No estás en ninguna "batalla". Esto no es ninguna "guerra" contra nadie, ni estás en el "bando" de los que van a salir "victoriosos".
Eso forma parte de la conciencia de separación, no de unidad. Es el antiguo paradigma intentando sobrevivir a través de la "espiritualidad": vencedores-vencidos, personas de luz y de oscuridad, guerras, guerreros, batallas, luchas encarnizadas, elegidos y almas perdidas, ángeles y demonios... No. No hay paz ahí. Ni luz verdadera. Y aún no te das cuenta.
Desidentificarte del "bando", de la "guerra", del enfrentamiento.
Todavía no has reconocido la unidad, que todos formamos parte de lo mismo y estamos jugando al juego de las polaridades.
No vas a alcanzar la paz derrotando al otro (nadie lo ha conseguido nunca), sino reconociendo lo que te une a él.
La guerra no termina precisamente por eso: porque sigues identificándote de forma radical con un bando, con un país, con una bandera, con unas creencias... Lo que sea.
Y da igual que te consideres de "luz": los que batallan contigo también creen que tienen la razón. Eso es karma. Incomprensión. Inconsciencia... Y solo termina cuando te das cuenta. Cuando comprendes que el amor es paz esencial y lo trasciende todo.
Por eso el karma solo se disuelve en el presente. En el amor. En la paz real (no la del ego, que viene de "luchar" y salir "victorioso" de algo).
En reconocer que eres UNO con todo lo que existe.
#TodosSomosUno
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