Para mucha gente estos retos están relacionados con su economía, ya que este es un tema que ha sido mal interpretado en el pasado. Nos han enseñado ideas erróneas al respecto, y el mundo entero necesita hacer un cambio de enfoque, para poder vivir la verdadera abundancia desde otra perspectiva.
Para otras personas los desafíos se presentan en sus relaciones personales. Viejos paradigmas se están cayendo, y es necesario aprender a amarnos y relacionarnos de un nuevo modo, libres de condicionamientos impuestos.
Otros están pasando por problemas de salud, y también en este campo es importante comprender que tanto la salud como la enfermedad deben ser encarados de un modo distinto a como nos han enseñado en el pasado.
Pero más allá de cuál sea el desafío por el que estemos pasando, siempre contamos con la mágica ayuda de ángeles disfrazados de humanos.
Estos amorosos seres pueden ser terapeutas o sanadores, personas que han dedicado toda su vida a ayudar a los demás.
Pero un ángel humano también puede ser un amigo del alma, aquel que está siempre a nuestro lado, dándonos su Amor, ayuda práctica y consuelo.
Sin embargo, la verdad es que podemos encontrar a estos ángeles humanos en todos lados… Quizás sea el empleado de una oficina del gobierno, que nos atiende con suma amabilidad y, saltándose algunas reglas, nos resuelve un problema importante. O puede ser alguien que encontramos en una tienda, y que con su mirada y sonrisa nos da ánimos.
Tal vez te llegue un mensaje que necesitabas escuchar a través de una persona con la cual conversas en el ascensor, en la fila del supermercado o en un lugar insospechado. Y de repente tienes ante ti a una valiosa guía, que apareció en tu vida en el momento que más la necesitabas.
Reconocer y abrirnos a estos ángeles humanos nos recuerda que en realidad nunca estamos solos, y que hay una fuerza mayor que nos apoya incondicionalmente. También nos muestra con claridad que por más difícil que sea la situación por la que estamos pasando, siempre nos llegará la ayuda necesaria para superarla.La verdad es que, en esencia, todos somos ángeles humanos, pues llevamos en nuestro interior una chispa de divinidad.
Una parte de Dios, o de Todo lo Que Es, está siempre presente en nuestra alma, aguardando pacientemente a que conectemos con ella.
Cuando eres un ángel humano, atraes milagros con facilidad. Los milagros son atraídos por el Amor Incondicional, y puedes crearlos y manifestarlos también para los demás.
Para poder recibir la ayuda de estos seres tenemos que estar abiertos y confiados. Pues es justamente en los momentos desafiantes cuando más necesitamos mantenernos tranquilos, fluyendo momento a momento, y confiando de todo corazón en que la solución siempre llega.
Y entonces suceden los milagros…
FUENTE http://universo-espiritual.ning.com
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