidad próxima a Calais, en la que terminó de formarse de manera autodidacta.
Permaneció alejado de las principales corrientes artísticas de aquellos años en París, pintó básicamente paisajes septentrionales poblados de humildes personajes, adoptando un estilo que recuerda en algunos detalles el naturalismo de Camille Corot y en otros a la inmediatez de los impresionistas.
En 1887 expuso en el Salón des Artistas Franceses y, a partir de 1892, en la Société Nationale des Beaux-Arts.
Desde 1892 hasta 1894 viajó por por Holanda e Italia, para a su regreso a París, frecuentar los círculos simbolistas, tiempo en el que entabló amistad con Henri Martin y con Ernest Laurent.
Por esas fechas el artista había dado un giro a su lenguaje, adoptando una fórmula más clásica a la hora de plasmar sus melancólicos ambientes.
En la fase anterior había representado con frecuencia mujeres jóvenes gravitando en paisajes crepusculares, como se puede observar en la obra “Domingo” de 1898, actualmente en Le Musée de Douai.
Más tarde viajó por toda Europa exhibiendo su obra, incluyendo el Salón de París y las Galerias Georges Petit de París y Gupil en Londres.
Su pintura, intimista, aunque muy cerca del realismo, impregnados de un sentimentalismo de carácter intimista y muy personal, es a la vez evocadora y poética, dotada de una enorme calidad, experiencia técnica, con la atmósfera como protagonista, ya sean paisajes o bodegones, sintomática de su visión singular y personal.
Posteriormente se inclinó por escenas íntimos sin figuras humanas, ejecutadas con una iluminación difusa y una gama cálida.
Recibió numerosos premios a lo largo de su vida, entre otros una medalla de bronce de la Exposición Universal de París de 1900.
El Museo Thyssen Bornemisza de Madrid alberga tres magnificas obras del pintor
Murió en Versalles, en julio de 1939.
http://trianarts.com
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