Un acercamiento a la oración central de la cultura occidental para personalizar su significado esencial, meditarla desde los chakras y limpiar significados y creencias que nos impiden conectar con la Unidad. Toda esta investigación y práctica personal se basa en una vivencia que me ocurrió hace 30 años tras la que he ido contrastando experiencias y conocimientos de diferentes tradiciones y practicando diferentes meditaciones con muchos “buscadores”. Esta llamada nos ha ayudado a todos a profundizar en la experiencia espiritual.
Hablando de Dios todos los místicos coinciden y todos los filósofos disputan.
A finales de 1986, en una clase de expresión corporal y en medio de una profunda crisis personal, de forma sorpresiva se produjo una expansión en mi pecho y comencé a escuchar internamente una voz que repetía: “Hágase tu voluntad en mi tierra y en mi cielo” mientras que un latido muy lento poco a poco fue conectándome con Todo lo que me rodeaba. Estaba comenzando el otoño y al terminar la clase fui a caminar por un gran parque cercano. La experiencia fue aumentando y aumentando… hasta poder experimentar por primera vez la vivencia de la Unidad, algo que había intentado conseguir en los cursos con Antonio Blay, Jean Klein, José Moratiel y en meditación zen. Ese día me di cuenta que la semilla estaba sembrada y que tan sólo esperaba el momento adecuado para manifestarse. Con sensación de asombro continué el paseo hasta que oscureció y volví a casa caminando. Después de cenar, una extraña mezcla de cansancio y energía me impedía conciliar el sueño. Tiempo después me di cuenta que esa noche no quería dormirme para no perder el estado de Unidad y Plenitud, ya que suponía que la experiencia iba a desaparecer. No fue así: continuó durante unos cuantos días en los que fui conectando estas palabras del Padre Nuestro con mi chakra del corazón, que cuenta entre una de sus funciones principales la de relacionar el Cielo y la Tierra.Este fue el origen de una investigación que ha orientado mi vida desde hace 30 años, que me ha llevado a investigar en la realidad energética del ser humano trabajando con maestros de oriente y occidente, compartiendo la experiencia con muchas personas a las que estoy profundamente agradecido. Cada uno me ha aportado una visión que ha seguido enriqueciendo la experiencia y favoreciendo la alquimia interior que se produce cuando oras el Padre Nuestro, o cualquier oración, con conciencia de Unidad.
Me gustaría destacar que en esa época no existía internet, no teníamos a nuestro alcance la enorme cantidad de información de la que disponemos en este momento, por lo que no sabía que esta conexión del Padre Nuestro con los chakras ya había sido experimentada por otras personas en distintos lugares de la Tierra.
Este escrito es un acercamiento a la oración central de nuestra cultura occidental, El Padre Nuestro, que tiene algunas características dignas de comprender para poder llevar a la práctica lo que dijo Jesús: “Vosotros sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mateo 5:48)
La primera es que prácticamente es la única oración que ha sido “creada” por un Ser con una categoría espiritual tan elevada que es reconocido por todas las culturas de la tierra como un Gran Maestro, un Avatar o, como muchos creen, como el mismo Dios hecho hombre.
Otra característica importante es que esta oración está constituida por 7 afirmaciones, decretos o mantrams, algo muy característico de la tradición oriental. El número 7 simboliza la perfección del alma individual, así como el número 12 simboliza el número armónico para el trabajo en grupo. Por el simbolismo del 7 también podemos relacionar cada una de esas frases con las características bio psico energéticas de los 7 chakras, los centros de energía-conciencia que constituyen la base del trabajo de Evolución realizado en Oriente.
Emmet Fox, uno de los más influyentes escritores sobre la espiritualidad afirma: “La Gran Oración es una fórmula compacta para el desarrollo del alma. Fue compuesta con infinito cuidado para ese fin de manera que aquellos que la usen regularmente sintiéndola y comprendiéndola, experimenten un verdadero cambio en el alma. La mera reflexión por la vía intelectual no opera cambio alguno en el alma; el Padre Nuestro está preparado especialmente para efectuar cambios, y jamás deja de hacerlo cuando se usa regularmente” y con Conciencia, agregamos nosotros.
