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Introducción
En distintos foros y
charlas he hecho mención a los Viajes Conscienciales. Y mucha gente me pregunta
en qué consisten, si están al alcance de cualquiera, cómo acometerlos y cuál
puede ser el destino de los mismos.
Responderé a continuación
a estas preguntas de la manera más sintética posible y a la luz de mi propia
experiencia.
¿En qué consisten?
Un Viaje Consciencial
consiste en el abandono del cuerpo físico por parte de nuestro “verdadero ser”
y, por tanto, de nuestra consciencia, que es la que “viaja” tras salir de la
corporeidad -de ahí el nombre que se da a esta experiencia-. Y se caracterizan
porque allí donde se viaje, se mantiene plenamente esa consciencia, por lo que
se ve, se oye, se huele, se toca, se degusta y se siente como si lo hiciéramos
por medio de los sentidos corpóreo-mentales, pero aún con más agudeza y
precisión.
¿Están al alcance de
cualquiera?
Por supuesto que sí. De
hecho, la mayoría de las personas vivencian una experiencia similar durante el
sueño, a través de los llamados “viajes astrales”. Igualmente, algo muy
parecido acontece cuando se transita a la otra vida en lo que Humanidad todavía
tilda como muerte. La diferencia es que un Viaje Consciencial se efectúa de
manera consciente –no inconscientemente, como sucede en el sueño con los viajes
astrales- y sin muerte ni afectación alguna de la salud.
(Nota: Con relación a los
“viajes astrales”, hay demasiados miedos y mentiras pululando por por Internet con
respecto al cordon de plata o a que alguien o algo se te meta dentro mientras
duermes.... Esto es falso. El cuerpo fisico queda en la cama con un halo
luminoso que corresponde al campo energetico de cada uno, energia semifisica, y
esto le guarece y proteje plenamente. Nuestro cuerpo energetico está compuesto
de fotones y es muy luminoso, pudiendo controlar esta luz a voluntad. Y, a
medida que la expandimos, nuestro contorno fisico -mejor dicho, nuestra
apariencia humana- se va difuminando y es a lo que se le llama “ser de luz”)
¿Cómo acometerlos?
Para iniciarlos hay que
entrar en un estado semejante al de una meditación profunda y, en un momento
concreto del estado meditativo, ejercer un acto de voluntad desde el Corazón y
la Consciencia para salir del cuerpo físico. Eso sí, lo anterior ha de ir
acompañado de tres cosas: ausencia de miedos ante lo que nos pueda pasar y esperar;
superación de las autolimitaciones mentales, que nos dicen que pretendemos un
imposible; y Confianza, mucha Confianza en nosotros mismos, como seres divinos,
y en la Vida.
¿Cuál puede ser el
destino?
El que tú elijas. No hay
barreras para la Consciencia, que viaja por el Cosmos y la Creación no a la
velocidad de la luz, sino en la luz –a través de la infinita red de hilos o
filamentos de ondas vibracionales que subyacen bajo la superficie de todo lo
que nuestros sentidos físicos perciben o intuyen-, lo que le permite
trasladarse a velocidades exponencialmente superiores a la de la luz.
No obstante, al comenzar a
recordar esta práctica –escribo recordar, porque no tenemos que aprenderla, ya
que está presente en nuestra Memoria Trascendente y Sabiduría Innata-, es
aconsejable, si el destino que se desea es muy “lejano”, establecer “estaciones
de tránsito” para ir pasando de una a otra en dirección a donde queremos
consciencialmente llegar.
Es importante señalar que,
si bien varía en función del plano o Dimensión donde viajemos, una hora en
nuestra realidad equivale a una media de entre 25 y 35 horas en los otros
planos. Por tanto, una hora de Viaje Consciencial permite experienciar, allí
donde se viaje, un tiempo análogo a lo que aquí es un día completo.
Con base en mi
experiencia, se resume seguidamente una especie de Mapa Básico de Viajes
Conscienciales, con las posibles rutas y destinos, utilizando siempre que ello
sea factible los conocimientos de la ciencia actual. No obstante, hay que
puntualizar, por desconcertante que ello sea para mente, que realmente no hay
distancias, pues el espacio-tiempo es una ficción que se vive en Tercera Dimensión.
