A
menudo se ha dicho que ver o tratar a las personas en general como
intrínsecamente diferentes [to otherize] puede ser peligroso, y
específicamente considerar a los enemigos como extraños o diferentes
puede ser tácticamente perjudicial.
En
particular, cuando usted afirma una especie de ventaja genética
imaginada ello puede conducir a un falso sentido de superioridad sobre
aquella gente.
También
puede conducir a peligrosas generalizaciones de grupos enormes cuando
usted clasifica y encasilla a millones como siendo exactamente lo mismo
cuando eso es racionalmente imposible.
Sin
embargo, considerar a otros como extraños es quizá la única opción
cuando uno se enfrenta con un tipo muy particular de personas que abraza
una clase muy particular de ideología; considerarlos como diferentes
puede llegar a ser un asunto de supervivencia.
Estoy hablando, por supuesto, de los globalistas.
No
me refiero a los sujetos de bajo nivel y tontos útiles dentro del
impulso o "movimiento" globalista, porque muchos de ellos simplemente
representan una credulidad o estupidez subyacente entre la gente atraída
al mundo innato de la academia.
En vez de eso, me estoy refiriendo a la gente que está detrás de la cortina, los autoproclamados "globalistas" o internacionalistas que se han posicionado en centros de poder estratégicos.
Hablo de
la gente que influye o derechamente controla la política del gobierno y
que está sobre los hombros de funcionarios supuestamente libremente elegidos.
Hablo de
la gente que influye en la seguridad o inseguridad económica por medio
de conglomerados bancarios centrales que no responden ante nadie.
Hablo de los hombres y mujeres que desean dictar el destino de miles de millones de personas.
Esa gente no es fácilmente identificable por nada aparte de su retórica y acciones.
Dicha
gente está compuesta por diversos grupos étnicos. Ellos hacen sus
anuncios desde todos los rincones del planeta. Ellos no están suscritos a
ninguna doctrina espiritual, pero públicamente se dedican a muchas
religiones diferentes como un medio de "calzar" con el ciudadano común.
El Globalismo ES su religión. ¿Y su dios? Bueno... ellos se ven a sí mismos como dioses.
Para
ser un globalista, sin embargo, uno tiene que hacer más que simplemente
suscribir los principios del globalismo; hay un un asunto de rasgos de
carácter y acciones que deben ser examinados.
Después de estudiar
el comportamiento de los globalistas y sus organizaciones durante un
tiempo, he notado que sus patrones psicológicos tienden a corresponder
con un preciso grupo de gente que es mejor descrita como "criminalmente demente".
Pero ¿cuáles son los rasgos de tales personas?
Echemos un vistazo a algunos de ellos...
Falso Sentido de Superioridad - Auto-Agrandamiento
Cada persona quiere ser vista como importante o única.
Pero los
sociópatas narcisistas creen que ellos tienen derecho a un tratamiento
especial y se ven a sí mismos como estando por encima de las leyes y los
detalles de la sociedad normal.
Ellos a
veces procuran justificar esa actitud mediante "logros", y luchando por
posiciones de poder e influencia a fin de reforzar la noción de que
ellos son especiales comparados con otros.
Por supuesto, el poder es por lo general un constructo artificial,
porque el único poder que tenemos sobre otros es el poder que ellos nos
dan, a sabiendas o inconscientemente. El poder no lo hace especial a
uno.
El
sociópata narcisista, sin embargo, no hace tales diferenciaciones. Él
sólo distingue entre la gente que se esfuerza por el dominio y todos los
demás.
En su
mente, la gente que desea fervientemente el poder es una sub-especie
superior, mientras que las personas que no ambicionan el poder son
consideradas como insectos.
Francamente, no veo ninguna razón de por qué no deberíamos hacer la misma tajante declaración, sólo que al revés.
Los sociópatas y psicópatas narcisistas están afectados con visiones de una supuesta grandeza.
Ellos no
ven el contenido de sus logros como necesariamente importante, es decir,
piensan que ellos nacieron grandes, y por lo tanto no les corresponde
llevar a cabo nada que sirva para ayudar a otros o hacer progresar el
conocimiento de la Humanidad.
Ellos no
se preocupan por demostrar su grandeza mediante logros legítimos, sino
que sólo les importa que la gente CREA que ellos son especiales, que
ellos han sido escogidos.
Manipulación y Coerción
Un sociópata narcisista usualmente prefiere conseguir de manera fácil lo que quiere.
Ellos
esperan que la gente les rinda adoración y les entregue el control
automáticamente. Pero si ellos no consiguen lo que quieren por las vías
normales, usarán cualquier medio que esté a su disposición.
