«Al inhalar, soy consciente de mi sufrimiento.
Al exhalar, saludo a mi sufrimiento.»
Respirar conscientemente requiere la presencia de nuestra mente, cuerpo e intención. Con la respiración consciente, reconciliamos el cuerpo y la mente y llegamos al momento presente. Solo el hecho de inhalar a conciencia nos proporcionará muchísima libertad. Con cada respiración, generamos energía de la conciencia plena y llevamos al cuerpo y a la mente al momento presente para reconocer nuestro propio sufrimiento. Con solo respirar dos o tres veces centrando toda nuestra atención notaremos que los remordimientos y la tristeza del pasado se detienen, igual que las dudas, el miedo y las preocupaciones sobre el futuro.
Sin barro no crece el loto
Arte: Andrea Kürti
No hay comentarios:
Publicar un comentario