-Para todas las mujeres que están llegando a la madurez, que están aprendiendo a ser gentiles cuando sería más fácil ser crueles, que saben poder herir cuando la situación lo reclama con un corte neto y preciso, que se están ejercitando a decir toda la verdad con toda piedad.
-Para todas aquellas que violan las convenciones y estrechan la mano de los extranjeros saludándolos como si los hubieran visto crecer y los conocieran desde siempre...
-Para todas aquellas que están aprendiendo a sacudir los huesos, remover las aguas, y la cama, pero también a aplacar la tempestad.
-Para aquellas que custodian el aceite de las lámparas, que mantienen la calma en la vida cotidiana...
-Para aquellas que perpetúan los rituales, que recuerdan como encender el fuego con un simple hilo y un sílice...
-Para aquellas que recitan las antiguas plegarias, que recuerdan los símbolos, las formas, las palabras, las melodías, las danzas, y aquello que los ritos, en otro tiempo, buscaban aplacar....
-Para aquellas que bendicen con frecuencia y con gusto a los demás...
-Por ellas... que tengan una larga vida, en fuerza y en salud desplegando todas las velas de su inmenso espíritu.
~Dra. Clarissa Pinkola Estés~
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