Aquello por lo general incluye,
la amenaza de la fuerza o el uso de la fuerza
el uso de la tortura
el uso de
complicadas mentiras y argucias para empujar hacia una esquina a quien
han escogido como blanco (para hacerlos comportarse en una manera
específica)
el uso del condicionamiento psicológico (moldeando la conducta, por lo general mediante creación de respuestas al miedo)
el uso de
manipulaciones psicológicas para hacer dudar a su blanco de todo en lo
que éste cree y percibe (acusándolo de estar "loco" si no adhiere a la
retorcida visión del mundo que tiene el narcisista)
Por
supuesto, esa clase de persona desequilibrada realmente nunca está
satisfecha, ni siquiera cuando consiguen realmente lo que quieren.
Ellos siempre quieren más, siempre hay algo más que ellos necesitan para llenar su interminable vacío interior...
Carencia de Empatía por Otros
No todos los narcisistas son sociópatas, pero la mayor parte de los sociópatas son narcisistas.
Cuando hablamos de narcisistas,
es importante recordar que hay diversos grados de ese cáncer
psicológico. Cuando menciono a los globalistas en particular como
"narcisistas", me refiero a su propensión a ser narcisistas de alto
desempeño, con tendencias sociopáticas.
En otras
palabras, ellos son narcisistas que no sólo tienen un inflado sentido de
la propia valía sino que además carecen de empatía y conciencia.
Ellos
están dispuestos a dañar a otros a cualquier grado para conseguir al
momento lo que quieren, a la vez que piensan que pueden evitar las
consecuencias de actuar así.
Está también el asunto de la diferencia entre sociópatas y psicópatas. Esto es un poco difícil de describir por ser ellos tan similares en muchos respectos.
Yo lo pondría de esta manera:
mientras
los sociópatas, por una parte, persiguen un objetivo y están dispuestos a
pisotear a la gente para conseguirlo, los psicópatas, por su parte,
pisotean a la gente incluso cuando ellos no tienen un objetivo en mente.
Es decir, el psicópata disfruta del acto de destrucción; lo que ellos más quieren es el dolor de otra gente.
Los sociópatas y los psicópatas ambos parecen impregnar las filas de las instituciones globalistas. Algunos de ellos quieren construir un ídolo para sí mismos sin que les importe a quiénes dañen durante el proceso.
Algunos de ellos obtienen un gran placer de simplemente hacer daño a tantas personas como les sea posible.
Desesperada Necesidad de Adoración
A los sociópatas narcisistas no les basta alcanzar un nivel de respeto por medio de la coacción.
En último
término, lo que ellos quieren es que las masas humildes ACEPTEN
voluntariamente su grandeza como algo absoluto, como un hecho obvio e
indiscutible de la vida.
Lo que ellos quieren es reverencia y lealtad...
Como ya mencioné, ellos quieren ser tratados como dioses por la gente que está alrededor de ellos, y si son particularmente ambiciosos, por cada uno en el mundo.
Ésta
es en realidad una extraña dinámica, ya que requiere un conjunto de
tramas y manipulaciones altamente elaboradas. Si uno no es una gran
persona, mucho menos alguien divino, la cantidad de condicionamiento
psicológico necesario para convencer a la gente es, por lo demás,
sustancial.
Esto hace del sociópata narcisista un potencial esclavo de sus propias conspiraciones incesantemente ideadas:
las
mentiras y maquinaciones se acumulan sobre otras mentiras y
maquinaciones en la búsqueda de algo que ellos nunca conseguirán
realmente.
Los Globalistas Son No-Humanos, Psicológicamente Destruidos
En
el mundo de análisis alternativos y periodismo investigador es bastante
común encontrarse con gente que atribuye un status de otro mundo a los
globalistas.
Algunas
personas los ven como una representación del bíblico Apocalipsis, como
agentes serviles de las profundidades del infierno.
Otros los
ven como literalmente alienígenas, seres interdimensionales que se
hacen pasar por humanos. Y mientras muchos se reirán de tal gente como
locos marginales que creen en conspiraciones, pienso que es importante
entender por qué ellos ven a los globalistas de esa manera.
Cuando
uno se ve enfrentado con el verdadero mal, el mal organizado, que
carece de toda preocupación o remordimiento, uno puede verse tentado a
formular explicaciones sobrenaturales. No estoy seguro de que yo esté
contra esa idea.
Los globalistas presentan la mayoría, si es que
no todos, de los signos reveladores de los sociópatas narcisistas,
incluyendo su falta de conciencia y brújula moral.
Si bien
hay muchas definiciones de lo que nos hace ser humanos, hay una especie
de exigencia universal independientemente de la cultura, a saber, la
exigencia de algo como un alma.
¿Qué hace a un alma serlo?
