Una hija de lilith no teme el cambio. Ella es la ola abrumadora que la provoca.
Una hija de lilith no vacila en sus pasos, no envejece en el camino. Aunque todos le digan que es un viaje peligroso, de la que no tendrá éxito, ella sabe que cada paso que da, es sostenido por el poder de la gran madre.
Una hija de lilth no se ahoga en penas y autocompasión. Ella sabe que son duras, las pruebas que le lapidam el corazón.
Una hija de lilith no culpa a nadie por su desaventurança, no acusa a nadie por hechizos, o mal mirados... ella silencia y agradece la experiencia que la fortifica, tejiendo la propia malla que la protege.
Una hija de lilith no se esconde detrás de nadie Ella avanza confiado para la batalla, provista con la espada que le fue entregada y forjada por la gran madre.
Una hija de lilith no compactua con cotillear, no pierde tiempo que le es tan precioso con fallas de integridad. Ella tiene el discernimiento para intuir y filtrar sólo lo que necesita, para mantenerse adecuado y libre.
Una hija de lilith no teme a la serpiente, o su veneno. Ella reconoce su poder curativo, y el impulso libertador de todas las almas.
Una hija de Lilith se ha liberado ya del apego de ritos ajustados por mentes humanas... no idolatra falsos dioses. Ella sólo es!
Irreverente, o presumida, de ideas fijas o terca, no importa lo que piensen de ella.
Una hija de lilith no se esfuerza por complacer a nadie. No sigue maestros, ni gurús... o matronas.
Ella vive en sí mismo y para sí misma.
Una hija de lilith sólo escucha su propia alma... y sólo sigue su corazón.
Isis de sirius
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