Lo Real es que todo está en todo y que todos y cada uno, desde nuestro “verdadero
ser”, podemos legítimamente afirmar:
Yo Soy el Todo.
Todo está y Es en mí.
Yo estoy y Soy en Todo
Todo lo contengo.
Todo me contiene.
Mapa Básico de Viajes
Conscienciales
1º. La vida humana se desarrolla en el seno de
la Madre Tierra. Cuatro mundos hay en ella: el
“extraterreno”, en el que se encuentra la Humanidad entre otras muchas
especies; el “intraterreno”, pleno también de modalidades de vida, como los
llamados seres intraterrenos (los hay de Cuarta Dimensión) o los cristales; el
“intermedio”, configurado por modalidades de vida (desde las hadas a los
gnomos) que habitan en el espacio conformado por la parte inferior de la esfera
extraterrena y la superior de la intraterrena; y el “multidimensional”,
conformado por espacios y franjas de frecuencia vibracional más sutil que la
predominante en el resto del planeta. Por todos ellos podemos desplazarnos consciencialmente
a voluntad. En mi caso, la conexión es especialmente intensa con los seres
intraterrenos y, dentro de los espacios multudimensionales, con Ávalon y la
Ciudad Eterna de Wyñaymarca.
2º La Tierra se halla dentro de un sistema
planetario que cuenta con un centro –el Sol- y un límite exterior –la Nube de
Oort-. Es posible moverse sin problema por todo el sistema
solar. Mis viajes más frecuentes son a Titán –el más grande de
los satélites de Saturno y segundo en tamaño del todo el sistema solar- y al
Sol. Desde este se puede constatar como criaturas solares son todas las formas
de vida de los planetas y astros que en torno a él rotan cíclicamente,
incluida, por supuesto, la Humanidad. Esta es la verdadera naturaleza de los
seres humanos: criaturas solares.
3º Junto al sistema solar, siguiendo su misma
ruta espacial, viajan otros sistemas y la mayoría son
binarios, es decir, cuentan con dos estrellas a modo de soles. Todos estos
sistemas giran alrededor de Sirio, que es mi sistema preferido. De hecho, mi
encarnación actual es allí -en el segundo planeta de Sirio B-, aunque esté
proyectado aquí, en la Madre Tierra, por decisión propia. En ella llevo 200.000
años, pero es provisional. También en esta fase del viaje se hacen muy presente
Las Pléyades, que son un portal interdimensional creado artificialmente hace
100 millones de años para facilitar la conexión consciencial de toda esta parte
de la galaxia con su Centro.
4º. El sistema solar pertenece a Donga
(literalmente significa agua: oxígeno y, sobre todo, hidrógeno), la galaxia que
la Humanidad llama Vía Láctea y otros Mu, de cuyo centro -Centro Galáctico-
aparecen como proyección holográfica y fractal el más de medio billón de
estrellas y la multitud de sistemas solares y planetarios que la componen. En
el Centro Galáctico moran los Siete Rayos, que son fragmentación fractal, como
la luz al atravesar una lámina de agua, del Único Rayo de la Creación. Desde
ahí se despliegan por toda Donga y llenan todas las formas de vida. Con cada
uno de los Siete Rayos me relaciono, por más que con el llamado Mish-Ra tenga
especial conexión, ya que en Sirio –ahora en la Tierra- soy álmicamente su
proyección.
5º. La Vía Láctea se integra en un Cúmulo
o Grupo Galáctico –Cúmulo o Grupo Local- compuesto por medio
centenar de galaxias. Su centro se encuentra en el centro de la galaxia
Andrómeda y desde él surgen como proyección holográfica y fractal todas las
galaxias que lo constituyen. En el Centro de Andrómeda radica la denominada por
los humanos Hermandad Blanca. Con ella comparto en la mayoría de mis
meditaciones y la suelo visitar en casi todos los viajes conscienciales.
