Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos.
HERMES TRISMEGISTO
Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH
DEDICATORIA
Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.
Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.
Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia
Una
exposición en Alcalá de Henares arroja luz sobre cómo la cerámica
campaniforme se extendió del Volga al estrecho de Gibraltar hace más de
4.000 años
Representación de ofrenda a los dioses con vaso campaniforme.Arturo Asensio
Es pequeño, no levanta más de un palmo, pero representa uno de los
grandes enigmas de la arqueología mundial. De él se han escrito miles de
artículos, tesis y libros. Se le conoce como vaso campaniforme
y se fabricó, con diferentes decoraciones, por toda Europa —desde el
Volga a la Península Ibérica incluida— entre los años 2.500 y 2.000
antes de nuestra era. En una época de escasas o pobres comunicaciones en
el continente y las islas británicas, el recipiente ocupaba un lugar
destacado en todas las culturas. ¿Por qué y quién extendió su uso y
fabricación? La exposición en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares (Madrid) ¡Un brindis por el príncipe!
muestra los avances que sobre este pequeño objeto se han realizado. Un
total de 22 prestatarios entre propietarios y museos europeos han cedido
sus piezas para la exposición. Los hay de arcilla y hasta de oro.
Los
primeros vasos se hallaron a finales del XIX por toda Europa. El hecho
de que todos tuviesen las mismas características hizo pensar a los
arqueólogos que se encontraban ante una misma cultura que se había
extendido por el continente, aunque a mediados del XX esta concepción
cambió: se trataba de un gran comercio interior entre pueblos y estos
objetos eran adquiridos por las élites de las diversas culturas como
símbolo de prestigio. De hecho, los historiadores del Tercer Reich
extendieron la teoría de que su origen estaba en Alemania y que Europa,
por tanto, compartía la misma cultura: una especie de pangermanismo
incipiente de hace cuatro mil años.
Se ha comprobado que el recipiente —en sus tres versiones
conocidas: cazuela, cuenco y propiamente vaso— se usaba en tres
contextos: el metalúrgico (se llenaba de cerveza y se ofrecía a los
dioses para que el proceso de fabricación de objetos de cobre resultara
un éxito), la recogida de la sal y el funerario. Enrique Baquedano,
director del museo regional, admite que los expertos no se ponen de
acuerdo sobre dónde nació este extraño cuenco. En total se exponen
más de 400 elementos procedentes del Museu Nacional de Arqueologia de
Portugal, del Arqueológico Nacional y de yacimientos como Humanejos,
Ciempozuelos (Madrid), Palmela (Portugal), Carmona (Sevilla), Escocia o la República Checa.
Conjunto
de cerámica campaniforme y dos cráneos procedentes del yacimiento de
Cuesta de la Reina (Ciempozuelos, Madrid), descubierto en 1894.Mario Torquemada / Museo Arqueológico Regional
Si bien el vaso siempre era igual, dependiendo del lugar donde fuese
fabricado presenta diferentes decoraciones: puntillado, con bandas
horizontales, cordado, mixto... Los más antiguos se hallaron en el bajo
Tajo. El francés Émile Cartailhac, considerado el “pope de la
prehistoria”, en 1883 certificó su existencia en el yacimiento de
Palmela. En España, la Real Academia de la Historia, con financiación
del marqués de Cerralbo, los desenterró en 1894 en Ciempozuelos
(Madrid). Estos objetos, pertenecientes a la Edad del Cobre, están,
además, íntimamente relacionados con los enterramientos y suelen
hallarse junto con ajuares que incluyen las armas del fallecido y sus
pertenencias: espadas, hachas y puñales de cobre y piedra.
Los pueblos del calcolítico o Edad del Cobre
eran capaces de fabricar objetos tanto en cobre como en oro. La
exposición muestra, además de sus armas y joyas, los elementos que
utilizaban para arrancar de las minas los componentes metálicos:
espátulas, trituradores, picos y mazas de piedra y astas de ciervo para
reventar los bloques. Luego, fundían el material y lo vertían en
crisoles con la forma del arma que deseaban crear.
La muestra, que está comisariada por el catedrático de la Universidad de Valladolid
Germán Delibes y Elisa Guerra, profesora titular de la misma
universidad, pretende arrojar luz "sobre un fenómeno apasionante que
recorrió una Europa que despertaba a la edad de los metales y que unió,
en una especie de primera manifestación de una cultura europea, a las
élites de lugares muy distantes", señala Baquedano.
Para ilustrar este periodo de la historia de la humanidad el museo ha
llenado sus paredes de espectaculares ilustraciones de Arturo Asensio,
ha recreado un enterramiento calcolítico y ha construido un gran vaso de
casi dos metros de altura que sirve como puerta de entrada a la
exposición. "Es una manera de que los visitantes vean el interior de uno
de los elementos más misteriosos de la arqueología", culmina el
director de museo.
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