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Alfredo Ramos Martínez
Nació en Monterrey, Nuevo León, México, el 12 de noviembre 1871.Está considerado como el padre del Arte Moderno en México, y es uno de los artistas mexicanos más importantes del siglo XX.
El escritor nicaragüense Rubén Darío le llamó el «Pintor de las melancolías», en esta frase: «Ramos Martínez es uno de los que pinta poemas, él no copia, interpreta, sabe cómo expresar la tristeza del pescador y la melancolía de la aldea».
Con sólo doce años de edad, mostró su talento para el dibujo, con catorce realizó un dibujo que hizo al gobernador de Monterrey que fue enviado a una exposición en San Antonio, Texas, obteniendo el primer premio.
Gracias a esto le fue concedida una beca para estudiar en la Academia Nacional de Bellas Artes de México
En 1899 viajó a París para completar su formación, sintiéndose atraído por los impresionistas y postimpresionistas.
En la capital francesa conoció las obras de estos estilos de cerca siendo influenciado sobre todo por Paul Gauguin, Henri Matisse, Claude Monet, Georges Seurat y Odilon Redon.
Muy pronto se ganó el aplauso de los críticos que le auguraron una prometedora carrera.
En París, asistió a distintas manifestaciones artísticas y literarias, y conoció al poeta modernista nicaragüense Rubén Darío con el que entabló una estrecha amistad, y le incluiría a en el círculo de los «bon vivants» parisinos, entre ellos: Isadora Duncan, Paul Verlaine, Eleanora Duse, Rémy de Gourmont y Anna Pavlova, entre otros.
Viajó también a Bélgica y Holanda para conocer de cerca y estudiar las obras de Rembrandt y Vincet Van Gogh; sus obras de esta época, están fuertemente influenciadas por las tonalidades sombrías del cielo y el mar holandés.
Más tarde vivió una temporada en Bretaña, donde comenzó a pintar y dibujar sobre papel de periódicos, medio que seguiría utilizando, logrando unos efectos extraordinarios durante sus años en California.
Se cuenta a este respecto, que estando en la posada donde se alojaba, se dio cuenta de que se había quedado sin papel, preguntando al conserje si disponía de él para poder seguir dibujando, este le ofreció en abundancia todos los periódicos que necesitase…
Expuso por primera vez en el Salón de Otoño de París en 1905, y el año siguiente logró con «Le Printemps» la medalla de oro.
En 1909 regresó a su país, y en 1913 fue nombrado director de la la Academia Nacional de Bellas Artes; así mismo fundó las Escuelas de Pintura al Aire Libre en la ciudad de México.
En la década de 1920 expuso con frecuencia en México y distintas ciudades europeas, Madrid y Berlín entre otras.
En 1929 nació su hija, María que sufrió una grave enfermedad ósea, por lo qué Ramos Martínez renunció a su cargo de Director de la Academia y buscó tratamiento para la enfermedad de su hija viajando por primera vez a la Clínica Mayo, en Rochester, Minnesota, para establecerse finalmente en Los Ángeles.
En Estados Unidos, enseguida consiguió la aceptación de público y crítica realizando varios murales además de una gran cantidad de cuadros. Expuso con gran éxito en San Diego, California y en San Francisco.
Volvió a México solamente dos veces en su vida, en 1942 a Ciudad de México, y en 1945 a Monterrey, para exponer.
Utilizó diversas técnicas, dibujo, grabado, acuarela y óleo. Sus temas más frecuentes fueron escenas costumbristas y populares mexicanas.
Aunque varios de sus murales fueron destruidos, varios ejemplos importantes han sobrevivido: en la Capilla del Cementerio de Santa Barbara de 1934, el Café La Avenida, Coronado, en California de 1938, más tarde restaurado y trasladado a la Biblioteca Pública de Coronado; y el inacabado Margaret Fowler en Claremont, California de 1945.
Murió con 73 años de edad, el 8 de noviembre de 1946, en Los Angeles , California, Estados Unidos.
De él dijo Ramón Alva de la Canal: “Nadie lo dice ahora, porque el tiempo ha pasado y surgieron diversos intereses, pero el verdadero impulsor de la pintura mexicana contemporánea no fue Diego Rivera, sino Alfredo Ramos Martínez”.
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