Porque como dice Roberto Pla Sales, un experto en sabiduría antigua: “El padrenuestro es la gran oración de los cristianos, la que fue dada por Cristo para que sus seguidores supieran orar. Uno de los discípulos le dijo: Maestro, enséñanos a orar; y Jesús les dio, como un tesoro inestimable, el padrenuestro. Pero aún hoy los cristianos no han aprendido a orar. Desde aquellos días, millones de cristianos han orado apoyados en el Padre Nuestro por el procedimiento simple de repetir mecánicamente unas palabras en cuyo verdadero sentido no intentan ahondar. Por lo que yo conozco, solo algunos padres de la iglesia griega primitiva entendieron que el padrenuestro no es una mera oración de rezo, sino un programa de desarrollo del conocimiento dispuesto con gran orden para que por la práctica sucesiva de cada uno de los enunciados de las perícopas de que se compone sea posible alcanzar la deificación, la transformación pura, que es la consumación según el lenguaje del cristiano”.
Relacionar el Padre Nuestro con los 7 centros de Conciencia, nos permite conectar con el Egregor (campo de energía-conciencia) generado por millones de personas orando esta oración durante 2.000 años. También es una poderosa forma de limpiar el significado y las creencias relacionadas con las 7 afirmaciones para podernos acercar cada día más a la vivencia de la Unidad, que es la experiencia que cambia la existencia, ya que después de esa vivencia uno deja de “creer” porque ha comenzado a “saber”.
Plá afirmaba que la eficacia del Padre Nuestro no se mide por ser un instrumento “de pedir” puesto al servicio del yo, sino por ser un puente para la santificación perfecta del orante y lo consideraba un camino hacia la deificación (realizar el Cristo interior). Y volviendo a la frase mencionada anteriormente “Vosotros sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” hay muchos autores que piensan que es una invitación para que todos los seres humanos vivan la experiencia de auto-realización.
Como bien sabemos no hay fórmulas rápidas para alcanzar un verdadero cambio interior y, como se dice en alquimia: “a fuego lento se produce la transformación” recordando que trans-formación significa “cambiar la forma” en que te manifiestas.
El ser humano tiene, en mi opinión, 5 aspectos que conforman nuestra Unidad, las “5 inteligencias”. (Ver imagen del inicio del articulo) Conectar las 7 frases con los 7 chakras implica que cada una de ellas tiene el poder de producir transformaciones en estos 5 niveles:
- Una respuesta corporal que libera e integra,
- Sanación y/o liberación emocional,
- Comprensión profunda de las palabras que pronuncio,
- Una irradiación energética de alta calidad o vibración,
- Una invitación a la conexión espiritual.
Instrucciones para realizar un trabajo alquímico práctico:
Nuestra sugerencia es que busques un lugar en el que puedas orar y meditar de forma habitual, un templo, un espacio que harás sagrado siguiendo la recomendación de Jesús: “Cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y tu Padre que está en secreto te recompensará” (Mateo, 6:6).Las frases del Padre Nuestro se corresponden con los chakras desde arriba hacia abajo. Aquí mencionamos algunos temas para meditar y explorar lo que ocurre en tus 5 inteligencias:
Después de unos años realizando este trabajo descubrimos que faltaba algo importante. Nos dimos cuenta que en el catolicismo se había separado la última frase que en otras corrientes cristianas se sigue diciendo al final de la oración: “Tuyo es el Reino, tuyo el Poder y la Gloria, por los siglos de los siglos, Amén” (en la misa católica actual la dice sólo el sacerdote posteriormente).
Algunos investigadores relacionan esa frase con las tentaciones de Jesús en el desierto y colocan sus palabras en el Árbol de la Vida de la Cábala, símbolo que representa el cuerpo humano, tal como muestra el dibujo. Invocarlas este modo genera una cruz que facilita la experiencia de la Re-integración conectando la energía con el 8o chakra (encima de la cabeza) que también recibe el nombre de Alma, Yo Superior, Núcleo Esencial…
De esta forma se cierra el ciclo de la energía: viene del Padre y se fusiona con la Madre que la re-integra fertilizada de Vida, Amor y Conciencia.
Se está produciendo el proceso alquímico que, a nivel personal, nos pone en camino para “realizar” el Cristo interior.
Me despido con el deseo de que esa sea tu realidad, si es lo que buscas.
“Pedid, y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y os abrirán. Porque aquel que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre” (Mateo 7:7-8)•
P.D. En el Instituto Potencia Humano dispone de un audiolibro CD disponible para quien le interese.
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