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Alberto Durero
Nació en Núremberg, Alemania, el 21 de mayo de 1471.Fue el más importante de todos los artistas del Renacimiento alemán, reconocido y admirado a nivel mundial por su pintura, sus grabados y sus artículos sobre teoría del arte, escritos que influyeron de forma importante en los artistas del Siglo XVI, tanto en Alemania como en los Países Bajos.
Su calidad artística, la cantidad enorme de su producción y la influencia que ejerció sobre sus contemporáneos fueron de una gran importancia para la historia del arte; su interés por la geometría y las proporciones matemáticas, su profundo sentido de la historia, sus observaciones de la naturaleza y la conciencia que tenía de su propio potencial creativo son una demostración del espíritu de constante curiosidad intelectual del Renacimiento.
Hijo de un orfebre húngaro emigrado a Núremberg en 1455, donde se estableció y casó en 1467. Su origen familiar y el ambiente cultural y artístico de Núremberg, justifican su temprana vocación artística.
Durante el año 1493, vivió en Estrasburgo, al año siguiente, tras su regresó a Núremberg, se casó con Agnes Frey, y a los dos meses de su boda viaja por primera vez a Venecia, viaje que constituye uno de los acontecimientos más importantes para su carrera.
A lo largo del trayecto al atravesar la cordillera de los Alpes, pinta algunas de sus famosos paisajes en acuarela, verdadero descubrimiento de la naturaleza por parte del renacimiento del norte, y en Venecia entra en contacto con Giovanni Bellini.
A su vuelta abre su propio taller en su ciudad natal.
Vuelve a Italia en 1505, donde permanece hasta 1507, visitando Venecia y, posiblemente, Roma, en esta ocasión ya reconocido como un artista famoso. De esta época es una de sus obras más famosas e importantes,”La Virgen del Rosario”.
En estos años, ya había realizado varios autorretratos. En 1498 realiza uno de ellos que alberga el Museo del Prado de Madrid.
Igualmente de estos años es otra de sus magnificas obras, “Cristo entre los doctores”, que podemos ver en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, pintada, según el propio artista en cinco días en Roma.
La huella del naciente clasicismo italiano, unido a sus crecientes preocupaciones religiosas, marcan ya el resto de su carrera el resto de su vida.
Otra de sus grandes obras es el “Altar Heller”, cuya iconografía está relacionada con La ciudad de Dios de San Agustín.
De 1507 son otras de sus dos mejores pinturas, “Adán” y “Eva”, también propiedad del Museo del Prado.
La culminación de la obra grabada de Durero son sus llamadas “tres estampas maestras”, “El caballero, la muerte y el diablo” de 1513, una de las mejores imágenes del caballero cristiano, “San Jerónimo”, de 1514, la mejor representación del intelectual cristiano en ese momento y “Melancolía I”, una de las más célebres imágenes de la historia, en la que Durero aporta su idea del artista como personaje melancólico absorto en profundos e intelectuales pensamientos.
Entre 1520 y 1521, Durero realizó un viaje a los Países Bajos.
En sus últimos años se centra en sus preocupaciones religiosas, patentes en su interés por las ideas de Lutero, su relación con Erasmo de Róterdam, del que realiza un célebre retrato en 1526, y de ese mismo año, otras de sus obras maestras las pinturas de “Los cuatro apóstoles”, auténtico testamento espiritual del artista.
Fue sin duda el más importante artista europeo de su tiempo fuera de Italia, comparable únicamente, por su pintura, estudios y teoría, con Leonardo da Vinci.
Murió en Núremberg, el 6 de abril de 1528.
http://trianarts.com
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