¿Un deseo
básico, por ejemplo, de hacer por otros lo correcto, incluso si eso
significa no conseguir lo que queremos todo el tiempo?
Éste es un buen punto de partida, pero hay más que eso.
Los
psicólogos y los científicos durante muchas décadas han encontrado un
patrón de rasgos de carácter inherentes integrado en la psique humana,
rasgos presentes en la gente desde el momento del nacimiento, que está
fuera de las influencias del ambiente social.
Carl Jung fue
el principal experto en este campo de las "cualidades arquetípicas",
con un vasto catálogo de estudio de casos de todo el mundo, incluyendo
estudios en el África tribal.
Una parte
importante del conocimiento arquetípico o innato y de los rasgos de
carácter es la noción de bien y mal; nacemos entendiendo que ciertos
comportamientos son constructivos mientras otros son destructivos y
detestables.
Ésta es muy probablemente la fuente de lo que llamamos "conciencia".
Desafortunadamente,
no toda la gente nace con una conciencia. En algunas personas, la
diferencia entre el bien y el mal o entre la conducta constructiva y la
destructiva es tratada como borrosa o frívola.
Juntos,
ellos componen alrededor del 10% de cualquier cultura o grupo dados.
Muchos de ellos permanecen "latentes" y más o menos inofensivos durante
todas sus vidas, a menos que ciertas condiciones ambientales inestables
proporcionen el combustible para el funcionamiento defectuoso de ellos.
Alrededor del 1% nace como sociópatas y psicópatas con todas sus características. Éstos son lo que yo llamaría los "no-humanos"...
Esto
es porque el narcisismo y la sociopatía de alto nivel no son
"enfermedades mentales" tradicionales sino rasgos de carácter
profundamente enraizados.
Un sociópata narcisista no puede ser "curado" de su dolencia, porque no se trata de una dolencia sino
de aquello en lo que él consiste. Si usted pudiese arrebatarle el
narcisismo y la sociopatía, no le quedaría nada a la personalidad de él.
Cuando
una persona normal entra en contacto con alguien que no tiene ninguna
conciencia inherente, hay un retroceso inmediato, una sensación de que
se acaba de encontrar con un monstruo.
Ésta no es una exageración, esto es completamente exacto.
Los
narcisistas y sociópatas de alto nivel son físicamente humanos por
supuesto, pero si mirásemos detenidamente una representación visual de
su psique, encontraríamos una tierra baldía estéril, un lugar donde los
espíritus malignos están al acecho.
Ellos no sueñan como sueña la gente normal.
Ellos no sienten alegría de la manera en que la gente normal la siente.
Ellos no sienten satisfacción por cosas que comúnmente llenan de optimismo al resto de nosotros.
Ellos son incapaces de amor por los demás.
Son
incapaces de arrepentirse por sus acciones, y sólo alguna vez sienten
remordimiento por no haber podido conseguir lo que quieren.
Ellos no ven a las demás personas como individuos sino como instrumentos para ser explotados.
Ser sociopático no significa, sin embargo, que ellos sean ignorantes de lo que hace funcionar al resto de nosotros.
Por el
contrario, los sociópatas son muy buenos en identificar los deseos
personales y los impulsos de los otros, e imitan a la gente en una forma
que los hace parecer "humanos".
Ellos son
parásitos por naturaleza, y por eso ellos tienen que ser capaces de
acercarse a sus víctimas huéspedes si es que han de sobrevivir.
La dinámica globalista es interesante en tanto es un ejemplo de sociopatía narcisista organizada.
Los
globalistas han estado al frente de numerosas guerras, colapsos
económicos y tiranías durante los años, todo lo cual al final termina en
un gran sufrimiento para las masas.
Contrariamente a la creencia popular, los sociópatas y los psicópatas realmente trabajan juntos en pro de un objetivo común, ya que existe un sentimiento de mutuo beneficio.
De hecho, esos seres parecen, de extrañas maneras, gravitar unos en torno a otros.
Es mi
creencia que las jerarquías globalistas en verdad buscan gente con
personalidades narcisistas y sociopáticas, lo cual hacen deliberadamente
cuando ellos desean aumentar sus filas.
Éstos
parecen ser los únicos aspectos que todos ellos tienen en común. Ésta es
absolutamente una "teoría de conspiración", lo sé.
Pero mírelo de esta forma:
¿de qué otro modo podemos explicar sus tendencias y comportamientos...?
Si la aniquilación organizada fuera un valor intrínseco de la Humanidad, entonces habríamos muerto hace mucho.
Los globalistas, no obstante, no son humanos.
Ellos son algo opuesto, y si usted no entiende esta verdad central, ellos pueden ser desconcertantes y aterradores.
Fuente: https://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica2/sociopol_globalelite334.htm
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