6º. El Cúmulo o Grupo Galáctico Local se
inserta en un Supercúmulo que la ciencia humana llama Supercúmulo de
Virgo o Supercúmulo Local. Su centro es el “Gran Atractor”, que la astrofísica
considera una anomalía gravitatoria del espacio intergaláctico que arrastra
las galaxias a lo largo de una región de millones de años luz.
En realidad, es un gigantesco Proyector Holográfico desde el que emana, como
proyección holográfica y fractal, la parte del Universo mejor conocida
actualmente por la Humanidad. Viajo al “Gran Atractor” siempre en compañía de
la Energía Crística, que, siendo una, se manifiesta –Principio Hermético de
Género- en lo que en terminología cristiana sería Cristo-Jesús y Cristo-María.
“Él” es “Vïa”: el Camino. Y “Ella”, “Vium”: Hacer el Camino y el Acompañamiento
para hacerlo.
7º. El Supercúmulo de Virgo pertenece a un Hipercúmulo
que
la ciencia llama Complejo de Supercúmulos de Piscis-Cetus o Hipercúmulo
Local,
que cuenta, igualmente, con un centro, desde el que aparecen, como
proyección
holográfica y fractal, todos los Supercúmulos que lo conforman. La
ciencia denomina Gran Muralla al límite exterior de este Hipercúmulo
Local y lo localiza a
doscientos millones de años luz de la Tierra. En este punto del viaje
consciencial, Vía y Vium se unifican, sin separación posible, y dejo de
ser
“yo”, y va desapareciendo cualquier idea de identidad, sea física,
álmica o
espiritual, individual o colectiva.
8º. El Complejo de Supercúmulos de
Piscis-Cetus pertenece a una Subunidad Multiversal y Supersimétrica (SUMS) o Universo
Local. De su centro –Censums- surgen, como proyección
holográfica y fractal, la globalidad de Complejos de Supercúmulos o Hipercúmulos
que lo configuran. La astrofísica denomina Gran Muralla Sloam al límite
exterior de esta SUMS o Universo local y lo sitúa a mil millones de años luz de
la Tierra. En este punto del viaje queda atrás definitivamente cualquier idea
de identidad y comienza a sentirse con claridad la omnipresencia del
Padre/Madre.
9º. El Universo Local se inserta en una Unidad
Multiversal y Supersimétrica (UMS) o Multiverso Local. De su centro –Cenums-
emanan, como proyección holográfica y fractal, la totalidad de las SUMS que lo
conforman. El viaje, llegados a este Cenums, depara una sorpresa: se puede
dialogar con el Padre/Madre. Es una ficción, pues no hay separación posible con
El/Ella y, por tanto, es realmente hablar con uno mismo. Aun así, se vive esta
experiencia en esta fase de la vuelta al Hogar.
10º. El Multiverso Local se integra en un
Omniverso, el Omniverso Local (OL), de cuyo centro –Centro Omniversal-
surgen, como proyección holográfica y fractal, todas las UMS que lo componen.
Se acabó el diálogo y toda noción de separación de la Unicidad. Las puertas del
Hogar se franquean y se plasma la Unificiación.
11º. El Omniverso Local es una proyección
holográfica, vibracional y fractal, del centro del MultiOnmiverso, MultiOnmiverso
Local, al que pertenece. Quietud, Silencio, Paz, Pureza,
Verdad, Vida, Consciencia, sin tú ni yo, sin nada, sin nadie,.. Lo Manifestado
–dimensión superficial de Dios- se diluye y aparece lo Inmanifestado, la
sublime e inefable dimensión subyacente de Dios.
12º. Y este MultiOnmiverso Local es uno entre
la infinidad de MuliOmniversos que configuran el
Cosmos. Todo ya es Inmanifestación: No-Nombre, No-Ser,… Nada que es Todo.
13º. La Fuente. Fin del viaje (y Principio del mismo, pues de ahí todo emana como vibración). No hay palabras. Vacío
Vibrante y Viviente que todo lo abarca con su inabarcabilidad. Y su Vibración
Pura y Primigenia fluye en la instantaneidad, generando y renovando en un
momento presente continuo la Creación: Expansión y Absorción, Tao, Evolución.
¡Feliz Viaje!
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